El féretro del menor estará en cámara ardiente en el plantel educativo antes de ser trasladado al cementerio Jardines de la Eternidad, localizado en la salida a Bosconia.
En la mañana de este martes, las directivas del Instituto Técnico Upar del barrio Los Fundadores de Valledupar le brindarán un sentido homenaje al estudiante de séptimo grado, Fernando José Quintero Santiago, de 12 años, que murió el pasado domingo en un piscina del restaurante Corral de Piedra, en las afueras de La Mesa, zona corregimental la capital del Cesar.
El féretro del menor estará en cámara ardiente en el plantel educativo antes de ser trasladado al cementerio Jardines de la Eternidad, localizado en la salida a Bosconia.
Los familiares destacaron las virtudes del menor y lo calificaron como un buen estudiante, juicioso, dedicado a sus estudios, buen compañero, buen amigo, muy respetuoso y apegado a sus dos hermanas de 2 y 5 años de edad, respectivamente.
El domingo pasado, Fernando José se levantó desde muy temprano porque el papá lo había llamado para que hiciera las tareas, porque iba a pasar por él para ir a un paseo, indicó un familiar, pero el menor no alcanzó a terminarlas y acordaron que se regresaban temprano.
Él vivía en el barrio Los Fundadores de Valledupar con los abuelos maternos. Hacia las 9:00 de la mañana como de costumbre, llamó la progenitora Leidis Santiago Pérez para darle los buenos días, pero le respondieron que su papá había llegado por él y se lo había llevado.
Cuentan allegados a la familia, que instantes antes de la tragedia el menor quedo sentado mientras sus familiares salieron a buscar el almuerzo, pero al regresar no lo encontraron y empezaron desesperados a buscarlo por todas partes. Uno de los tíos decidió hacer lo propio en el interior de la piscina y de allí lo rescató.
Golpeando fuertemente el agua de la piscina, con un celular en la mano derecha, lleno de indignación e impotencia, José Quintero entró en shock en momentos en que fue sacado del agua el cuerpo de su hijo Fernando José Quintero Santiago.
“Se fue mi bebé, se fue mi bebé y ahora qué le digo a la abuela…Yo que me lo traje y ella no sabía que me lo traía para acá”, expresaba insistentemente en medio de la indignación e impotencia en los alrededores de la piscina, mientras que a su hijo improvisados socorristas le hacía reanimación cardiopulmonar y respiración boca a boca.
Luego de media hora, en medio de la confusión y ante la demora de una ambulancia al lugar de la tragedia familiar, una mesa Rimax a la que le quitaron las patas, sirvió de camilla para llevarlo hasta un vehículo particular con planchón y luego trasladarlo a la clínica de Alta Complejidad del Caribe de Valledupar.
Según conoció EL PILÓN en el camino entre La Mesa y Valledupar, se encontraron con una ambulancia e hicieron el trasbordo respectivo para llevarlo al centro asistencial, a donde llegó sin signos vitales.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN
El féretro del menor estará en cámara ardiente en el plantel educativo antes de ser trasladado al cementerio Jardines de la Eternidad, localizado en la salida a Bosconia.
En la mañana de este martes, las directivas del Instituto Técnico Upar del barrio Los Fundadores de Valledupar le brindarán un sentido homenaje al estudiante de séptimo grado, Fernando José Quintero Santiago, de 12 años, que murió el pasado domingo en un piscina del restaurante Corral de Piedra, en las afueras de La Mesa, zona corregimental la capital del Cesar.
El féretro del menor estará en cámara ardiente en el plantel educativo antes de ser trasladado al cementerio Jardines de la Eternidad, localizado en la salida a Bosconia.
Los familiares destacaron las virtudes del menor y lo calificaron como un buen estudiante, juicioso, dedicado a sus estudios, buen compañero, buen amigo, muy respetuoso y apegado a sus dos hermanas de 2 y 5 años de edad, respectivamente.
El domingo pasado, Fernando José se levantó desde muy temprano porque el papá lo había llamado para que hiciera las tareas, porque iba a pasar por él para ir a un paseo, indicó un familiar, pero el menor no alcanzó a terminarlas y acordaron que se regresaban temprano.
Él vivía en el barrio Los Fundadores de Valledupar con los abuelos maternos. Hacia las 9:00 de la mañana como de costumbre, llamó la progenitora Leidis Santiago Pérez para darle los buenos días, pero le respondieron que su papá había llegado por él y se lo había llevado.
Cuentan allegados a la familia, que instantes antes de la tragedia el menor quedo sentado mientras sus familiares salieron a buscar el almuerzo, pero al regresar no lo encontraron y empezaron desesperados a buscarlo por todas partes. Uno de los tíos decidió hacer lo propio en el interior de la piscina y de allí lo rescató.
Golpeando fuertemente el agua de la piscina, con un celular en la mano derecha, lleno de indignación e impotencia, José Quintero entró en shock en momentos en que fue sacado del agua el cuerpo de su hijo Fernando José Quintero Santiago.
“Se fue mi bebé, se fue mi bebé y ahora qué le digo a la abuela…Yo que me lo traje y ella no sabía que me lo traía para acá”, expresaba insistentemente en medio de la indignación e impotencia en los alrededores de la piscina, mientras que a su hijo improvisados socorristas le hacía reanimación cardiopulmonar y respiración boca a boca.
Luego de media hora, en medio de la confusión y ante la demora de una ambulancia al lugar de la tragedia familiar, una mesa Rimax a la que le quitaron las patas, sirvió de camilla para llevarlo hasta un vehículo particular con planchón y luego trasladarlo a la clínica de Alta Complejidad del Caribe de Valledupar.
Según conoció EL PILÓN en el camino entre La Mesa y Valledupar, se encontraron con una ambulancia e hicieron el trasbordo respectivo para llevarlo al centro asistencial, a donde llegó sin signos vitales.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN