Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 14 abril, 2022

Semana de reflexión y análisis

Sin ser abogado del diablo para darle sanidad a la democracia, uno tiene que entrar a develar ciertas falacias del adversario cuando de agredir al contrario se trata.

Vivimos, por estos tiempos, una etapa crítica para el país, punto de inflexión que exigirá la mejor de las reflexiones, no tanto teologales sino filosóficas, éticas y socioeconómicas. Esta etapa es una campaña electoral que, en un país tercermundista, parece una guerra y se sabe que en esta la primera víctima es la verdad. Muchos repiten lo que les han contado sin tamizar o poner las alarmas de la lógica.

Toda información es susceptible de análisis por creíbles que sean los informantes. Por eso se dice: “nunca creas en nada de lo que te dicen y solo en la mitad de lo que vieres”, las apariencias engañan. Este paradigma no es nuevo, el apóstol Tomás así lo creía. Cada día leemos y escuchamos personas afirmando retahílas que otros han dicho acerca de un contrario, muchas veces denigrantes, para disminuir sus posibilidades; para ellos, el fin justifica los medios es una de las herramientas utilizadas, filosofía central del nacismo. 

Sin ser abogado del diablo para darle sanidad a la democracia, uno tiene que entrar a develar ciertas falacias del adversario cuando de agredir al contrario se trata. Un ejemplo claro de esto es lo que sucede con Petro a quien sus enemigos, propios e inducidos, tratan de reducir a un punto infinitesimal. Este país no ha estado gobernado por arcángeles, muchos de los magnicidios quizás los han planificado ellos; ahora el único pecador es G.P. y existe una cartilla para desprestigiarlo. Hay que reconocerle a Rodolfo Hernández su objetividad y transparencia para calificar al adversario. 

A las personas no se les mide por lo que los medios digan sino con indicadores comprobables.  Para estos, G.P. pasó por la alcaldía de Bogotá sin pena ni gloria y todo su accionar es perverso y destructor de patria. Serviré de intermediario para ilustrar sobre algunos indicadores evaluados en 2015 por organismos internacionales y nacionales. Sostenibilidad y calidad de vida: Bogotá es la 5ª mejor entre 148 ciudades del mundo. (IECE, Centro de Estudios Superiores de la Empresa). Atracción para la inversión: Bogotá mejor estrategia en Latinoamérica y 8ª a nivel mundial (Financial Times). Competitividad: Bogotá la más competitiva de la región andina (América Economía Inteligence y CEPEC de la U. del Rosario). Ciudades globales: Bogotá 4ª de las capitales latinas (Cámara de Comercio de Bogotá). Manejo de las finanzas: Bogotá, calificación triple A (BRC, Standar  & Poor´s). Destino de negocios: 52% del destino de extranjeros que vinieron al país, llegó a Bogotá. (Cámara de Comercio de Bogotá). Pobreza multidimensional: bajó de 11.9 a 5.4% entre 2012 y 2014 (Dane). Pobreza monetaria: 10.1%, la segunda más baja después de Bucaramanga (Dane). Muerte por desnutrición infantil: cero muertes entre 2014 y 2015 (Alcaldía de Bogotá). Red pública hospitalaria: superávit de $3.821 millones contra un déficit de $235 mil millones en 2011. (Alcaldía de Bogotá). Índice de homicidios: bajó de 22.6 en 2012 a 16.4 por 100 mil habitantes en 2014. Salió de la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo. (Centro de Estudio y Análisis de Convivencia y Seguridad Ciudadana).Tasa de desempleo: 7.7% en el último trimestre de 2014, siendo Bogotá la 3ª ciudad con mayor empleo en todo el país (Dane). Acciones de la ETB: subieron durante la administración de G.P. Oportunidades a los recicladores: 14.000 familias fueron vinculadas con salarios. Expropiación: ninguna, ni por interés público. Esta información es verificable y le permitiría a los rábulas adversos a Petro, revisar sus apreciaciones gratuitas y sus falacias. Invito a los columnistas de este diario para que, con cifras serias, califiquen, p.ej., la gestión de Duque o la de ‘Fico’.

Columnista
14 abril, 2022

Semana de reflexión y análisis

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Sin ser abogado del diablo para darle sanidad a la democracia, uno tiene que entrar a develar ciertas falacias del adversario cuando de agredir al contrario se trata.


Vivimos, por estos tiempos, una etapa crítica para el país, punto de inflexión que exigirá la mejor de las reflexiones, no tanto teologales sino filosóficas, éticas y socioeconómicas. Esta etapa es una campaña electoral que, en un país tercermundista, parece una guerra y se sabe que en esta la primera víctima es la verdad. Muchos repiten lo que les han contado sin tamizar o poner las alarmas de la lógica.

Toda información es susceptible de análisis por creíbles que sean los informantes. Por eso se dice: “nunca creas en nada de lo que te dicen y solo en la mitad de lo que vieres”, las apariencias engañan. Este paradigma no es nuevo, el apóstol Tomás así lo creía. Cada día leemos y escuchamos personas afirmando retahílas que otros han dicho acerca de un contrario, muchas veces denigrantes, para disminuir sus posibilidades; para ellos, el fin justifica los medios es una de las herramientas utilizadas, filosofía central del nacismo. 

Sin ser abogado del diablo para darle sanidad a la democracia, uno tiene que entrar a develar ciertas falacias del adversario cuando de agredir al contrario se trata. Un ejemplo claro de esto es lo que sucede con Petro a quien sus enemigos, propios e inducidos, tratan de reducir a un punto infinitesimal. Este país no ha estado gobernado por arcángeles, muchos de los magnicidios quizás los han planificado ellos; ahora el único pecador es G.P. y existe una cartilla para desprestigiarlo. Hay que reconocerle a Rodolfo Hernández su objetividad y transparencia para calificar al adversario. 

A las personas no se les mide por lo que los medios digan sino con indicadores comprobables.  Para estos, G.P. pasó por la alcaldía de Bogotá sin pena ni gloria y todo su accionar es perverso y destructor de patria. Serviré de intermediario para ilustrar sobre algunos indicadores evaluados en 2015 por organismos internacionales y nacionales. Sostenibilidad y calidad de vida: Bogotá es la 5ª mejor entre 148 ciudades del mundo. (IECE, Centro de Estudios Superiores de la Empresa). Atracción para la inversión: Bogotá mejor estrategia en Latinoamérica y 8ª a nivel mundial (Financial Times). Competitividad: Bogotá la más competitiva de la región andina (América Economía Inteligence y CEPEC de la U. del Rosario). Ciudades globales: Bogotá 4ª de las capitales latinas (Cámara de Comercio de Bogotá). Manejo de las finanzas: Bogotá, calificación triple A (BRC, Standar  & Poor´s). Destino de negocios: 52% del destino de extranjeros que vinieron al país, llegó a Bogotá. (Cámara de Comercio de Bogotá). Pobreza multidimensional: bajó de 11.9 a 5.4% entre 2012 y 2014 (Dane). Pobreza monetaria: 10.1%, la segunda más baja después de Bucaramanga (Dane). Muerte por desnutrición infantil: cero muertes entre 2014 y 2015 (Alcaldía de Bogotá). Red pública hospitalaria: superávit de $3.821 millones contra un déficit de $235 mil millones en 2011. (Alcaldía de Bogotá). Índice de homicidios: bajó de 22.6 en 2012 a 16.4 por 100 mil habitantes en 2014. Salió de la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo. (Centro de Estudio y Análisis de Convivencia y Seguridad Ciudadana).Tasa de desempleo: 7.7% en el último trimestre de 2014, siendo Bogotá la 3ª ciudad con mayor empleo en todo el país (Dane). Acciones de la ETB: subieron durante la administración de G.P. Oportunidades a los recicladores: 14.000 familias fueron vinculadas con salarios. Expropiación: ninguna, ni por interés público. Esta información es verificable y le permitiría a los rábulas adversos a Petro, revisar sus apreciaciones gratuitas y sus falacias. Invito a los columnistas de este diario para que, con cifras serias, califiquen, p.ej., la gestión de Duque o la de ‘Fico’.