Según los familiares de la víctima, desde que estuvo plagiado negociaron con los delincuentes para que lo regresaran con vida, la historia no terminó así.
Unos 10 sujetos, pertenecientes presuntamente a una estructura delincuencial común, fueron los responsables secuestrar y asesinar al ganadero Juan Pablo Castillo Esper, por cuya liberación exigían 2.500 millones de pesos.
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De acuerdo a las autoridades, el hombre de 50 años de edad antes de ser vilmente ultimado por sus raptores, durante más de tres meses estuvo privado de la libertad en una finca ubicada en la vereda Pica Pica del municipio de Río de Oro, Cesar; se investiga porque al parecer el predio pertenece a una familiar de tres de los implicados.
Samuel Castillo, hermano de la víctima, precisó que los secuestradores los contactaron, y a través de whatsapp alcanzaron a enviar dos videos de supervivencia, lo que los llevó desde el inicio a tomar la decisión de negociar con ellos.
“Nosotros íbamos para unos cuatro meses de tener una negociación con los delincuentes los cuales pedían $2.500 millones. Los convencimos de dejar la cifra en $570 millones y la negociación estaba adelantada, hoy (ayer miércoles) me lo entregarían. Nosotros cumplimos los protocolos y el Gaula de Norte de Santander y Cesar se adelantaron, haciendo un operativo sin cumplir las normas y sin autorización de la familia resultando muerto Juan Pablo”, manifestó el hermano del fallecido.
Para los familiares de la víctima los hechos que rodearon la muerte del ganadero se originaron en por la presencia del Gaula para realizar un rescate en la zona sin autorización, lo que se convirtió en un enfrentamiento.
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“El general actuó con irregularidad en ese operativo porque no habíamos autorizado y teníamos la negociación lista para la entrega de Juan Pablo. Actuaron de una forma que no responde al deber, más cuando para ellos la idea de un rescate es entregarlo vivo no muerto”, acotó Castillo.
Al respecto, el general Fernando Murillo, director nacional del Gaula de la Policía, aseguró que lo que se desarrollaba eran unos puestos de observación para inteligencia del terreno.
“Hay que dar claridad que el grupo antisecuestro no estaba realizando ningún rescate estábamos en unos puestos de observación haciendo inteligencia. No es un error táctico lo que se presentó, es un hecho desafortunado que en la misma actividad operativa se identifican a estos delincuentes o ellos identifican al grupo operativo, atacándolos con arma de fuego y se repelió el ataque”, afirmó el alto oficial.
Explicó además que en el cruce de disparos los funcionarios identifican el punto donde estaban los delincuentes y al llegar se encuentran a Juan Pablo Castillo con una lesión en el tórax.
“De ahí la operación nuestra se empieza a desarrollar en la importancia de capturar y judicializar a los responsables de este hecho y es así que en el mismo sector de la finca se puede identificar a cinco de estos y en dos allanamientos en el municipio de Ocaña se capturan a cinco personas más”, puntualizó Murillo.
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El ganadero Juan Pablo Castillo Esper, había sido secuestrado el pasado 28 de febrero en su finca localizada en el municipio de San Martín, sur del Cesar.
Los familiares indicaron que él llegaba cada cinco días al lugar para vigilar las labores del campo y regresarse a su lugar de residencia en la ciudad de Bucaramanga donde tenía otros negocios.
Los plagiarios, según los parientes, se presentaban como del ELN pero la Policía Nacional determinó que se trata de un grupo de delincuencia común.
El cuerpo sin vida del ganadero fue trasladado en un helicóptero de la Policía hasta Aguachica.
Según los familiares de la víctima, desde que estuvo plagiado negociaron con los delincuentes para que lo regresaran con vida, la historia no terminó así.
Unos 10 sujetos, pertenecientes presuntamente a una estructura delincuencial común, fueron los responsables secuestrar y asesinar al ganadero Juan Pablo Castillo Esper, por cuya liberación exigían 2.500 millones de pesos.
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De acuerdo a las autoridades, el hombre de 50 años de edad antes de ser vilmente ultimado por sus raptores, durante más de tres meses estuvo privado de la libertad en una finca ubicada en la vereda Pica Pica del municipio de Río de Oro, Cesar; se investiga porque al parecer el predio pertenece a una familiar de tres de los implicados.
Samuel Castillo, hermano de la víctima, precisó que los secuestradores los contactaron, y a través de whatsapp alcanzaron a enviar dos videos de supervivencia, lo que los llevó desde el inicio a tomar la decisión de negociar con ellos.
“Nosotros íbamos para unos cuatro meses de tener una negociación con los delincuentes los cuales pedían $2.500 millones. Los convencimos de dejar la cifra en $570 millones y la negociación estaba adelantada, hoy (ayer miércoles) me lo entregarían. Nosotros cumplimos los protocolos y el Gaula de Norte de Santander y Cesar se adelantaron, haciendo un operativo sin cumplir las normas y sin autorización de la familia resultando muerto Juan Pablo”, manifestó el hermano del fallecido.
Para los familiares de la víctima los hechos que rodearon la muerte del ganadero se originaron en por la presencia del Gaula para realizar un rescate en la zona sin autorización, lo que se convirtió en un enfrentamiento.
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“El general actuó con irregularidad en ese operativo porque no habíamos autorizado y teníamos la negociación lista para la entrega de Juan Pablo. Actuaron de una forma que no responde al deber, más cuando para ellos la idea de un rescate es entregarlo vivo no muerto”, acotó Castillo.
Al respecto, el general Fernando Murillo, director nacional del Gaula de la Policía, aseguró que lo que se desarrollaba eran unos puestos de observación para inteligencia del terreno.
“Hay que dar claridad que el grupo antisecuestro no estaba realizando ningún rescate estábamos en unos puestos de observación haciendo inteligencia. No es un error táctico lo que se presentó, es un hecho desafortunado que en la misma actividad operativa se identifican a estos delincuentes o ellos identifican al grupo operativo, atacándolos con arma de fuego y se repelió el ataque”, afirmó el alto oficial.
Explicó además que en el cruce de disparos los funcionarios identifican el punto donde estaban los delincuentes y al llegar se encuentran a Juan Pablo Castillo con una lesión en el tórax.
“De ahí la operación nuestra se empieza a desarrollar en la importancia de capturar y judicializar a los responsables de este hecho y es así que en el mismo sector de la finca se puede identificar a cinco de estos y en dos allanamientos en el municipio de Ocaña se capturan a cinco personas más”, puntualizó Murillo.
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El ganadero Juan Pablo Castillo Esper, había sido secuestrado el pasado 28 de febrero en su finca localizada en el municipio de San Martín, sur del Cesar.
Los familiares indicaron que él llegaba cada cinco días al lugar para vigilar las labores del campo y regresarse a su lugar de residencia en la ciudad de Bucaramanga donde tenía otros negocios.
Los plagiarios, según los parientes, se presentaban como del ELN pero la Policía Nacional determinó que se trata de un grupo de delincuencia común.
El cuerpo sin vida del ganadero fue trasladado en un helicóptero de la Policía hasta Aguachica.