En la última década el desempleo en Valledupar ha tenido tendencia ascendente, alcanzando un promedio de 12 %. La crisis propuesta por la pandemia del covid-19, exacerbó la situación elevando el indicador de desempleo al 24.3 %. La crisis de salud pública terminó por destruir los escasos puestos de trabajo existentes en la ciudad con […]
En la última década el desempleo en Valledupar ha tenido tendencia ascendente, alcanzando un promedio de 12 %. La crisis propuesta por la pandemia del covid-19, exacerbó la situación elevando el indicador de desempleo al 24.3 %. La crisis de salud pública terminó por destruir los escasos puestos de trabajo existentes en la ciudad con origen distinto a los que genera el sector público.
Ante la situación la reacción ha sido atendida con pasividad, aun no logro discernir el rol de las universidades, Fenalco, Cámara de Comercio, Gremios y Gobierno, pareciera que no se han dado cuenta del crecimiento de la marea, sus rumbos son individuales y obstinados, descartan los lineamientos de los procesos articulados como una estrategia para afrontar los principales problemas que padece la ciudad.
En Valledupar las decisiones son tomadas según la dirección del viento, no nos hemos detenido a analizar el contexto, en aras de definir con absoluta certeza la vocación empresarial de la ciudad. Se ha dado tumbos con el otrora provechoso sector agropecuario, que sigue siendo protagonista en las arengas electorales, pero sin materialización en la ejecución del gobierno, la economía naranja ha sido otro ensueño sin logros palpables, pese al posicionamiento mundial de la música vallenata hoy en día el discurso relata la inmersión en los modelos de ciudad turística, aunque no se cuente con la infraestructura adecuada.
Las circunstancias son preocupantes. Sin embargo, las soluciones están concebidas de retórica, los gobiernos departamental y municipal no entienden las actividades ni acciones para encarar la reactivación económica, son veletas empoderadas de cálculo político y de ego improductivo, la capacidad y alcance de ambos propone por un lado 1000 empleos y por el otro un convenio con Bancoldex por $6.000 millones para beneficiar al sector Mipyme, pero la desarticulación sigue siendo constante, no sirve el estudio realizado por ACOPI y FAEDPYME, el cual resalta que las limitaciones de las Mipymes en Colombia en 2019, están relacionadas con el 48 % no realizaba planificación estratégica y el 78,8 % de las que sí, lo hace a un año; que sólo el 22,4 % de ellas había realizado acuerdos de cooperación con otras empresas, 16,3 % con universidades y 14,5 % con entes gubernamentales.
Habiliten el raciocinio con las Propuestas (ACOPI y FAEDPYME): Impulsar la Demanda Interna mediante el aumento del Gasto Público, Programa Fortalecimiento de clústeres empresariales y de conocimiento, para el desarrollo del comercio interregional, Compras públicas como mecanismo de reactivación económica en las MIPYMES, Programa de aceleración de formalización empresarial y Programa de acuerdos de equidad fiscal y mejora regulatoria territorial para la recuperación económica.
En la última década el desempleo en Valledupar ha tenido tendencia ascendente, alcanzando un promedio de 12 %. La crisis propuesta por la pandemia del covid-19, exacerbó la situación elevando el indicador de desempleo al 24.3 %. La crisis de salud pública terminó por destruir los escasos puestos de trabajo existentes en la ciudad con […]
En la última década el desempleo en Valledupar ha tenido tendencia ascendente, alcanzando un promedio de 12 %. La crisis propuesta por la pandemia del covid-19, exacerbó la situación elevando el indicador de desempleo al 24.3 %. La crisis de salud pública terminó por destruir los escasos puestos de trabajo existentes en la ciudad con origen distinto a los que genera el sector público.
Ante la situación la reacción ha sido atendida con pasividad, aun no logro discernir el rol de las universidades, Fenalco, Cámara de Comercio, Gremios y Gobierno, pareciera que no se han dado cuenta del crecimiento de la marea, sus rumbos son individuales y obstinados, descartan los lineamientos de los procesos articulados como una estrategia para afrontar los principales problemas que padece la ciudad.
En Valledupar las decisiones son tomadas según la dirección del viento, no nos hemos detenido a analizar el contexto, en aras de definir con absoluta certeza la vocación empresarial de la ciudad. Se ha dado tumbos con el otrora provechoso sector agropecuario, que sigue siendo protagonista en las arengas electorales, pero sin materialización en la ejecución del gobierno, la economía naranja ha sido otro ensueño sin logros palpables, pese al posicionamiento mundial de la música vallenata hoy en día el discurso relata la inmersión en los modelos de ciudad turística, aunque no se cuente con la infraestructura adecuada.
Las circunstancias son preocupantes. Sin embargo, las soluciones están concebidas de retórica, los gobiernos departamental y municipal no entienden las actividades ni acciones para encarar la reactivación económica, son veletas empoderadas de cálculo político y de ego improductivo, la capacidad y alcance de ambos propone por un lado 1000 empleos y por el otro un convenio con Bancoldex por $6.000 millones para beneficiar al sector Mipyme, pero la desarticulación sigue siendo constante, no sirve el estudio realizado por ACOPI y FAEDPYME, el cual resalta que las limitaciones de las Mipymes en Colombia en 2019, están relacionadas con el 48 % no realizaba planificación estratégica y el 78,8 % de las que sí, lo hace a un año; que sólo el 22,4 % de ellas había realizado acuerdos de cooperación con otras empresas, 16,3 % con universidades y 14,5 % con entes gubernamentales.
Habiliten el raciocinio con las Propuestas (ACOPI y FAEDPYME): Impulsar la Demanda Interna mediante el aumento del Gasto Público, Programa Fortalecimiento de clústeres empresariales y de conocimiento, para el desarrollo del comercio interregional, Compras públicas como mecanismo de reactivación económica en las MIPYMES, Programa de aceleración de formalización empresarial y Programa de acuerdos de equidad fiscal y mejora regulatoria territorial para la recuperación económica.