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Editorial - 31 mayo, 2019

Seamos sujetos patrimoniales

Lo dejaremos claro: si no empezamos a cuidar, valorar, preservar y promover lo nuestro nadie lo hará por nosotros. A cada quien su justa medida y empecemos a trabajar por lo nuestro.

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Lo dejaremos claro: si no empezamos a cuidar, valorar, preservar y promover lo nuestro nadie lo hará por nosotros. A cada quien su justa medida y empecemos a trabajar por lo nuestro. Son reflexiones generales sobre un tema particular. Nuestro centro histórico hoy está urgido de nuestras miradas, y necesita que de una vez por todas nos convirtamos en sujetos patrimoniales.

El magister en Estudios Americanos de la Universidad de Sevilla, España, Carlos Luis Liñán Pitre, filósofo y abogado, a quien tendremos la oportunidad de escuchar en el Foro: ‘Miremos al Centro Histórico de Valledupar’, lo define de esta manera: “Son todos aquellos actores que hacen parte de la preservación, restauración de monumentos, centros históricos, patrimonio cultural y patrimonio histórico”. En otras palabras, ustedes y nosotros, privados y públicos, personas naturales y jurídicas, a quienes nos importa lo que nos hace ricos en cultura de cualquier índole, la defendemos y promovemos.

De manera que no solo basta con decir que queremos nuestra cultura, también hay que hablar bien de ella y conquistar los corazones de potenciales visitantes, que se lleven un mensaje maravilloso a sus lugares de origen.

Ser sujeto patrimonial es esa condición humana y social a la que llegamos cuando dimensionamos el valor de lo histórico, tangible e intangible, y hoy es nuestro epicentro urbanístico, cultural y ambiental el que pide a gritos que lo miremos, y así lograremos ser sujetos patrimoniales.

No tiene que arder nuestra ‘Notre Dame’ para que, llorando sobre sus ruinas, corramos a crear un crowdfunding o financiación colectiva para recuperar lo que juntos podemos salvar hoy. Valoramos los esfuerzos del gobierno municipal que ha invertido y promovido nuestro centro histórico, pero deseamos que se hagan mayores esfuerzos, armónicos entre el desarrollo urbanístico moderno y el patrimonio.

Valoramos la preocupación de nuestros comerciantes en el centro histórico pues son ellos los que también han permitido atraer y atender al visitante y a nosotros que también disfrutamos de su servicio. Pero, seamos sujetos patrimoniales todos y encontremos juntos la solución.

Ahora, empecemos a seguir los ejemplos hay alrededor del globo: la Oficina del Historiador en La Habana, Cuba, el movimiento cívico en Buenos Aires, Argentina, denominado ‘Basta de Demoler’, cuyas actividades han hecho eco en el hemisferio. Son los gobiernos locales sujetos patrimoniales, y está también en sus manos crear una cosa y promover la otra. Al final de cuenta ambas instancias, Oficina o movimiento cívico son impulsados por el espíritu de pertenencia.

En ese camino de la unión podríamos lograr lo que logró Sevilla, España, con su centro histórico de 12 barrios, 3,94 kilómetros cuadrados: luego de enfrentamientos de alto nivel consiguieron la restauración, con ‘su PEMP’, su patrimonio, y alcanzaron los recursos de sujetos patrimoniales de mayores proporciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que ha invertido sustanciosos recursos a la ciudad andaluza.

Que nuestro centro histórico con su singularidad sea salvado, a través de nuestros propios esfuerzos, todos juntos.

Editorial
31 mayo, 2019

Seamos sujetos patrimoniales

Lo dejaremos claro: si no empezamos a cuidar, valorar, preservar y promover lo nuestro nadie lo hará por nosotros. A cada quien su justa medida y empecemos a trabajar por lo nuestro.


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Lo dejaremos claro: si no empezamos a cuidar, valorar, preservar y promover lo nuestro nadie lo hará por nosotros. A cada quien su justa medida y empecemos a trabajar por lo nuestro. Son reflexiones generales sobre un tema particular. Nuestro centro histórico hoy está urgido de nuestras miradas, y necesita que de una vez por todas nos convirtamos en sujetos patrimoniales.

El magister en Estudios Americanos de la Universidad de Sevilla, España, Carlos Luis Liñán Pitre, filósofo y abogado, a quien tendremos la oportunidad de escuchar en el Foro: ‘Miremos al Centro Histórico de Valledupar’, lo define de esta manera: “Son todos aquellos actores que hacen parte de la preservación, restauración de monumentos, centros históricos, patrimonio cultural y patrimonio histórico”. En otras palabras, ustedes y nosotros, privados y públicos, personas naturales y jurídicas, a quienes nos importa lo que nos hace ricos en cultura de cualquier índole, la defendemos y promovemos.

De manera que no solo basta con decir que queremos nuestra cultura, también hay que hablar bien de ella y conquistar los corazones de potenciales visitantes, que se lleven un mensaje maravilloso a sus lugares de origen.

Ser sujeto patrimonial es esa condición humana y social a la que llegamos cuando dimensionamos el valor de lo histórico, tangible e intangible, y hoy es nuestro epicentro urbanístico, cultural y ambiental el que pide a gritos que lo miremos, y así lograremos ser sujetos patrimoniales.

No tiene que arder nuestra ‘Notre Dame’ para que, llorando sobre sus ruinas, corramos a crear un crowdfunding o financiación colectiva para recuperar lo que juntos podemos salvar hoy. Valoramos los esfuerzos del gobierno municipal que ha invertido y promovido nuestro centro histórico, pero deseamos que se hagan mayores esfuerzos, armónicos entre el desarrollo urbanístico moderno y el patrimonio.

Valoramos la preocupación de nuestros comerciantes en el centro histórico pues son ellos los que también han permitido atraer y atender al visitante y a nosotros que también disfrutamos de su servicio. Pero, seamos sujetos patrimoniales todos y encontremos juntos la solución.

Ahora, empecemos a seguir los ejemplos hay alrededor del globo: la Oficina del Historiador en La Habana, Cuba, el movimiento cívico en Buenos Aires, Argentina, denominado ‘Basta de Demoler’, cuyas actividades han hecho eco en el hemisferio. Son los gobiernos locales sujetos patrimoniales, y está también en sus manos crear una cosa y promover la otra. Al final de cuenta ambas instancias, Oficina o movimiento cívico son impulsados por el espíritu de pertenencia.

En ese camino de la unión podríamos lograr lo que logró Sevilla, España, con su centro histórico de 12 barrios, 3,94 kilómetros cuadrados: luego de enfrentamientos de alto nivel consiguieron la restauración, con ‘su PEMP’, su patrimonio, y alcanzaron los recursos de sujetos patrimoniales de mayores proporciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que ha invertido sustanciosos recursos a la ciudad andaluza.

Que nuestro centro histórico con su singularidad sea salvado, a través de nuestros propios esfuerzos, todos juntos.