Por: Nuris Pardo Conrado Según el decir de Kike Cataño donde se diga la verdad ella brillará, nadie puede quitarle su valía y hasta en el oscuro ésta sale a relucir, nadie ni nada la opaca. La verdad llega más allá de donde el ser humano se imagina que pueda serlo, por eso siempre que […]
Por: Nuris Pardo Conrado
Según el decir de Kike Cataño donde se diga la verdad ella brillará, nadie puede quitarle su valía y hasta en el oscuro ésta sale a relucir, nadie ni nada la opaca. La verdad llega más allá de donde el ser humano se imagina que pueda serlo, por eso siempre que le toca informar algo lo hace diciendo lo que ve y lo que vive, hoy su manifestación la hace con el mayor dolor democrático que cesarense alguno pueda sentir, según él se perdió la ocasión, se dilapidó el momento oportuno, despilfarraron la ocasión más propicia para elegir a quien, a su modo de ver, tenía las condiciones para ser el gobernador de nuestro departamento.
Informa, además, que Rodrigo Ríos Uribe, no es alguien a quien se pueda decir que se desconoce, es un militante del Partido Conservador que jamás había contado con la suerte, ni con su interés de hacerse elegir como gobernador, la opción se le presentó cuando menos lo esperaba, él, dentro de su ambiciones no la tenía planeada, fue más por insinuación que por voluntad propia, quienes lo motivaron están convencido que es una persona con mucho talante, topado de conocimiento, lleno de ejecutorias, un experto de la medicina con certificada experiencia en la administración pública; honrado, humanista, desinteresado, íntegro en amistad, sufre en cuerpo propio las adversidades de quienes le rodean, y sin interés alguno da de sí todo cuanto tiene, hasta el punto de haber rechazado en muchos casos las ofertas que se le dieron, prefirió darle la mano a quien le vio condiciones, principalmente a sus paisanos a quienes trajo de la mano de su pueblo y los ingresó a la sociedad de este lugar, dejándolos posesionado en los mejores lugares que persona alguna pueda adquirir en cualquier ámbito.
A Ríos lo conoció, así como nos conocemos en esta ciudad, en cualquier sitio, pero al verlo se convenció de su temple, reconoce en él un mecenas, porque da lo que tiene a mano tendida sin solicitar nada a cambio, hoy acompañado por Margarita su esposa y por un hijo que dios le envió a buena hora, de quien se sabe será igual astilla, por que proviene de un buen tronco.
Según su decir le duele que el doctor Ríos no haya sido el escogido, pero su sentimiento va más por nosotros que por él, seguirá en lo que le gusta, no la achicopalará la trampa que le tendieron, azules, verdes y Pin-tados, de él se hizo trizas pero lo real es que se desesperanzó un pueblo, y – con la mano de sus mejores amigos-, de esos que formó, a los que llevó a la cima, los cuales fueron capaces de rodarle la banca y tenderle la encerrona, porque sabían que no lo iban a clonar, ni tampoco a exagerar capitales en poco tiempo, como ha sucedido.
Dice complacerle la altura y la humildad del hoy derrotado, el cual ha aceptado el compromiso de acoger los resultados dados, esa aptitud lo hace más grande aunque muchos saben que aquí perdió el departamento, que vamos para una precariedad gubernamental y que esta es la cuota inicial de una macabra encerrona de los inútiles para administrar la cosa pública.
Manifiesta no tener nada en contra del escogido, lo que le molesta es la ingratitud de quienes articularon el hecho para construir la politiquería rastrera, hoy empotrada en nuestro medio y sobre todo de aquel que nació humilde y creció entre todos y con la voluntad popular salió elegido, olvidándose mirar hacia atrás porque se ofende de su pasado, pero ni la sal lo convertirá en estatua como Sara, porque no se lo merece.
Establece que corresponde decirle al doctor Ríos, a su esposa, hijo y seguidores que no decline que sacrifiquen algo más por el Cesar, porque ese compromiso serio lo necesitamos todos los cesarenses, que avance con sus ideales, para así algún día podemos ver constituida una colectividad limpia, un Cesar aseado y una sociedad como la que el perdedor de la consulta ofreció basado en su frase de combate. ¡Un compromiso serio!.
[email protected]
Por: Nuris Pardo Conrado Según el decir de Kike Cataño donde se diga la verdad ella brillará, nadie puede quitarle su valía y hasta en el oscuro ésta sale a relucir, nadie ni nada la opaca. La verdad llega más allá de donde el ser humano se imagina que pueda serlo, por eso siempre que […]
Por: Nuris Pardo Conrado
Según el decir de Kike Cataño donde se diga la verdad ella brillará, nadie puede quitarle su valía y hasta en el oscuro ésta sale a relucir, nadie ni nada la opaca. La verdad llega más allá de donde el ser humano se imagina que pueda serlo, por eso siempre que le toca informar algo lo hace diciendo lo que ve y lo que vive, hoy su manifestación la hace con el mayor dolor democrático que cesarense alguno pueda sentir, según él se perdió la ocasión, se dilapidó el momento oportuno, despilfarraron la ocasión más propicia para elegir a quien, a su modo de ver, tenía las condiciones para ser el gobernador de nuestro departamento.
Informa, además, que Rodrigo Ríos Uribe, no es alguien a quien se pueda decir que se desconoce, es un militante del Partido Conservador que jamás había contado con la suerte, ni con su interés de hacerse elegir como gobernador, la opción se le presentó cuando menos lo esperaba, él, dentro de su ambiciones no la tenía planeada, fue más por insinuación que por voluntad propia, quienes lo motivaron están convencido que es una persona con mucho talante, topado de conocimiento, lleno de ejecutorias, un experto de la medicina con certificada experiencia en la administración pública; honrado, humanista, desinteresado, íntegro en amistad, sufre en cuerpo propio las adversidades de quienes le rodean, y sin interés alguno da de sí todo cuanto tiene, hasta el punto de haber rechazado en muchos casos las ofertas que se le dieron, prefirió darle la mano a quien le vio condiciones, principalmente a sus paisanos a quienes trajo de la mano de su pueblo y los ingresó a la sociedad de este lugar, dejándolos posesionado en los mejores lugares que persona alguna pueda adquirir en cualquier ámbito.
A Ríos lo conoció, así como nos conocemos en esta ciudad, en cualquier sitio, pero al verlo se convenció de su temple, reconoce en él un mecenas, porque da lo que tiene a mano tendida sin solicitar nada a cambio, hoy acompañado por Margarita su esposa y por un hijo que dios le envió a buena hora, de quien se sabe será igual astilla, por que proviene de un buen tronco.
Según su decir le duele que el doctor Ríos no haya sido el escogido, pero su sentimiento va más por nosotros que por él, seguirá en lo que le gusta, no la achicopalará la trampa que le tendieron, azules, verdes y Pin-tados, de él se hizo trizas pero lo real es que se desesperanzó un pueblo, y – con la mano de sus mejores amigos-, de esos que formó, a los que llevó a la cima, los cuales fueron capaces de rodarle la banca y tenderle la encerrona, porque sabían que no lo iban a clonar, ni tampoco a exagerar capitales en poco tiempo, como ha sucedido.
Dice complacerle la altura y la humildad del hoy derrotado, el cual ha aceptado el compromiso de acoger los resultados dados, esa aptitud lo hace más grande aunque muchos saben que aquí perdió el departamento, que vamos para una precariedad gubernamental y que esta es la cuota inicial de una macabra encerrona de los inútiles para administrar la cosa pública.
Manifiesta no tener nada en contra del escogido, lo que le molesta es la ingratitud de quienes articularon el hecho para construir la politiquería rastrera, hoy empotrada en nuestro medio y sobre todo de aquel que nació humilde y creció entre todos y con la voluntad popular salió elegido, olvidándose mirar hacia atrás porque se ofende de su pasado, pero ni la sal lo convertirá en estatua como Sara, porque no se lo merece.
Establece que corresponde decirle al doctor Ríos, a su esposa, hijo y seguidores que no decline que sacrifiquen algo más por el Cesar, porque ese compromiso serio lo necesitamos todos los cesarenses, que avance con sus ideales, para así algún día podemos ver constituida una colectividad limpia, un Cesar aseado y una sociedad como la que el perdedor de la consulta ofreció basado en su frase de combate. ¡Un compromiso serio!.
[email protected]