Por: Basilio Padilla
Todavía no se ha escogido el candidato oficial del partido republicano, pero ya es una cuestión de semántica, ya que en la convención que se celebrara en la ciudad de Tampa del 27 al 30 de Agosto, es un hecho que se escogerá al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney. Ambos hombres: Obama y Romney presentan aspectos muy diferentes de cómo resolver la problemática Americana que tiene mucho que ver con el  aspecto económico, altas cifras de desempleo, prolongada crisis del sector de bienes raíces y cuestionamientos del manejo de la política internacional.
Las encuestas varían dentro de los márgenes de error, pero no dan un claro ganador en esta temprana época de campaña. Obama encuentra apoyo solido en ciertos sectores: mujeres, jóvenes universitarios, sector de raza negra, mayoría de latinos y los poderosos sindicatos americanos. Mitt Romney, por el contrario, encuentra apoyo en todo el sector conservador, sector empresarial, Wall Street, sectores religiosos, especialmente católicos y dueños de pequeños negocios.
Este periodo del presidente Obama no ha traído la prosperidad que había prometido en su pasada campaña, a lo cual él ha culpado al estado de la economía que heredo del presidente Bush. Esta idea tuvo mucha credibilidad al principio de su periodo, pero después de más de 2 años ya la gente no cree en esta excusa. El masivo rescate económico de varias poderosas compañías, especialmente las automovilísticas han producido resultados mezclados. Se salvaron estas compañías, pero no han producido el empleo esperado y esto ha sido debido al hecho que se han transformado en empresas más pequeñas y de menos gastos.

El desempleo se encuentra a 8.5%, pero estos niveles son altos teniendo en cuenta que por muchos años estuvo oscilando entre 4 y 4.5%. Algunos aspectos controversiales del presidente Obama, que no lo han puesto en una buena posición con las iglesias han sido los temas del aborto, homosexualidad y pastillas anticonceptivas, lo cual se convirtió en un pequeño escándalo, al proponer que estas fueran entregadas gratuitamente, hasta por las organizaciones religiosas. Luego se retractó, pero el daño ya estaba hecho.
Aunque manteniendo el apoyo solido del sector de raza negra, ha perdido apoyo de los latinos por el hecho de que había prometido una reforma al sensitivo tema migratorio y no la  ha hecho, por el contrario, durante su periodo se han deportado más personas ilegales que cualquier otro periodo presidencial de los EE.UU.

A pesar de esto los mexicanos todavía lo ven como la mejor alternativa. Otra crítica ha sido la tendencia a incrementar los impuestos y la apertura de grandes programas sociales, sin la  creación de nuevas fuentes de ingreso lo cual ha conducido a empeorar el déficit nacional, a unos niveles nunca antes vistos (13 billones de dólares).

La reforma al sector de la salud ha encontrado una resistencia feroz y actualmente la mayor parte de ella se encuentra en análisis por la corte suprema de justicia. En cuanto al candidato republicano, se le imputa la crítica, que por ser una persona millonaria, no conoce la lucha diaria de los sectores menos favorecidos, que sus políticas favorecerían a los ricos de EE.UU. y que no posee experiencia en el campo internacional.
Mitt Romney es apoyado por los sectores y  conglomerados económicos debido a  su experiencia en el manejo de empresas financieras, las que dirigió por muchos años y que por supuesto tuvieron muchos éxitos. Su tema es la prosperidad económica del país, sin incrementar los impuestos y creando muchas fuentes de empleo, es decir el tema económico es el primero en su agenda. A pesar de que su familia emigro a México por cuestiones de persecución religiosa (Mormones), no habla español y propone las reformas migratorias más estrictas que son totalmente opuestas a lo que quieren los sectores latinos de extracción mexicana. Encuentra apoyo en el sector cubano de la Florida, bajo el liderazgo del senador estrella Marco Rubio, quien también es considerado como candidato para vicepresidente.