P E R I S C O PI O
Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Se dice que el dios Eolo, padre de los vientos y las tempestades a los que guardaba en unas cavernas metidos en odres o pellejos, era feliz rompiendo éstos para liberarlos y ocasionando tormentas bien fuera inspiradas por él u ordenadas por su padre Zeus, el padre de los hombres y de los dioses, que amontonaba las nubes y desencadenaba los rayos. Generalmente las víctimas de éstos procederes eran los míseros mortales como le sucedió a Ulises cuando se dirigía a Ítaca de regreso de Troya, cuando sus compañeros por curiosidad, abrieron los pellejos que Eolo le había regalado y que eran contrarios a su navegación, desatando una tormenta furiosa que acabó con la flota del guerrero.
Por imprudencia, curiosidad, animadversión a sus semejantes o exceso de confianza, los mortales también desencadenamos tormentas que nos ocasionan grandes males, vean si no, lo que le está pasando al señor Uribe, ex -represidente dentro de una semana, que se está quedando solo, que se está poniendo triste, desencajado, mcomo el Tite de Evarista por haber creído que lo podía todo y que todo se lo iban a perdonar. Mamola!
Ahora resulta que la denuncia colombiana ante la OEA parece que cayó en saco roto, el sólo estilo de su presentación no fue el adecuado, en vez de un estilo ponderado con pruebas irrefutables, el señor Hoyos utilizó un estilo guerrerista y chismoso como si quisiera obligar a los delegados de la OEA a creerle a las malas y metiéndose en temas específicos de la conducción del país de Venezuela por el Coronel Chávez, que no nos corresponde a nosotros criticar; lo conducente era demostrar lo que se quería demostrar diplomáti camente, lo que no se hizo, su alocución fue muy paisa, pero poco diplomática; error, inmenso error, porque los que escuchaban no eran niños de kinder, sino gallos jugados de todas las naciones nuestras.
Sin ambagues, puedo decir sin pensarlo dos veces que el mejor presidente de América del Sur es, sin explicar por qué, Luis Ignacio Lula da Silva, quien a raíz del diferendo colombo-venezolano, opinó que estamos en tiempo de paz y no de guerra y esto ha molestado sobremanera al re-presidente que no pierde oportunidad de echarle su agua sucia, se asemeja así a los borrachos de pueblo que andan con la ruana a rastras, esperando que alguien se la pise para buscarle pelea. Personalmente creo que los pueblos colombiano y venezolano ni están en guerra ni lo quieren estar ni hoy, ni mañana ni nunca, esto, que se sepa y no se olvide, es una pelea entre Uribe y Chávez de tipo personal cuyas razones desconocemos, pero que deberá terminar cuando uno de ellos deje la presidencia, que en Colombia es dentro de una semana. Muerto el perro, se acabó la rabia. Borrón y cuenta nueva.
Otra que no esperábamos del re-presidente era que utilizara a Pachito Santos, el deshormonado, como Mariano Ospina Pérez utilizaba a doña Berta, o sea para que dijera lo que él no quería decir, y ahora Pachito califica a Vargas Lleras con el mismo epíteto que lo calificara el re-presidente; lo que no sabemos es en calidad de qué lo dice y lo hace Pachito, si como ciudadano con cédula, si como Vicepresidente que ya se va, si como doble primo del presidente electo o como lambón mayor del represidente. Ud., amigo lector, ¿qué opina?
Y la última, por lo pronto, pero no la menos, es que se está utilizando la majestad de la Presidencia de la República para rescatar la credibilidad perdida ante los colombianos y seguir ofendiendo a las autoridades judiciales para defender actuaciones de los hijos del ejecutivo por las cuales son requeridos por autoridades de la Fiscalía, por la ingerencia en nombramientos en cargos de la Superintendencia de Notarías.  Cómo les parece? Unos carajitos piernipeludos que apenas estaban huevirrallando, haciendo recomendaciones para el nombramiento de Notarios, que garantizan la fe pública en el país, por eso a éste país se lo llevó el divino patas, no hay otra.
El que siembra su maíz, pues que recoja su algodón, no es más.