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Columnista - 8 diciembre, 2023

Se enfermó Montesquieu

Seamos claros con lo que está aconteciendo en Colombia actualmente con las reformas que avanzan poco a poco en el Congreso de la República.

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Por Jorge Eduardo Ávila.

Seamos claros con lo que está aconteciendo en Colombia actualmente con las reformas que avanzan poco a poco en el Congreso de la República. Una de las ramas del poder público, la ejecutiva, presenta a otra, la legislativa, proyectos que deben surtir el proceso de aprobación de las leyes que consagra la Constitución Política de 1991, para elevar su estatus al de ley. Posteriormente, la otra rama del poder, la judicial, participa del estudio y análisis tanto de forma como de fondo, de la nueva norma, y la declara exequible, si cumplió con el proceso establecido para la aprobación de las leyes y si su contenido respeta el contenido de nuestra Carta Magna. Aquí he resumido 2 semestres de Derecho Constitucional para quienes somos abogados. Sencillo.

Cuando Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, aparece en escena durante la época de la Ilustración en Francia, por allá en los siglos XVII y XVIII, el mundo, las repúblicas, las democracias, cambiaron drásticamente. En su obra ‘El espíritu de las leyes’, este gran abogado y filósofo plantea la teoría de la tridivisión del poder, que aclara el panorama de manera fascinante: el poder es uno solo, es un elemento necesario para la conformación de los estados -a los que agregamos el territorio, la población y el reconocimiento por parte de otros estados-, y se evidencia en la vida de los ciudadanos en las tres ramas del poder público: legislativa, ejecutiva y judicial. Si empleamos como criterio para organizar las ramas el de la ley, decimos que el legislativo la produce, el ejecutivo se encarga de cumplirla y el judicial sanciona su incumplimiento. 

Este tipo de descubrimientos, producto de la Ilustración, ayudó a seguir combatiendo los regímenes absolutistas que pululaban en Europa. Estas teorías permitieron que los hombres enfundaran no sólo armas sino desde ese momento argumentos de peso, para contrarrestar el poder ilimitado de los reyes, que, en pocas palabras, concentraban en ellos las 3 ramas del poder. Esta estructura se mantenía viva al sustentarse en el origen divino del poder, es decir, en que Dios escogía a los reyes para gobernar y su gobierno carecía de límites. 

Pero ¿para qué todo esto? Porque lo que hoy vivimos en Colombia debe analizarse desde una óptica clara y real. El gobierno de Petro es responsable por las feroces reformas que adelanta, que desde posturas de revanchismo y resentimiento buscan perjudicar a varios sectores, que generan empleo, desarrollo e impuestos, que generan riqueza, para, como los estados adscritos al foro de Sao Paulo, al Socialismo del Siglo XXI, empobrecernos rápidamente a todos. Pero el Congreso no se queda atrás. Es allí donde muchos colombianos esperamos que se filtren, que se nieguen y que se hundan esas iniciativas perversas del gobierno. Pero al parecer, Cámara y Senado, cooptados por la mermelada del Pacto Histórico, le dan la espalda al país, al pueblo, se dejan tentar por prebendas burocráticas y económicas, e incumplen con el mandato para el que fueron elegidos. Y para completar, las cortes, como la Constitucional, en vez de declarar inexequibles sus contenidos, las protege y les permite vivir jurídicamente para causar un gran daño a nuestra sociedad. En Petro nace la podredumbre, el Congreso se deja untar y las cortes validan un futuro nefasto para Colombia. Nuestro sistema está en crisis, lo anticipamos hace más de año y medio y ahora, gracias a unos ilusos, vemos como el país se descuaderna y nos enfila hacia el despeñadero. Petro terminará su presidencia y gozará de su pensión para comprar más zapatos Ferragamo, mientras los demás nos acostamos con hambre. Nosotros mismos pateamos la lonchera. 

La estatización de la salud en Colombia es un error que va a generar desatención y caos en pacientes y sus familias. Lo anticipamos también, ya lo veremos…

Mientras tanto, ya se cumple una tercera parte de esta pesadilla de gobierno, falta el 66%. Que Dios nos dé fuerzas para aguantar, para luchar y para luego, reconstruir este país que poco a poco se va a la mierda. 

Columnista
8 diciembre, 2023

Se enfermó Montesquieu

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Eduardo Ávila

Seamos claros con lo que está aconteciendo en Colombia actualmente con las reformas que avanzan poco a poco en el Congreso de la República.


Por Jorge Eduardo Ávila.

Seamos claros con lo que está aconteciendo en Colombia actualmente con las reformas que avanzan poco a poco en el Congreso de la República. Una de las ramas del poder público, la ejecutiva, presenta a otra, la legislativa, proyectos que deben surtir el proceso de aprobación de las leyes que consagra la Constitución Política de 1991, para elevar su estatus al de ley. Posteriormente, la otra rama del poder, la judicial, participa del estudio y análisis tanto de forma como de fondo, de la nueva norma, y la declara exequible, si cumplió con el proceso establecido para la aprobación de las leyes y si su contenido respeta el contenido de nuestra Carta Magna. Aquí he resumido 2 semestres de Derecho Constitucional para quienes somos abogados. Sencillo.

Cuando Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, aparece en escena durante la época de la Ilustración en Francia, por allá en los siglos XVII y XVIII, el mundo, las repúblicas, las democracias, cambiaron drásticamente. En su obra ‘El espíritu de las leyes’, este gran abogado y filósofo plantea la teoría de la tridivisión del poder, que aclara el panorama de manera fascinante: el poder es uno solo, es un elemento necesario para la conformación de los estados -a los que agregamos el territorio, la población y el reconocimiento por parte de otros estados-, y se evidencia en la vida de los ciudadanos en las tres ramas del poder público: legislativa, ejecutiva y judicial. Si empleamos como criterio para organizar las ramas el de la ley, decimos que el legislativo la produce, el ejecutivo se encarga de cumplirla y el judicial sanciona su incumplimiento. 

Este tipo de descubrimientos, producto de la Ilustración, ayudó a seguir combatiendo los regímenes absolutistas que pululaban en Europa. Estas teorías permitieron que los hombres enfundaran no sólo armas sino desde ese momento argumentos de peso, para contrarrestar el poder ilimitado de los reyes, que, en pocas palabras, concentraban en ellos las 3 ramas del poder. Esta estructura se mantenía viva al sustentarse en el origen divino del poder, es decir, en que Dios escogía a los reyes para gobernar y su gobierno carecía de límites. 

Pero ¿para qué todo esto? Porque lo que hoy vivimos en Colombia debe analizarse desde una óptica clara y real. El gobierno de Petro es responsable por las feroces reformas que adelanta, que desde posturas de revanchismo y resentimiento buscan perjudicar a varios sectores, que generan empleo, desarrollo e impuestos, que generan riqueza, para, como los estados adscritos al foro de Sao Paulo, al Socialismo del Siglo XXI, empobrecernos rápidamente a todos. Pero el Congreso no se queda atrás. Es allí donde muchos colombianos esperamos que se filtren, que se nieguen y que se hundan esas iniciativas perversas del gobierno. Pero al parecer, Cámara y Senado, cooptados por la mermelada del Pacto Histórico, le dan la espalda al país, al pueblo, se dejan tentar por prebendas burocráticas y económicas, e incumplen con el mandato para el que fueron elegidos. Y para completar, las cortes, como la Constitucional, en vez de declarar inexequibles sus contenidos, las protege y les permite vivir jurídicamente para causar un gran daño a nuestra sociedad. En Petro nace la podredumbre, el Congreso se deja untar y las cortes validan un futuro nefasto para Colombia. Nuestro sistema está en crisis, lo anticipamos hace más de año y medio y ahora, gracias a unos ilusos, vemos como el país se descuaderna y nos enfila hacia el despeñadero. Petro terminará su presidencia y gozará de su pensión para comprar más zapatos Ferragamo, mientras los demás nos acostamos con hambre. Nosotros mismos pateamos la lonchera. 

La estatización de la salud en Colombia es un error que va a generar desatención y caos en pacientes y sus familias. Lo anticipamos también, ya lo veremos…

Mientras tanto, ya se cumple una tercera parte de esta pesadilla de gobierno, falta el 66%. Que Dios nos dé fuerzas para aguantar, para luchar y para luego, reconstruir este país que poco a poco se va a la mierda.