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Editorial - 17 febrero, 2017

¿Se cumplen los Decretos?

Desde que el fenómeno del mototaxismo tomó fuerza y se consolidó como una realidad social que afectaba (positiva o negativamente) a toda la población, las autoridades crearon fórmulas para disminuir el impacto en la movilidad y el transporte legalmente constituido. En Valledupar desde la administración del alcalde Rubén Carvajal Riveira (2011) salieron a relucir los […]

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Desde que el fenómeno del mototaxismo tomó fuerza y se consolidó como una realidad social que afectaba (positiva o negativamente) a toda la población, las autoridades crearon fórmulas para disminuir el impacto en la movilidad y el transporte legalmente constituido.

En Valledupar desde la administración del alcalde Rubén Carvajal Riveira (2011) salieron a relucir los decretos, como la mejor fórmula, para lograr este fin: decreto del pico y placa, que restringía la salida de motocicletas por día, y prohibición de parrillero mayor de 14 años (por la ola de atracos y homicidios); luego en el gobierno de Luis Fabián Fernández Maestre fue implementado el día sin moto, y después de estos dos gobiernos siguió Fredys Socarrás Reales con la restricción de hombres mayores de 14 años, el sábado sin parrillero y prohibición de circulación en la zona céntrica.

En el año 2014, las autoridades locales revisaron las medidas y decidieron continuar con los decretos, que generaron protestas y desmanes en la ciudad. En Valledupar, según cálculos aproximados, circulan más de 80 mil motos diarias, de ahí la necesidad de regular su tránsito por las vías vallenatas.

A la fecha continúa el decreto de prohibir parrillero hombre mayor de 14 años, el sábado sin parrillero y la no circulación en la zona céntrica. Las tres son medidas sanas que buscan equilibrar la movilidad, mejorar la seguridad y mantener el orden.

A pesar que los decretos que han ido variando y modificando de acuerdo con las necesidades de la coyuntura, su implementación es débil. Los ciudadanos que se movilizan en motocicletas en su mayoría no acatan estas disposiciones y lo peor, las autoridades no tienen el suficiente músculo para hacerlas acatar.

En el centro, en las vías por donde no deben circular, si no hay presencia de la Policía y no está la grúa, se observan motos a cualquier hora del día, especialmente de mototaxistas y mensajerías.

Los sábados hay parrilleros (hombre y mujer) y de lunes a domingo llevan hombres mayores.

El último decreto es de enero pasado, el 000519, con el que el alcalde Augusto Ramírez Uhía extendió la prohibición de parrillero hombre mayor de 14 años en toda clase de motocicletas de cualquier cilindraje, por seis meses más, de lunes a domingo, las 24 horas del día. La justificación es conservar el orden público y fue analizada en un consejo de seguridad debido a los hechos delictivos que ocurren en la ciudad diariamente.

Parece una batalla perdida con el mototaxismo y los motociclistas, no hay decreto que los controle, cuando la movilidad y la seguridad están en sus manos. Las autoridades deben insistir en su cumplimiento.

Editorial
17 febrero, 2017

¿Se cumplen los Decretos?

Desde que el fenómeno del mototaxismo tomó fuerza y se consolidó como una realidad social que afectaba (positiva o negativamente) a toda la población, las autoridades crearon fórmulas para disminuir el impacto en la movilidad y el transporte legalmente constituido. En Valledupar desde la administración del alcalde Rubén Carvajal Riveira (2011) salieron a relucir los […]


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Desde que el fenómeno del mototaxismo tomó fuerza y se consolidó como una realidad social que afectaba (positiva o negativamente) a toda la población, las autoridades crearon fórmulas para disminuir el impacto en la movilidad y el transporte legalmente constituido.

En Valledupar desde la administración del alcalde Rubén Carvajal Riveira (2011) salieron a relucir los decretos, como la mejor fórmula, para lograr este fin: decreto del pico y placa, que restringía la salida de motocicletas por día, y prohibición de parrillero mayor de 14 años (por la ola de atracos y homicidios); luego en el gobierno de Luis Fabián Fernández Maestre fue implementado el día sin moto, y después de estos dos gobiernos siguió Fredys Socarrás Reales con la restricción de hombres mayores de 14 años, el sábado sin parrillero y prohibición de circulación en la zona céntrica.

En el año 2014, las autoridades locales revisaron las medidas y decidieron continuar con los decretos, que generaron protestas y desmanes en la ciudad. En Valledupar, según cálculos aproximados, circulan más de 80 mil motos diarias, de ahí la necesidad de regular su tránsito por las vías vallenatas.

A la fecha continúa el decreto de prohibir parrillero hombre mayor de 14 años, el sábado sin parrillero y la no circulación en la zona céntrica. Las tres son medidas sanas que buscan equilibrar la movilidad, mejorar la seguridad y mantener el orden.

A pesar que los decretos que han ido variando y modificando de acuerdo con las necesidades de la coyuntura, su implementación es débil. Los ciudadanos que se movilizan en motocicletas en su mayoría no acatan estas disposiciones y lo peor, las autoridades no tienen el suficiente músculo para hacerlas acatar.

En el centro, en las vías por donde no deben circular, si no hay presencia de la Policía y no está la grúa, se observan motos a cualquier hora del día, especialmente de mototaxistas y mensajerías.

Los sábados hay parrilleros (hombre y mujer) y de lunes a domingo llevan hombres mayores.

El último decreto es de enero pasado, el 000519, con el que el alcalde Augusto Ramírez Uhía extendió la prohibición de parrillero hombre mayor de 14 años en toda clase de motocicletas de cualquier cilindraje, por seis meses más, de lunes a domingo, las 24 horas del día. La justificación es conservar el orden público y fue analizada en un consejo de seguridad debido a los hechos delictivos que ocurren en la ciudad diariamente.

Parece una batalla perdida con el mototaxismo y los motociclistas, no hay decreto que los controle, cuando la movilidad y la seguridad están en sus manos. Las autoridades deben insistir en su cumplimiento.