Con el anunciado regreso de Colombia Natural Resources, CNR, a la actividad de producción de carbones térmicos en el departamento, no se duda de que el incremento de los precios internacionales está configurando una extraordinaria oportunidad para también generarle más regalías al Cesar y abrir empleos, en el marco de una muy golpeada ocupación minera […]
Con el anunciado regreso de Colombia Natural Resources, CNR, a la actividad de producción de carbones térmicos en el departamento, no se duda de que el incremento de los precios internacionales está configurando una extraordinaria oportunidad para también generarle más regalías al Cesar y abrir empleos, en el marco de una muy golpeada ocupación minera en la región. Dicen, contratarán 300 personas.
Esperamos que sus compromisos sociales se mantengan, eso se ha dicho oficialmente, y los procesos iniciados en ese orden no vayan a tener ninguna afectación, más allá de la preocupación que se generó por su parálisis precedida de su acogimiento a la Ley 1116 de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades, para lograr llegar a un acuerdo de pago de sus casi medio billón de pesos de deuda. Esta vez los inversionistas son colombianos, con experiencia comercial, que seguro hallarán la solución más apropiada en el aspecto administrativo, laboral y de producción.
Se le dará mayor uso a las vías y a la infraestructura férrea y se generarán beneficios también en el Magdalena, donde se ubica la zona portuaria. Se ha previsto alcanzar una producción anual del orden de los 3 millones de toneladas anuales, y en un escenario conservador se manifiesta que colocar en el mercado dos millones satisface a los nuevos dueños, que con ellas hoy podrían alcanzar exportaciones superiores a los USD 250 millones. Las minas que posee CNR, La Francia y el Hatillo, están en capacidad de producir entre 5 y 7 millones de toneladas anuales.
De otro lado. Quedamos en ascuas a la espera de que en el curso de la semana se dé un pronunciamiento de la Agencia Nacional de Minería sobre la continuidad o no de Prodeco, la compañía del grupo Glencore que ha adquirido la totalidad de Cerrejón y hace trámites de cierre en entidades regulatorias de carácter internacional.
Desde estas páginas hemos procurado que el departamento le dé pleno desarrollo, sin exclusiones, a sus fuerzas productivas. Tratándose de la actividad minera, que ahora se pronostica se ampliará de confirmarse como explotables los recursos, al cobre, ella es vital para la generación de empleo, de importantes regalías y de compra de bienes y servicios locales. Puede contribuir significativamente a la vapuleada economía regional, y dotar las alforjas mientras se da el proceso a energías más limpias y renovables como el gas, en primer lugar, y la generación ya iniciada a gran escala solar y eólica.
Es el despliegue de la actividad comercial, la agropecuaria, que pasa por buen momento de precios, a pesar del alza del costo de insumos y agroquímicos, la minera y la de servicios de todo tipo nos pueden dar una mano para que el empleo vuelva al hogar cesarense.
Ese desarrollo, por supuesto, debe darse en condiciones de la mayor consideración hacia el medio ambiente y los derechos de las personas, que no deben ser afectadas por situaciones ilegales para perturbar la normalidad de las operaciones, como las puso de presente Drummond el día de ayer.
Con el anunciado regreso de Colombia Natural Resources, CNR, a la actividad de producción de carbones térmicos en el departamento, no se duda de que el incremento de los precios internacionales está configurando una extraordinaria oportunidad para también generarle más regalías al Cesar y abrir empleos, en el marco de una muy golpeada ocupación minera […]
Con el anunciado regreso de Colombia Natural Resources, CNR, a la actividad de producción de carbones térmicos en el departamento, no se duda de que el incremento de los precios internacionales está configurando una extraordinaria oportunidad para también generarle más regalías al Cesar y abrir empleos, en el marco de una muy golpeada ocupación minera en la región. Dicen, contratarán 300 personas.
Esperamos que sus compromisos sociales se mantengan, eso se ha dicho oficialmente, y los procesos iniciados en ese orden no vayan a tener ninguna afectación, más allá de la preocupación que se generó por su parálisis precedida de su acogimiento a la Ley 1116 de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades, para lograr llegar a un acuerdo de pago de sus casi medio billón de pesos de deuda. Esta vez los inversionistas son colombianos, con experiencia comercial, que seguro hallarán la solución más apropiada en el aspecto administrativo, laboral y de producción.
Se le dará mayor uso a las vías y a la infraestructura férrea y se generarán beneficios también en el Magdalena, donde se ubica la zona portuaria. Se ha previsto alcanzar una producción anual del orden de los 3 millones de toneladas anuales, y en un escenario conservador se manifiesta que colocar en el mercado dos millones satisface a los nuevos dueños, que con ellas hoy podrían alcanzar exportaciones superiores a los USD 250 millones. Las minas que posee CNR, La Francia y el Hatillo, están en capacidad de producir entre 5 y 7 millones de toneladas anuales.
De otro lado. Quedamos en ascuas a la espera de que en el curso de la semana se dé un pronunciamiento de la Agencia Nacional de Minería sobre la continuidad o no de Prodeco, la compañía del grupo Glencore que ha adquirido la totalidad de Cerrejón y hace trámites de cierre en entidades regulatorias de carácter internacional.
Desde estas páginas hemos procurado que el departamento le dé pleno desarrollo, sin exclusiones, a sus fuerzas productivas. Tratándose de la actividad minera, que ahora se pronostica se ampliará de confirmarse como explotables los recursos, al cobre, ella es vital para la generación de empleo, de importantes regalías y de compra de bienes y servicios locales. Puede contribuir significativamente a la vapuleada economía regional, y dotar las alforjas mientras se da el proceso a energías más limpias y renovables como el gas, en primer lugar, y la generación ya iniciada a gran escala solar y eólica.
Es el despliegue de la actividad comercial, la agropecuaria, que pasa por buen momento de precios, a pesar del alza del costo de insumos y agroquímicos, la minera y la de servicios de todo tipo nos pueden dar una mano para que el empleo vuelva al hogar cesarense.
Ese desarrollo, por supuesto, debe darse en condiciones de la mayor consideración hacia el medio ambiente y los derechos de las personas, que no deben ser afectadas por situaciones ilegales para perturbar la normalidad de las operaciones, como las puso de presente Drummond el día de ayer.