El próximo 20 de junio, es decir, en nueve días, las Farc entregarán las armas. Hasta el momento van inventariadas 7.132, que eran de los siete mil subversivos concentrados en las 19 zonas veredales, más las armas de los 2.800 milicianos y las 949 caletas declaradas con explosivos y municipios que también serán desmanteladas. Destacamos […]
El próximo 20 de junio, es decir, en nueve días, las Farc entregarán las armas. Hasta el momento van inventariadas 7.132, que eran de los siete mil subversivos concentrados en las 19 zonas veredales, más las armas de los 2.800 milicianos y las 949 caletas declaradas con explosivos y municipios que también serán desmanteladas.
Destacamos esas cifras porque son esas armas en buen recaudo las que han evitado que en los últimos nueve meses se haya evitado la muerte de cientos de colombianos. El contralmirante Orlando Romero, representante del Gobierno Nacional en el Mecanismo de Verificación del Cese al Fuego, dijo en una entrevista al diario El Tiempo que esos son los buenos resultados que ha traído el proceso de paz al país.
Solo en el año 2010 hubo 500 muertos y más de dos mil heridos, resultado de la confrontación armada entre guerrilla y ejército. Así lo tiene claro el Ministerio de Defensa.
En el comunicado conjunto número 19 sobre cumplimiento de compromisos, día +180 y siguiente fase de implementación, que dieron a conocer el pasado 29 de mayo, dijeron que entre el 1 de junio y hasta el 20 de junio, la totalidad de los integrantes de las Farc-EP, incluyendo las milicias, habrán hecho dejación de armas y tránsito a la legalidad, salvo aquellos que deban realizar tareas de identificación de caletas, extracción de armamento y seguridad de los campamentos existentes en las Zonas Veredales de Transición.
Anunciaron en ese comunicado que las Naciones Unidas recibirán el armamento, lo depositarán en los contenedores y certificarán la dejación de armas de cada uno de los integrantes de las Farc-EP. Luego suscribirán el Acta de Compromiso y los integrantes de las Farc recibirán la acreditación por parte de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz que les permite hacer el tránsito a la legalidad. Procedimiento que hoy está en proceso.
Este panorama alentador y prometedor, es un impulso para que los colombianos piensen en un mejor país. Ya no están muriendo menores, ni mujeres, ni niños, ni los hombres por culpa de la guerra. Desde el 29 de agosto de 2016 cuando se declaró el cese bilateral del fuego, se vive un ambiente diferente en las zonas dominadas por la guerrilla. Sabemos que existen algunos lunares que han empañado el proceso, como el caso de los más de cien guerrilleros que se fugaron de las zonas veredales o el caso del subversivo que intentó violar a dos menores, hechos condenables desde todo punto de vista, pero no son suficientes para hacer trizas el acuerdo. Hay que insistir, persistir y persistir para caminar hacia el posconflicto. Hace siete meses que se firmó el Acuerdo de Paz, en ese corto tiempo se ha logrado mucho. Sigamos, ya se acerca el gran día de la dejación de armas.
El próximo 20 de junio, es decir, en nueve días, las Farc entregarán las armas. Hasta el momento van inventariadas 7.132, que eran de los siete mil subversivos concentrados en las 19 zonas veredales, más las armas de los 2.800 milicianos y las 949 caletas declaradas con explosivos y municipios que también serán desmanteladas. Destacamos […]
El próximo 20 de junio, es decir, en nueve días, las Farc entregarán las armas. Hasta el momento van inventariadas 7.132, que eran de los siete mil subversivos concentrados en las 19 zonas veredales, más las armas de los 2.800 milicianos y las 949 caletas declaradas con explosivos y municipios que también serán desmanteladas.
Destacamos esas cifras porque son esas armas en buen recaudo las que han evitado que en los últimos nueve meses se haya evitado la muerte de cientos de colombianos. El contralmirante Orlando Romero, representante del Gobierno Nacional en el Mecanismo de Verificación del Cese al Fuego, dijo en una entrevista al diario El Tiempo que esos son los buenos resultados que ha traído el proceso de paz al país.
Solo en el año 2010 hubo 500 muertos y más de dos mil heridos, resultado de la confrontación armada entre guerrilla y ejército. Así lo tiene claro el Ministerio de Defensa.
En el comunicado conjunto número 19 sobre cumplimiento de compromisos, día +180 y siguiente fase de implementación, que dieron a conocer el pasado 29 de mayo, dijeron que entre el 1 de junio y hasta el 20 de junio, la totalidad de los integrantes de las Farc-EP, incluyendo las milicias, habrán hecho dejación de armas y tránsito a la legalidad, salvo aquellos que deban realizar tareas de identificación de caletas, extracción de armamento y seguridad de los campamentos existentes en las Zonas Veredales de Transición.
Anunciaron en ese comunicado que las Naciones Unidas recibirán el armamento, lo depositarán en los contenedores y certificarán la dejación de armas de cada uno de los integrantes de las Farc-EP. Luego suscribirán el Acta de Compromiso y los integrantes de las Farc recibirán la acreditación por parte de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz que les permite hacer el tránsito a la legalidad. Procedimiento que hoy está en proceso.
Este panorama alentador y prometedor, es un impulso para que los colombianos piensen en un mejor país. Ya no están muriendo menores, ni mujeres, ni niños, ni los hombres por culpa de la guerra. Desde el 29 de agosto de 2016 cuando se declaró el cese bilateral del fuego, se vive un ambiente diferente en las zonas dominadas por la guerrilla. Sabemos que existen algunos lunares que han empañado el proceso, como el caso de los más de cien guerrilleros que se fugaron de las zonas veredales o el caso del subversivo que intentó violar a dos menores, hechos condenables desde todo punto de vista, pero no son suficientes para hacer trizas el acuerdo. Hay que insistir, persistir y persistir para caminar hacia el posconflicto. Hace siete meses que se firmó el Acuerdo de Paz, en ese corto tiempo se ha logrado mucho. Sigamos, ya se acerca el gran día de la dejación de armas.