-->
Tanto se ha hablado y escrito sobre la figura patronal de Valledupar, el Santo Ecce Homo, que ya su incidencia ha sobrepasado el aspecto religioso, al punto que ahora en pleno desarrollo de la Semana Santa, una obra en su honor ha servido de referencia para evaluar el accionar de la clase dirigente de la región y también de otros sectores influyentes.
Tanto se ha hablado y escrito sobre la figura patronal de Valledupar, el Santo Ecce Homo, que ya su incidencia ha sobrepasado el aspecto religioso, al punto que ahora en pleno desarrollo de la Semana Santa, una obra en su honor ha servido de referencia para evaluar el accionar de la clase dirigente de la región y también de otros sectores influyentes.
Crónicas, informes especiales, columnas de opinión, décimas y poemas, esculturas, entre otras formas de expresión, dan cuenta de la importancia de Santo Ecce Homo para los vallenatos y de cómo en torno a él se han tejido innumerables historias, anécdotas y distintos episodios que no siempre son de carácter religioso.
El Santo Ecce Homo también ha servido para medir la capacidad de convocatoria de artistas, candidaturas políticas, eventos folclóricos y sociales, entre otros. Si la multitud rebasaba más allá del ‘palo de mango’ de la plaza Alfonso López, era sinónimo de éxito del acontecimiento que allí se estuviese realizando, porque en otras épocas solo el santo patrono era capaz de lograr tal hazaña.
Muchos hechos relevantes de Valledupar nos indican que el Santo Ecce Homo ha venido inmerso entre la fe, la política, la crítica social y el folclor. Se suele decir que candidato que quiera triunfar en Valledupar debe primero encomendarse al santo patrono y tal vez por eso todos los Lunes Santos es común ver a muchos líderes políticos participando en los distintos rituales de ese día.
El hecho más reciente en torno a todo lo que implica el santo patronal es la inauguración, el pasado domingo, de la obra del Mirador Santo Ecce Homo, un proyecto turístico diseñado hace más de dos décadas y que solo ahora pudo culminarse. Precisamente esa obra inspiró al columnista Jacobo Solano, para, en su concepto, dejar al descubierto dos décadas de egoísmo de los alcaldes de turno de Valledupar.
Todo lo acontecido, desde el 2004 hasta la fecha, alrededor de ese proyecto turístico, provocó un duro cuestionamiento en la columna de Solano titulada: ‘El Eccehomo de los corruptos’, de este lunes, al señalar que allí “están resumidas todas las miserias de la mal llamada sociedad política vallenata: mala planeación, corrupción, celos y egos parroquiales que impiden darle continuidad a proyectos estratégicos de ciudad, oportunismo, doble moral y lambonería. Hoy veremos a todos esos políticos corruptos sentados en la primera y segunda banca de la Catedral, pidiéndole al patrono de Valledupar perdón por todos sus pecados, mientras la gente los aplaude y el obispo los bendice”.
En ese relato, que habla de 20 años de gestión, quedan comprometidos los exalcaldes Ciro Pupo, quien inició la obra, Rubén ‘Ava’ Carvajal, Luis Fabián Fernández, Fredy Socarrás, Augusto Ramírez ‘Tuto’ Uhía y Mello Castro.
A pesar de todo, lo más importante es que por fin la obra se pudo concluir, pero ejecutada por la Gobernación del Cesar, y ya está al servicio de propios y visitantes de Valledupar, que valga la pena entonces esa inversión de más de $8.000 millones. No obstante, queda la reflexión que ni siquiera ante los ojos del santo patrono se pueden evitar los vicios en los que suelen incurrir los políticos, de esos que, paradójicamente, nunca llegaron a imaginarse que el Ecce Homo iba a constituirse en su propio espejo crítico.
Quedamos a la espera de la adecuación de las vías de la zona para un mejor provecho turístico de ese mirador que ya ha captado la atención de todos.
Tanto se ha hablado y escrito sobre la figura patronal de Valledupar, el Santo Ecce Homo, que ya su incidencia ha sobrepasado el aspecto religioso, al punto que ahora en pleno desarrollo de la Semana Santa, una obra en su honor ha servido de referencia para evaluar el accionar de la clase dirigente de la región y también de otros sectores influyentes.
Tanto se ha hablado y escrito sobre la figura patronal de Valledupar, el Santo Ecce Homo, que ya su incidencia ha sobrepasado el aspecto religioso, al punto que ahora en pleno desarrollo de la Semana Santa, una obra en su honor ha servido de referencia para evaluar el accionar de la clase dirigente de la región y también de otros sectores influyentes.
Crónicas, informes especiales, columnas de opinión, décimas y poemas, esculturas, entre otras formas de expresión, dan cuenta de la importancia de Santo Ecce Homo para los vallenatos y de cómo en torno a él se han tejido innumerables historias, anécdotas y distintos episodios que no siempre son de carácter religioso.
El Santo Ecce Homo también ha servido para medir la capacidad de convocatoria de artistas, candidaturas políticas, eventos folclóricos y sociales, entre otros. Si la multitud rebasaba más allá del ‘palo de mango’ de la plaza Alfonso López, era sinónimo de éxito del acontecimiento que allí se estuviese realizando, porque en otras épocas solo el santo patrono era capaz de lograr tal hazaña.
Muchos hechos relevantes de Valledupar nos indican que el Santo Ecce Homo ha venido inmerso entre la fe, la política, la crítica social y el folclor. Se suele decir que candidato que quiera triunfar en Valledupar debe primero encomendarse al santo patrono y tal vez por eso todos los Lunes Santos es común ver a muchos líderes políticos participando en los distintos rituales de ese día.
El hecho más reciente en torno a todo lo que implica el santo patronal es la inauguración, el pasado domingo, de la obra del Mirador Santo Ecce Homo, un proyecto turístico diseñado hace más de dos décadas y que solo ahora pudo culminarse. Precisamente esa obra inspiró al columnista Jacobo Solano, para, en su concepto, dejar al descubierto dos décadas de egoísmo de los alcaldes de turno de Valledupar.
Todo lo acontecido, desde el 2004 hasta la fecha, alrededor de ese proyecto turístico, provocó un duro cuestionamiento en la columna de Solano titulada: ‘El Eccehomo de los corruptos’, de este lunes, al señalar que allí “están resumidas todas las miserias de la mal llamada sociedad política vallenata: mala planeación, corrupción, celos y egos parroquiales que impiden darle continuidad a proyectos estratégicos de ciudad, oportunismo, doble moral y lambonería. Hoy veremos a todos esos políticos corruptos sentados en la primera y segunda banca de la Catedral, pidiéndole al patrono de Valledupar perdón por todos sus pecados, mientras la gente los aplaude y el obispo los bendice”.
En ese relato, que habla de 20 años de gestión, quedan comprometidos los exalcaldes Ciro Pupo, quien inició la obra, Rubén ‘Ava’ Carvajal, Luis Fabián Fernández, Fredy Socarrás, Augusto Ramírez ‘Tuto’ Uhía y Mello Castro.
A pesar de todo, lo más importante es que por fin la obra se pudo concluir, pero ejecutada por la Gobernación del Cesar, y ya está al servicio de propios y visitantes de Valledupar, que valga la pena entonces esa inversión de más de $8.000 millones. No obstante, queda la reflexión que ni siquiera ante los ojos del santo patrono se pueden evitar los vicios en los que suelen incurrir los políticos, de esos que, paradójicamente, nunca llegaron a imaginarse que el Ecce Homo iba a constituirse en su propio espejo crítico.
Quedamos a la espera de la adecuación de las vías de la zona para un mejor provecho turístico de ese mirador que ya ha captado la atención de todos.