El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en Ecuador que será la ONU la encargada de escoger a los representantes de países de la Celac que participarán de la supervisión del fin del conflicto armado en Colombia. Los vientos de la paz se sienten cada vez más cerca. Mientras esto ocurre en el […]
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en Ecuador que será la ONU la encargada de escoger a los representantes de países de la Celac que participarán de la supervisión del fin del conflicto armado en Colombia. Los vientos de la paz se sienten cada vez más cerca.
Mientras esto ocurre en el marco de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, en el departamento del Cesar una pequeña comunidad trata de salir adelante después de las tristes huellas que les dejó el conflicto. Se trata del corregimiento de Santa Cecilia, en el municipio de Astrea, donde justamente hace 16 ocurrió una masacre que acabó con los sueños y las esperanzas del poblado.
El Centro Nacional de Memoria Histórica y los jóvenes del Centro de Memoria del Conflicto en el Cesar llevan más de tres años trabajando con esta comunidad que poco a poco ha logrado reconstruir su historia y trazar una nueva ruta de paz. Justamente hoy en Astrea se reunirán con el alcalde Sandy Sepúlveda para contarle lo que esperan del Estado como medidas de satisfacción, las que infortunadamente no lograron con anteriores gobiernos, ni local ni departamental.
¿Por qué es tan importante para una comunidad la memoria histórica? Los pobladores de Santa Cecilia hoy pueden ver su historia en vídeos, ya no les da miedo y por el contario quieren que todos se enteren de lo que les pasó.
La memoria histórica es un camino para el esclarecimiento de los hechos violentos, la dignificación de las voces de las víctimas y la construcción de una paz sostenible en los territorios. El deber de memoria del Estado, que consagra la Ley de Víctimas, significa que las autoridades nacionales y territoriales deben asumir responsabilidades frente a la promoción de procesos de construcción de memoria histórica como aporte a la realización del derecho a la verdad y el derecho a la reparación integral de las víctimas.
Hoy les rendimos un homenaje a las víctimas de aquella horrible noche, pero también exaltamos la vida de las personas que no han cesado en la reconstrucción de una comunidad que perdió sus liderazgos, e instamos a las autoridades y entidades encargadas de reparar el daño a cumplir con sus deberes. La administración municipal de Astrea debe tener en cuenta que el derecho a la verdad es un aporte a la dignificación, al buen nombre de la población víctima del conflicto armado y por ello debe abrir un gran espacio en su Plan de Desarrollo, armonizado con el Plan de Desarrollo Departamental, tal como lo establecen el Artículo 174 de la Ley 1448 (Ley de Víctimas).
A su vez recordamos que el Artículo 254 del Decreto 4800 de 2011, sobre los Planes de Acción Territorial (PAT) contempla las medidas de prevención, atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado, los cuales deben ser elaborados por los departamentos, municipios y distritos para una vigencia de cuatro años en concordancia con los periodos de lo mandatarios locales, y deben guardar coherencia con el Plan Nacional de Atención a Víctimas y los Planes de Desarrollo Territorial. Los PAT deben tener en cuenta para su formulación las herramientas de planeación, gestión y presupuestos territoriales dentro de las cuales se encuentran: el Marco Fiscal de Mediano Plazo, los Planes de Ordenamiento Territorial, los planes de agua, vivienda y los dirigidos a población en pobreza extrema, es decir, deben hacer parte de la apuesta de desarrollo social y local de las administraciones territoriales.
Aquí lo importante no es solo que hagan los planes, seguro todos los mandatarios cumplirán con el documento, sino destinar el presupuesto real para la ejecución de estos planes y vincular estos planes específicos para víctimas con los planes de Desarrollo municipales y departamentales.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en Ecuador que será la ONU la encargada de escoger a los representantes de países de la Celac que participarán de la supervisión del fin del conflicto armado en Colombia. Los vientos de la paz se sienten cada vez más cerca. Mientras esto ocurre en el […]
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en Ecuador que será la ONU la encargada de escoger a los representantes de países de la Celac que participarán de la supervisión del fin del conflicto armado en Colombia. Los vientos de la paz se sienten cada vez más cerca.
Mientras esto ocurre en el marco de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, en el departamento del Cesar una pequeña comunidad trata de salir adelante después de las tristes huellas que les dejó el conflicto. Se trata del corregimiento de Santa Cecilia, en el municipio de Astrea, donde justamente hace 16 ocurrió una masacre que acabó con los sueños y las esperanzas del poblado.
El Centro Nacional de Memoria Histórica y los jóvenes del Centro de Memoria del Conflicto en el Cesar llevan más de tres años trabajando con esta comunidad que poco a poco ha logrado reconstruir su historia y trazar una nueva ruta de paz. Justamente hoy en Astrea se reunirán con el alcalde Sandy Sepúlveda para contarle lo que esperan del Estado como medidas de satisfacción, las que infortunadamente no lograron con anteriores gobiernos, ni local ni departamental.
¿Por qué es tan importante para una comunidad la memoria histórica? Los pobladores de Santa Cecilia hoy pueden ver su historia en vídeos, ya no les da miedo y por el contario quieren que todos se enteren de lo que les pasó.
La memoria histórica es un camino para el esclarecimiento de los hechos violentos, la dignificación de las voces de las víctimas y la construcción de una paz sostenible en los territorios. El deber de memoria del Estado, que consagra la Ley de Víctimas, significa que las autoridades nacionales y territoriales deben asumir responsabilidades frente a la promoción de procesos de construcción de memoria histórica como aporte a la realización del derecho a la verdad y el derecho a la reparación integral de las víctimas.
Hoy les rendimos un homenaje a las víctimas de aquella horrible noche, pero también exaltamos la vida de las personas que no han cesado en la reconstrucción de una comunidad que perdió sus liderazgos, e instamos a las autoridades y entidades encargadas de reparar el daño a cumplir con sus deberes. La administración municipal de Astrea debe tener en cuenta que el derecho a la verdad es un aporte a la dignificación, al buen nombre de la población víctima del conflicto armado y por ello debe abrir un gran espacio en su Plan de Desarrollo, armonizado con el Plan de Desarrollo Departamental, tal como lo establecen el Artículo 174 de la Ley 1448 (Ley de Víctimas).
A su vez recordamos que el Artículo 254 del Decreto 4800 de 2011, sobre los Planes de Acción Territorial (PAT) contempla las medidas de prevención, atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado, los cuales deben ser elaborados por los departamentos, municipios y distritos para una vigencia de cuatro años en concordancia con los periodos de lo mandatarios locales, y deben guardar coherencia con el Plan Nacional de Atención a Víctimas y los Planes de Desarrollo Territorial. Los PAT deben tener en cuenta para su formulación las herramientas de planeación, gestión y presupuestos territoriales dentro de las cuales se encuentran: el Marco Fiscal de Mediano Plazo, los Planes de Ordenamiento Territorial, los planes de agua, vivienda y los dirigidos a población en pobreza extrema, es decir, deben hacer parte de la apuesta de desarrollo social y local de las administraciones territoriales.
Aquí lo importante no es solo que hagan los planes, seguro todos los mandatarios cumplirán con el documento, sino destinar el presupuesto real para la ejecución de estos planes y vincular estos planes específicos para víctimas con los planes de Desarrollo municipales y departamentales.