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Política - 17 noviembre, 2017

San Diego desde la óptica de su primer alcalde

El municipio de San Diego, Cesar, hoy cumple 40 años de vida político-administrativa, por lo que Emiro Guerra Becerra, su primer mandatario, hizo un recuento del desarrollo que ha tenido este pueblo lleno de gente noble y trabajadora.

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Les pido excusas, quizás valga el momento y el escenario para hacer un breve recuento histórico de esta inolvidable fecha sobre la creación del municipio de San Diego.

Aprovecho la ocasión para reiterar y consignar nuestra expresión de viva gratitud a la alcaldesa Elvia Milena Sanjuán Dávila por el reconocimiento que me hace el cual me llena de orgullo y satisfacción porque dignifica mi espíritu. También debo dejar constancia de agradecimiento al doctor Jaime Murgas y a la doctora Ibis Guerra Cotes (Q.E.D.P) quienes fueron unos invaluables asesores.

Así mismo resalto la voluntad y el interés de los diputados de la época para que se hiciera realidad nuestra aspiración de definir a nuestra comunidad, a través de la ordenanza generada por la Asamblea de ese entonces, entre los cuales vale la pena destacar a Jaime Araujo Noguera, Luis Rodríguez Valera (Q.E.D.P.), Alfonso Campo Soto, Manuel Germán Cuello Gutiérrez (Q.E.D.P), Rafael Gonzales Daza, Darío Quintero Patiño.

Igualmente agradezco inmensamente a la gente de mi tierra, la cual amo entrañablemente, por cuanto intervinieron de una u otra forma para que se abrieran nuevos y mejores horizontes en esta región.

Al encontrarme en una ocasión vinculado al gobierno, en Planeación Departamental, me sirvió para confeccionar el anteproyecto de Ordenanza No. 1971 por medio del cual se creó la Inspección Departamental de Policía del entonces corregimiento de San Diego, es decir, elevándolo de Categoría, fue así como la asignación mensual (sueldo) del inspector departamental ya no derivó de las arcas del corregimiento, sino que lo asumió el departamento. Sin ser diputado de esa época me atreví a diseñar esta ordenanza y se la entregué a la Duma Departamental donde la aprobaron sin ambages.

No podemos perder de vista que en algún punto de la historia San Diego se vanaglorió de ser cabecera municipal cuando pertenecía al Magdalena Grande mucho antes de que lo fuera nuestro vecino de La Paz. Esa categoría lamentablemente se perdió hacia la época de la guerra de los mil días cuando le fue arrebatada en mala hora por el fogaje impetuoso de los generales quisquillosos de la ocasión entre ellos Job Zuleta, quienes sustrajeron los documentos y se los llevaron en burro para el vecino municipio de la Paz instaurando este lugar, por las vías de hecho como cabecera municipal. Sin embargo, más tarde fue recuperada esta condición, gracias al esfuerzo, sacrificios y luchas de la clase dirigente de nuestro pueblo.

La vida político- administrativa de San Diego se inició el día 17 de noviembre del año 1977, justamente hoy cumple 40 años, cuando creamos este ente municipal, mediante ordenanza No. 002 del año 1977, que en buena hora aprobó la Asamblea Departamental atendiendo las justas aspiraciones de la gente y los pueblos que conformaban la nueva célula municipal.
Este acto administrativo pasó la prueba de fuego y fue inaugurado formalmente el 23 de diciembre del mismo año.

Cuando se creó el municipio de San Diego su área quedó con 670 Km2 equivalente al 38% y La Paz con 1.088 Km2, o sea el 62% más de las 2/3 partes del territorio. Más tarde, en otro periodo legislativo estos límites fueron modificados. Hago propicia la ocasión para relievar lo que he manifestado sobre la importancia que resulta llevar a un hijo de las entrañas de esta tierra a la Duma Departamental para que obtengamos los beneficios que nos merecemos y recuperemos lo antes perdido y para que dé respuestas a las grandes expectativas de nuestras comunidades.

Mediante Resolución No. 1863 del 14 de diciembre de 1977 el gobernador de ese momento Dr. Armando Barros Baquero me designó como su primer alcalde (permanecí en el cargo tres meses y mi retiro fue voluntario). Allí adquirí el compromiso de conducir los destinos del municipio aceptando el reto de organizar y sentar las bases del nuevo ente local que habíamos ayudado a construir a costa de muchos trasnochos, tenacidad y difícil disputa, con el indeclinable soporte de la comunidad sandiegana, que con seguridad todos recordamos y venciendo todos los obstáculos y la incomprensión de nuestros vecinos cristalizando el sueño de ser libres e independientes.

Cuando creamos el municipio empezamos a organizar la naciente célula municipal.

Las finanzas del nuevo municipio. – En materia presupuestal el municipio inició en el año 1978 con $4´000.000= descompuestos en Recursos Ordinarios, que ascendieron a $1´500.000. Las transferencias que recibió de la nación y el departamento sumaron $2´500.000.

Para el año 1982 ya San Diego disponía de un presupuesto de $10´000.000 en Recursos Ordinarios, participaciones nacionales y departamentales.

Para la vigencia 1983 estaba ejecutando un presupuesto aforado en $11´539.000.

Para el año 1984 el presupuesto se estimó en $12´500.000=

La segunda oportunidad de gobernar en mi tierra natal constituyó para mí un atrayente desafío histórico en virtud de que fui su creador y el 1º de junio del año 1992, quizás por aquellas cosas del destino me correspondió asumir el cargo de primera autoridad del municipio como alcalde por Elección Popular (2 años y 7 meses, no 4 años como está estipulado hoy en día).

Es evidente que durante mi administración tuve el privilegio de contar con unos eficientes funcionarios, de la misma manera con un excelente cuerpo edilicio. Siempre he pensado he pensado que el escenario que se vislumbra para el futuro de nuestro municipio está lleno de desafíos y de dificultades pero también de oportunidades magnificas.

Distinguida alcaldesa, usted que es una mujer eficiente, emprendedora, disfruta de excelsas virtudes de sanas costumbres, cualidades tradicionales de nuestro pueblo, con todo respeto, le pido que continúe aprovechando la presencia en la gobernación del doctor Francisco Ovalle Angarita, a quien lo consideramos como paisano, un hombre de muchas capacidades conocedor de la cosa pública que goza de una enorme solvencia moral, esto con el propósito de seguir proyectando al municipio para que sigamos por el buen camino.

Por Emiro J. Guerra Becerra

Política
17 noviembre, 2017

San Diego desde la óptica de su primer alcalde

El municipio de San Diego, Cesar, hoy cumple 40 años de vida político-administrativa, por lo que Emiro Guerra Becerra, su primer mandatario, hizo un recuento del desarrollo que ha tenido este pueblo lleno de gente noble y trabajadora.


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Les pido excusas, quizás valga el momento y el escenario para hacer un breve recuento histórico de esta inolvidable fecha sobre la creación del municipio de San Diego.

Aprovecho la ocasión para reiterar y consignar nuestra expresión de viva gratitud a la alcaldesa Elvia Milena Sanjuán Dávila por el reconocimiento que me hace el cual me llena de orgullo y satisfacción porque dignifica mi espíritu. También debo dejar constancia de agradecimiento al doctor Jaime Murgas y a la doctora Ibis Guerra Cotes (Q.E.D.P) quienes fueron unos invaluables asesores.

Así mismo resalto la voluntad y el interés de los diputados de la época para que se hiciera realidad nuestra aspiración de definir a nuestra comunidad, a través de la ordenanza generada por la Asamblea de ese entonces, entre los cuales vale la pena destacar a Jaime Araujo Noguera, Luis Rodríguez Valera (Q.E.D.P.), Alfonso Campo Soto, Manuel Germán Cuello Gutiérrez (Q.E.D.P), Rafael Gonzales Daza, Darío Quintero Patiño.

Igualmente agradezco inmensamente a la gente de mi tierra, la cual amo entrañablemente, por cuanto intervinieron de una u otra forma para que se abrieran nuevos y mejores horizontes en esta región.

Al encontrarme en una ocasión vinculado al gobierno, en Planeación Departamental, me sirvió para confeccionar el anteproyecto de Ordenanza No. 1971 por medio del cual se creó la Inspección Departamental de Policía del entonces corregimiento de San Diego, es decir, elevándolo de Categoría, fue así como la asignación mensual (sueldo) del inspector departamental ya no derivó de las arcas del corregimiento, sino que lo asumió el departamento. Sin ser diputado de esa época me atreví a diseñar esta ordenanza y se la entregué a la Duma Departamental donde la aprobaron sin ambages.

No podemos perder de vista que en algún punto de la historia San Diego se vanaglorió de ser cabecera municipal cuando pertenecía al Magdalena Grande mucho antes de que lo fuera nuestro vecino de La Paz. Esa categoría lamentablemente se perdió hacia la época de la guerra de los mil días cuando le fue arrebatada en mala hora por el fogaje impetuoso de los generales quisquillosos de la ocasión entre ellos Job Zuleta, quienes sustrajeron los documentos y se los llevaron en burro para el vecino municipio de la Paz instaurando este lugar, por las vías de hecho como cabecera municipal. Sin embargo, más tarde fue recuperada esta condición, gracias al esfuerzo, sacrificios y luchas de la clase dirigente de nuestro pueblo.

La vida político- administrativa de San Diego se inició el día 17 de noviembre del año 1977, justamente hoy cumple 40 años, cuando creamos este ente municipal, mediante ordenanza No. 002 del año 1977, que en buena hora aprobó la Asamblea Departamental atendiendo las justas aspiraciones de la gente y los pueblos que conformaban la nueva célula municipal.
Este acto administrativo pasó la prueba de fuego y fue inaugurado formalmente el 23 de diciembre del mismo año.

Cuando se creó el municipio de San Diego su área quedó con 670 Km2 equivalente al 38% y La Paz con 1.088 Km2, o sea el 62% más de las 2/3 partes del territorio. Más tarde, en otro periodo legislativo estos límites fueron modificados. Hago propicia la ocasión para relievar lo que he manifestado sobre la importancia que resulta llevar a un hijo de las entrañas de esta tierra a la Duma Departamental para que obtengamos los beneficios que nos merecemos y recuperemos lo antes perdido y para que dé respuestas a las grandes expectativas de nuestras comunidades.

Mediante Resolución No. 1863 del 14 de diciembre de 1977 el gobernador de ese momento Dr. Armando Barros Baquero me designó como su primer alcalde (permanecí en el cargo tres meses y mi retiro fue voluntario). Allí adquirí el compromiso de conducir los destinos del municipio aceptando el reto de organizar y sentar las bases del nuevo ente local que habíamos ayudado a construir a costa de muchos trasnochos, tenacidad y difícil disputa, con el indeclinable soporte de la comunidad sandiegana, que con seguridad todos recordamos y venciendo todos los obstáculos y la incomprensión de nuestros vecinos cristalizando el sueño de ser libres e independientes.

Cuando creamos el municipio empezamos a organizar la naciente célula municipal.

Las finanzas del nuevo municipio. – En materia presupuestal el municipio inició en el año 1978 con $4´000.000= descompuestos en Recursos Ordinarios, que ascendieron a $1´500.000. Las transferencias que recibió de la nación y el departamento sumaron $2´500.000.

Para el año 1982 ya San Diego disponía de un presupuesto de $10´000.000 en Recursos Ordinarios, participaciones nacionales y departamentales.

Para la vigencia 1983 estaba ejecutando un presupuesto aforado en $11´539.000.

Para el año 1984 el presupuesto se estimó en $12´500.000=

La segunda oportunidad de gobernar en mi tierra natal constituyó para mí un atrayente desafío histórico en virtud de que fui su creador y el 1º de junio del año 1992, quizás por aquellas cosas del destino me correspondió asumir el cargo de primera autoridad del municipio como alcalde por Elección Popular (2 años y 7 meses, no 4 años como está estipulado hoy en día).

Es evidente que durante mi administración tuve el privilegio de contar con unos eficientes funcionarios, de la misma manera con un excelente cuerpo edilicio. Siempre he pensado he pensado que el escenario que se vislumbra para el futuro de nuestro municipio está lleno de desafíos y de dificultades pero también de oportunidades magnificas.

Distinguida alcaldesa, usted que es una mujer eficiente, emprendedora, disfruta de excelsas virtudes de sanas costumbres, cualidades tradicionales de nuestro pueblo, con todo respeto, le pido que continúe aprovechando la presencia en la gobernación del doctor Francisco Ovalle Angarita, a quien lo consideramos como paisano, un hombre de muchas capacidades conocedor de la cosa pública que goza de una enorme solvencia moral, esto con el propósito de seguir proyectando al municipio para que sigamos por el buen camino.

Por Emiro J. Guerra Becerra