La capital del Cesar recibe, como siempre, con agrado la visita del presidente Iván Duque Márquez, mandatario que ha demostrado afecto por este municipio con sus varias visitas y anuncios que apreciamos: convertir a Valledupar en una de las ciudades ADN y los recursos que puedan ser girados para tales propósitos es un tema que nos interesa y aplaudimos, como otros que el Gobierno nacional viene apuntando hacia estas tierras. Pero otros asuntos requieren de su atención y por supuesto la seguridad es el principal.
La capital del Cesar recibe, como siempre, con agrado la visita del presidente Iván Duque Márquez, mandatario que ha demostrado afecto por este municipio con sus varias visitas y anuncios que apreciamos: convertir a Valledupar en una de las ciudades ADN y los recursos que puedan ser girados para tales propósitos es un tema que nos interesa y aplaudimos, como otros que el Gobierno nacional viene apuntando hacia estas tierras. Pero otros asuntos requieren de su atención y por supuesto la seguridad es el principal.
Hoy les presentamos a nuestros lectores un informe especial de delitos que preocupan a los ciudadanos. Estas cifras destacan al alcance de las estructuras criminales o delincuencia común. Mientras Valledupar lamenta el asesinato del médico pediatra ‘Tico’ Aroca también exige más capturas, controles a la delincuencia camuflada en el mototaxismo, pero al mismo tiempo rechaza el control vehicular, pues las motos son el principal medio de transporte en esta ciudad, con tres empresas de buses colectivos en malas condiciones financieras y despidiendo personal.
El tema es complejo y merece la atención del Gobierno nacional pues el municipal hace esfuerzos locales para tratar de contrarrestar un fenómeno a todas luces mayor, mientras tiene que sortear los contratiempos de malos indicadores como el del desempleo.
No podemos señalar que Valledupar está en sus peores tiempos, pero no son los mejores. ¿Cuál es la conexión entre todos estos fenómenos?: inseguridad, desempleo, pobreza extrema, informalidad, cultura ciudadana. Con cifras en mano de análisis frecuentes, de diferentes fuentes, podemos demostrar la estrecha relación entre los puntos anteriormente mencionados. Entonces, ¿la solución es una sola para todo? Este periodo de gobierno municipal y departamental va de salida, es poco lo que puede hacer en el tiempo que queda y el problema de inseguridad sigue igual o peor.
Esperamos que ese consejo de gobierno de hoy, al igual que una decena de encuentros anteriores, dé los resultados que no hemos visto, y, principalmente, que los resultados alcanzados se mantengan en el tiempo.
Esperamos ver sentada en la mesa a la Rama Judicial que mucho tiene que ver en lo que está ocurriendo, con aciertos y desaciertos. Ese tema, comprendemos, es aún más complejo, pues la administración de justicia escala a esferas fuera de Valledupar.
Sin embargo, aquí el llamado de atención no es solo para alcalde, policías, militares, investigadores, también para jueces y fiscales, y finalmente y quizá más importante, a los padres de familia y su responsabilidad en la crianza.
Pero tal vez, las pocas o nulas herramientas para educar en el hogar, que dan como resultado el delincuente del presente, nos llevan al principio: la cadena de seguridad y convivencia que creemos solo responsabilidad de los uniformados, empieza en el núcleo familiar, núcleo de la sociedad que hoy está desarticulado en gran medida por los fenómenos que ya mencionamos. Valledupar necesita acciones concretas, presidente. El consejo de seguridad de hoy podría ser uno más.
La capital del Cesar recibe, como siempre, con agrado la visita del presidente Iván Duque Márquez, mandatario que ha demostrado afecto por este municipio con sus varias visitas y anuncios que apreciamos: convertir a Valledupar en una de las ciudades ADN y los recursos que puedan ser girados para tales propósitos es un tema que nos interesa y aplaudimos, como otros que el Gobierno nacional viene apuntando hacia estas tierras. Pero otros asuntos requieren de su atención y por supuesto la seguridad es el principal.
La capital del Cesar recibe, como siempre, con agrado la visita del presidente Iván Duque Márquez, mandatario que ha demostrado afecto por este municipio con sus varias visitas y anuncios que apreciamos: convertir a Valledupar en una de las ciudades ADN y los recursos que puedan ser girados para tales propósitos es un tema que nos interesa y aplaudimos, como otros que el Gobierno nacional viene apuntando hacia estas tierras. Pero otros asuntos requieren de su atención y por supuesto la seguridad es el principal.
Hoy les presentamos a nuestros lectores un informe especial de delitos que preocupan a los ciudadanos. Estas cifras destacan al alcance de las estructuras criminales o delincuencia común. Mientras Valledupar lamenta el asesinato del médico pediatra ‘Tico’ Aroca también exige más capturas, controles a la delincuencia camuflada en el mototaxismo, pero al mismo tiempo rechaza el control vehicular, pues las motos son el principal medio de transporte en esta ciudad, con tres empresas de buses colectivos en malas condiciones financieras y despidiendo personal.
El tema es complejo y merece la atención del Gobierno nacional pues el municipal hace esfuerzos locales para tratar de contrarrestar un fenómeno a todas luces mayor, mientras tiene que sortear los contratiempos de malos indicadores como el del desempleo.
No podemos señalar que Valledupar está en sus peores tiempos, pero no son los mejores. ¿Cuál es la conexión entre todos estos fenómenos?: inseguridad, desempleo, pobreza extrema, informalidad, cultura ciudadana. Con cifras en mano de análisis frecuentes, de diferentes fuentes, podemos demostrar la estrecha relación entre los puntos anteriormente mencionados. Entonces, ¿la solución es una sola para todo? Este periodo de gobierno municipal y departamental va de salida, es poco lo que puede hacer en el tiempo que queda y el problema de inseguridad sigue igual o peor.
Esperamos que ese consejo de gobierno de hoy, al igual que una decena de encuentros anteriores, dé los resultados que no hemos visto, y, principalmente, que los resultados alcanzados se mantengan en el tiempo.
Esperamos ver sentada en la mesa a la Rama Judicial que mucho tiene que ver en lo que está ocurriendo, con aciertos y desaciertos. Ese tema, comprendemos, es aún más complejo, pues la administración de justicia escala a esferas fuera de Valledupar.
Sin embargo, aquí el llamado de atención no es solo para alcalde, policías, militares, investigadores, también para jueces y fiscales, y finalmente y quizá más importante, a los padres de familia y su responsabilidad en la crianza.
Pero tal vez, las pocas o nulas herramientas para educar en el hogar, que dan como resultado el delincuente del presente, nos llevan al principio: la cadena de seguridad y convivencia que creemos solo responsabilidad de los uniformados, empieza en el núcleo familiar, núcleo de la sociedad que hoy está desarticulado en gran medida por los fenómenos que ya mencionamos. Valledupar necesita acciones concretas, presidente. El consejo de seguridad de hoy podría ser uno más.