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Columnista - 9 enero, 2011

Salario muy mínimo

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNÁNDEZ En un artículo anterior habíamos dicho que cuando llegara el momento de fijar la cuantía del aumento del salario mínimo para el año entrante, nos íbamos a dar cuenta si las buenas intenciones que mostraba o aparentaba el nuevo presidente, señor […]

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNÁNDEZ
En un artículo anterior habíamos dicho que cuando llegara el momento de fijar la cuantía del aumento del salario mínimo para el año entrante, nos íbamos a dar cuenta si las buenas intenciones que mostraba o aparentaba el nuevo presidente, señor Santos, eran verdaderas o solamente para impresionar favorablemente o si estaba en realidad con la causa de los desposeídos o si – como el anterior-, defendía más bien la causa de los poderosos.
Qué lástima!, éste señor desperdició una buena oportunidad para favorecer a una gran cantidad de colombianos que no solamente carecen de lo más elemental sino que además han sido castigados por la naturaleza como pobres que son, pues sabemos que se han perdido vidas humanas, ha habido pérdidas materiales, y vidas de animales, pero que se sepa, nadie fuerte económicamente ha pasado las mil y una incomodidades con el hecho de no tener un sitio seco donde pararse, donde dormir, donde rendirle culto a la madre tierra. Todo eso sólo lo han sufrido los pobres.
El señor Santos, que quiere a todo el país a su alrededor, en éste aspecto se ha mostrado más amigo de los poderosos, que de aquellos que no lo son; claro, fueron los primeros quienes hicieron posible su elección, que según él mismo, se la debe al ex, con quien no quiere enemistarse por ahora. Por otro lado, los ricos aguantan muchas cosas, menos que les toquen el bolsillo, que lo consideran  sacratísimo.
Después de cuatro años en que los empresarios conseguían que el gobierno los complaciera en sus peticiones en contra de los trabajadores; éste año, “enchollados” por la tradición, comenzaron ofreciendo el 3% de aumento, que es una birria, y no bajaron un ápice  convencidos que el gobierno los seguiría soportando; el aumento del gobierno hasta el 3,4%, es lo que el presidente está dispuesto a concederle a su compañero de fórmula, nunca más Angelino que ahora. La fijación del aumento del salario en $17.500 es egoísta, mezquino, ruin, sórdido, avaro, usurero, cruel, aprovechado, ventajista, abusador e injusto.
El señor Santos va a seguir hablando bellezas y muchas iniciativas le saldrán bien, ojalá así sea, pero el liberal que todavía debe llevar adentro, le seguirá molestando con la voz de la conciencia para decirle que tiene deuda social con Colombia y que falló en la prueba del aguafuerte. Los principios liberales los cambió por la “U”topía.
Claro que él que es economista, y lo mismo los demás funcionarios del Estado que van a defender la determinación presidencial con la parafernalía de las teorías económicas que no son sino eso: teorías, pues la economía no es ciencia ni es nada, lo único cierto de toda su palabrería, es la ley de la oferta y la demanda; lo demás son puras especulaciones de acuerdo a lo que convenga a cada cual. Clavo pasado.
Porque economistas los hay para todos los gustos, a nosotros los colombianos nos tocaron siempre los que piensan que los ricos deben ser cada vez más ricos y los pobres más pobres, y a fe nuestra que lo han conseguido, el ex anterior prometió convertir a Colombia en un país de propietarios y también lo consiguió, propietarios de deudas y de mala situación, millones de pobres y millones de indigentes. Será que no saben convertir un país con gente emprendedora con un territorio que tiene de todo en un país próspero; o sí lo saben pero quieren seguir siendo los únicos ricos.? Adivina, adivinador.
Teniendo pobres a una gran mayoría, todo es más fácil para los que disponen de capitales, no importa cómo los hayan adquirido; y si además de pobres la educación es carísima, aunque se ha avanzado en ese sentido, todavía hay rezagos de preferencias a la hora de las capacitaciones y de la ocupación de los cargos, que son siempre desempeñados por la misma casta dominante pero con el subterfugio que se adjudican por meritocracia, palabra que todos conocemos como sinónimo de burla y engaño.Resulta por demás curioso que en el mismo medio donde se informa del exiguo aumento, se anuncia también el aumento del precio de la gasolina que todo lo hace subir, a Colombia no le sirve de nada tener petróleo en su suelo pues los colombianos debemos pagar la gasolina más cara del mundo, en débiles pesos, pero más cara que en los países donde la gente gana en dólares, euros o lo que sea.
Igualmente, anuncian la cascada de aumentos en toda la gama de elementos necesarios para la vida normal; alimentos en primer lugar, matrículas y pare de contar. Resulta más curioso el hecho que los grandes sueldos de los jerarcas oficiales y de empresas privadas, el dinero del narcotráfico, la plata de la corrupción que la invierten enseguida, el aluvión de dólares de contrabando, nada de eso entorpece ni traumatiza el desenvolvimiento de la economía del país, lo único pertubador para el desarrollo de Colombia y la marcha de su economía, sería el aumento del salario mínimo. Jajaja. Canta y no llores, porque aunque el llanto le hace bien al alma, cantando se alegran los corazones.
Un feliz 2011 para Colombia y sus gentes.

Columnista
9 enero, 2011

Salario muy mínimo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNÁNDEZ En un artículo anterior habíamos dicho que cuando llegara el momento de fijar la cuantía del aumento del salario mínimo para el año entrante, nos íbamos a dar cuenta si las buenas intenciones que mostraba o aparentaba el nuevo presidente, señor […]


P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNÁNDEZ
En un artículo anterior habíamos dicho que cuando llegara el momento de fijar la cuantía del aumento del salario mínimo para el año entrante, nos íbamos a dar cuenta si las buenas intenciones que mostraba o aparentaba el nuevo presidente, señor Santos, eran verdaderas o solamente para impresionar favorablemente o si estaba en realidad con la causa de los desposeídos o si – como el anterior-, defendía más bien la causa de los poderosos.
Qué lástima!, éste señor desperdició una buena oportunidad para favorecer a una gran cantidad de colombianos que no solamente carecen de lo más elemental sino que además han sido castigados por la naturaleza como pobres que son, pues sabemos que se han perdido vidas humanas, ha habido pérdidas materiales, y vidas de animales, pero que se sepa, nadie fuerte económicamente ha pasado las mil y una incomodidades con el hecho de no tener un sitio seco donde pararse, donde dormir, donde rendirle culto a la madre tierra. Todo eso sólo lo han sufrido los pobres.
El señor Santos, que quiere a todo el país a su alrededor, en éste aspecto se ha mostrado más amigo de los poderosos, que de aquellos que no lo son; claro, fueron los primeros quienes hicieron posible su elección, que según él mismo, se la debe al ex, con quien no quiere enemistarse por ahora. Por otro lado, los ricos aguantan muchas cosas, menos que les toquen el bolsillo, que lo consideran  sacratísimo.
Después de cuatro años en que los empresarios conseguían que el gobierno los complaciera en sus peticiones en contra de los trabajadores; éste año, “enchollados” por la tradición, comenzaron ofreciendo el 3% de aumento, que es una birria, y no bajaron un ápice  convencidos que el gobierno los seguiría soportando; el aumento del gobierno hasta el 3,4%, es lo que el presidente está dispuesto a concederle a su compañero de fórmula, nunca más Angelino que ahora. La fijación del aumento del salario en $17.500 es egoísta, mezquino, ruin, sórdido, avaro, usurero, cruel, aprovechado, ventajista, abusador e injusto.
El señor Santos va a seguir hablando bellezas y muchas iniciativas le saldrán bien, ojalá así sea, pero el liberal que todavía debe llevar adentro, le seguirá molestando con la voz de la conciencia para decirle que tiene deuda social con Colombia y que falló en la prueba del aguafuerte. Los principios liberales los cambió por la “U”topía.
Claro que él que es economista, y lo mismo los demás funcionarios del Estado que van a defender la determinación presidencial con la parafernalía de las teorías económicas que no son sino eso: teorías, pues la economía no es ciencia ni es nada, lo único cierto de toda su palabrería, es la ley de la oferta y la demanda; lo demás son puras especulaciones de acuerdo a lo que convenga a cada cual. Clavo pasado.
Porque economistas los hay para todos los gustos, a nosotros los colombianos nos tocaron siempre los que piensan que los ricos deben ser cada vez más ricos y los pobres más pobres, y a fe nuestra que lo han conseguido, el ex anterior prometió convertir a Colombia en un país de propietarios y también lo consiguió, propietarios de deudas y de mala situación, millones de pobres y millones de indigentes. Será que no saben convertir un país con gente emprendedora con un territorio que tiene de todo en un país próspero; o sí lo saben pero quieren seguir siendo los únicos ricos.? Adivina, adivinador.
Teniendo pobres a una gran mayoría, todo es más fácil para los que disponen de capitales, no importa cómo los hayan adquirido; y si además de pobres la educación es carísima, aunque se ha avanzado en ese sentido, todavía hay rezagos de preferencias a la hora de las capacitaciones y de la ocupación de los cargos, que son siempre desempeñados por la misma casta dominante pero con el subterfugio que se adjudican por meritocracia, palabra que todos conocemos como sinónimo de burla y engaño.Resulta por demás curioso que en el mismo medio donde se informa del exiguo aumento, se anuncia también el aumento del precio de la gasolina que todo lo hace subir, a Colombia no le sirve de nada tener petróleo en su suelo pues los colombianos debemos pagar la gasolina más cara del mundo, en débiles pesos, pero más cara que en los países donde la gente gana en dólares, euros o lo que sea.
Igualmente, anuncian la cascada de aumentos en toda la gama de elementos necesarios para la vida normal; alimentos en primer lugar, matrículas y pare de contar. Resulta más curioso el hecho que los grandes sueldos de los jerarcas oficiales y de empresas privadas, el dinero del narcotráfico, la plata de la corrupción que la invierten enseguida, el aluvión de dólares de contrabando, nada de eso entorpece ni traumatiza el desenvolvimiento de la economía del país, lo único pertubador para el desarrollo de Colombia y la marcha de su economía, sería el aumento del salario mínimo. Jajaja. Canta y no llores, porque aunque el llanto le hace bien al alma, cantando se alegran los corazones.
Un feliz 2011 para Colombia y sus gentes.