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Columnista - 6 septiembre, 2018

Sacudidas del presidente Duque

Pareciera que hay cisma en el partido Centro Democrático,  ya que la ultraderecha del uribismo ha mostrado visos de inconformismo por algunas decisiones del presidente Duque, las cuales, en menos de un mes de su gobierno, son  evidencias de que no es tan sumiso a las pretensiones de sus copartidarios más radicales. El presidente Iván Duque y […]

Pareciera que hay cisma en el partido Centro Democrático,  ya que la ultraderecha del uribismo ha mostrado visos de inconformismo por algunas decisiones del presidente Duque, las cuales, en menos de un mes de su gobierno, son  evidencias de que no es tan sumiso a las pretensiones de sus copartidarios más radicales.

El presidente Iván Duque y sus asesores de mayor confianza, son consciente que debe librarse  lo más pronto posible del karma, de que es un títere del fundador del partido Centro Democrático; en consecuencia, me agrada su proyección como un demócrata con idiosincrasia conciliadora y lenguaje respetuoso, actitudes imprescindibles en la conquista de admiraciones que reconozcan su independencia, tanto a nivel nacional como internacional.
Considero que las sacudidas tempranas del presidente Duque, son afines a sus aspiraciones, comprometidas con la política de combatir la corrupción, enraizada no solo en la administración pública sino en las empresas privadas, también promover el bienestar general y defender la justicia social. Pilares fundamentales del desarrollo sostenible y la convivencia pacífica, anhelos primordiales de la humanidad en cualquier latitud del mundo terrenal.

Gobernar un territorio (también léase una población), es una de las responsabilidades más difíciles de la humanidad, porque es imposible complacer tantos intereses disímiles. Sin embargo, la vivencia milenaria, ha demostrado que la mejor manera de gobernar es a través de los regímenes  democráticos a pesar de que nunca han sido perfectos, pero para desgracias la democracia de Colombia está llegando al colmo de las imperfecciones.

Que nadie vaya a creer que ya soy duquista. No, sólo estoy reconociéndole sus buenas acciones; por ejemplo, el lunes pasado el presidente Duque, sin previo pronunciamiento de la Cancillería, confirmó que mantendrá la decisión del expresidente JM Santos, tomada a pocos días de salir de la Casa de Nariño, con la cual se reconoce a Palestina como Estado libre y soberano. Lo que provocó un reproche enérgico de parte de Israel un país aliado de Colombia y de Estados Unidos, el tradicional mecenas de Israel.

No obstante, el presidente Duque, en una entrevista con Caracol Radio mantuvo que en adelante apoyará la Paz en el Medio Oriente, porque la comunidad internacional no debe ser parte de la guerra, sino parte de su solución y la solución es contribuir a que se fragüe una paz estable y duradera entre israelitas y palestinos.

Por mi espíritu pacifista respaldé al expresidente JM Santos en el acuerdo de paz con las Farc y el diálogo con el ELN, y creo que el presidente Duque actuó bien sosteniendo la última decisión de su antecesor, que tanto disgusto generó en el interior del uribismo.

 Por José Romero Churio

Columnista
6 septiembre, 2018

Sacudidas del presidente Duque

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Pareciera que hay cisma en el partido Centro Democrático,  ya que la ultraderecha del uribismo ha mostrado visos de inconformismo por algunas decisiones del presidente Duque, las cuales, en menos de un mes de su gobierno, son  evidencias de que no es tan sumiso a las pretensiones de sus copartidarios más radicales. El presidente Iván Duque y […]


Pareciera que hay cisma en el partido Centro Democrático,  ya que la ultraderecha del uribismo ha mostrado visos de inconformismo por algunas decisiones del presidente Duque, las cuales, en menos de un mes de su gobierno, son  evidencias de que no es tan sumiso a las pretensiones de sus copartidarios más radicales.

El presidente Iván Duque y sus asesores de mayor confianza, son consciente que debe librarse  lo más pronto posible del karma, de que es un títere del fundador del partido Centro Democrático; en consecuencia, me agrada su proyección como un demócrata con idiosincrasia conciliadora y lenguaje respetuoso, actitudes imprescindibles en la conquista de admiraciones que reconozcan su independencia, tanto a nivel nacional como internacional.
Considero que las sacudidas tempranas del presidente Duque, son afines a sus aspiraciones, comprometidas con la política de combatir la corrupción, enraizada no solo en la administración pública sino en las empresas privadas, también promover el bienestar general y defender la justicia social. Pilares fundamentales del desarrollo sostenible y la convivencia pacífica, anhelos primordiales de la humanidad en cualquier latitud del mundo terrenal.

Gobernar un territorio (también léase una población), es una de las responsabilidades más difíciles de la humanidad, porque es imposible complacer tantos intereses disímiles. Sin embargo, la vivencia milenaria, ha demostrado que la mejor manera de gobernar es a través de los regímenes  democráticos a pesar de que nunca han sido perfectos, pero para desgracias la democracia de Colombia está llegando al colmo de las imperfecciones.

Que nadie vaya a creer que ya soy duquista. No, sólo estoy reconociéndole sus buenas acciones; por ejemplo, el lunes pasado el presidente Duque, sin previo pronunciamiento de la Cancillería, confirmó que mantendrá la decisión del expresidente JM Santos, tomada a pocos días de salir de la Casa de Nariño, con la cual se reconoce a Palestina como Estado libre y soberano. Lo que provocó un reproche enérgico de parte de Israel un país aliado de Colombia y de Estados Unidos, el tradicional mecenas de Israel.

No obstante, el presidente Duque, en una entrevista con Caracol Radio mantuvo que en adelante apoyará la Paz en el Medio Oriente, porque la comunidad internacional no debe ser parte de la guerra, sino parte de su solución y la solución es contribuir a que se fragüe una paz estable y duradera entre israelitas y palestinos.

Por mi espíritu pacifista respaldé al expresidente JM Santos en el acuerdo de paz con las Farc y el diálogo con el ELN, y creo que el presidente Duque actuó bien sosteniendo la última decisión de su antecesor, que tanto disgusto generó en el interior del uribismo.

 Por José Romero Churio