El afectado es el propietario de la funeraria Ultra Vida de Valledupar, a quien un trabajador lo citó en la finca para que le llevara las provisiones.
En la finca La Regadera, localizada en el kilómetro 13 de la vía que de Valledupar conduce al corregimiento de Río Seco, propiedad del comerciante Rafael Camilo Molina Jiménez, de 60 años de edad, se presentó un atraco y aparente intento de secuestro, según denunció la víctima ante las autoridades.
Las primeras informaciones que se conocen del caso registrado el pasado martes, indican que los delincuentes presionaron al trabajador de la finca para que engañara a Molina Jiménez y lo hiciera llegar al predio con la excusa de que había quedado sin provisiones.
El afectado es propietario de la funeraria Ultra Vida, ubicada en la capital del Cesar, quien acudió al llamado de su trabajador y al entrar a la finca fue reducido a la impotencia con armas de fuego, lo amarraron y lo metieron a una de las habitaciones.
Los delincuentes, al parecer, permanecieron varios días en la estancia agrícola esperando a que su víctima llegara. Fue así como se hurtaron 1 millón 400 mil pesos que tenía el ganadero comerciante, los teléfonos celulares de todos los jornaleros, un transformador de energía, seis chinchorros para dormir, un equipo de sonido, una guadañadora y una camioneta marca Toyota Hilux, de color negro, de placas CVQ-909, en donde embarcaron todos los elementos robados.
Según conoció EL PILÓN, Molina Jiménez fue agredido tanto verbal, como físicamente, al resistirse a continuar la marcha con los asaltantes, por cuanto lo presionaban a se embarcara en su vehículo, porque supuestamente el jefe de la banda necesitaba dialogar con él, a lo que el comerciante no accedió.
La víctima permaneció más de cinco horas amarrada de pies y mano; cuando logró soltarse y llegar al corregimiento de Los Corazones llamó a sus hijos para que lo fueran a recoger y lo llevaran a su casa en Valledupar.
La denuncia sobre el millonario hurto a la finca e intento de secuestro a su propietario, fue instaurada por el afectado ante el Gaula y la Sijín de la Policía Nacional, quienes de inmediato adelantaron las investigaciones del caso para dar con el paradero de los atracadores y de los elementos hurtados.
Los autores del ilícito no se identificaron como miembros de ningún grupo al margen de la ley, por lo que las autoridades señalan que podría tratarse de delincuencia común.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN
El afectado es el propietario de la funeraria Ultra Vida de Valledupar, a quien un trabajador lo citó en la finca para que le llevara las provisiones.
En la finca La Regadera, localizada en el kilómetro 13 de la vía que de Valledupar conduce al corregimiento de Río Seco, propiedad del comerciante Rafael Camilo Molina Jiménez, de 60 años de edad, se presentó un atraco y aparente intento de secuestro, según denunció la víctima ante las autoridades.
Las primeras informaciones que se conocen del caso registrado el pasado martes, indican que los delincuentes presionaron al trabajador de la finca para que engañara a Molina Jiménez y lo hiciera llegar al predio con la excusa de que había quedado sin provisiones.
El afectado es propietario de la funeraria Ultra Vida, ubicada en la capital del Cesar, quien acudió al llamado de su trabajador y al entrar a la finca fue reducido a la impotencia con armas de fuego, lo amarraron y lo metieron a una de las habitaciones.
Los delincuentes, al parecer, permanecieron varios días en la estancia agrícola esperando a que su víctima llegara. Fue así como se hurtaron 1 millón 400 mil pesos que tenía el ganadero comerciante, los teléfonos celulares de todos los jornaleros, un transformador de energía, seis chinchorros para dormir, un equipo de sonido, una guadañadora y una camioneta marca Toyota Hilux, de color negro, de placas CVQ-909, en donde embarcaron todos los elementos robados.
Según conoció EL PILÓN, Molina Jiménez fue agredido tanto verbal, como físicamente, al resistirse a continuar la marcha con los asaltantes, por cuanto lo presionaban a se embarcara en su vehículo, porque supuestamente el jefe de la banda necesitaba dialogar con él, a lo que el comerciante no accedió.
La víctima permaneció más de cinco horas amarrada de pies y mano; cuando logró soltarse y llegar al corregimiento de Los Corazones llamó a sus hijos para que lo fueran a recoger y lo llevaran a su casa en Valledupar.
La denuncia sobre el millonario hurto a la finca e intento de secuestro a su propietario, fue instaurada por el afectado ante el Gaula y la Sijín de la Policía Nacional, quienes de inmediato adelantaron las investigaciones del caso para dar con el paradero de los atracadores y de los elementos hurtados.
Los autores del ilícito no se identificaron como miembros de ningún grupo al margen de la ley, por lo que las autoridades señalan que podría tratarse de delincuencia común.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN