Presidente Rodolfo Hernández por favor no nos falle. De usted esperamos entereza cuando el domingo a eso de las 6 de la tarde podamos respirar más tranquilos al haberlo elegido; esa entereza, esa templanza que debe tener para salir a los medios de comunicación y enviar un mensaje de unión, de esperanza. Ya nos habremos quitado un peso de encima, esperando que sea para siempre. Se nos viene su gobierno, por 4 años, hay que sacarle el jugo al máximo.
Su discurso anticorrupción debe materializarse con hechos concretos, contundentes. La clase política corrupta, esa de la politiquería, no sólo debe sentirse amenazada sino ad portas de ser destruida. Tenga mucho cuidado porque tratarán, por todos los medios, de hacerse a los millonarios contratos que el estado pone en marcha para cumplir sus funciones. El destierro será poco para quienes por años han saqueado las arcas de Colombia y afectado la calidad de vida de todos los colombianos; para quienes nos han robado todo a todos.
Haga que la ley se cumpla, Colombia es un país de leyes, muchas, hágalas cumplir. Esa es finalmente la principal labor del Ejecutivo, hacer cumplir la ley. El Legislativo produce las leyes y el Judicial sanciona su incumplimiento. Honre y defienda en cada actuación la teoría de la tridivisión del poder de la que tantas veces hablé con mis estudiantes de la Universidad del Rosario.
Sea modelo de comportamiento, preocúpese por las buenas maneras en la política. Parafraseando a nuestro Código Civil actúe siempre como lo haría un buen padre de familia. Tenga muy en cuenta que por mandato constitucional usted será Jefe de Estado y de Gobierno; en palabras sencillas, que a su cargo estarán tanto las relaciones políticas externas como las internas; usted nos representará en el exterior y adentro. Además será la máxima autoridad administrativa y el Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas Armadas; quiéralas, admírelas y cuídelas. Pero recuerde también que en todos estos campos su máxima será erradicar la corrupción.
Permita que la inversión social aumente sistemáticamente. Borre los privilegios tributarios que algunos disfrutan y luche contra la evasión y la elusión; ahí está su caja, pulpita para trabajar. Invierta en infraestructura, ojo con la adjudicación de esos contratos, mejore la calidad de los servicios públicos domiciliarios, de salud, educación, vivienda, apoye los programas sociales del gobierno Duque y también dedique sus esfuerzos a reducir el déficit fiscal.
Ponga orden, autoridad, no converse con los facinerosos. Saque el ESMAD a la calle cuando se requiera, no le tema a eso. La comunidad internacional ya bastante daño le ha hecho a Colombia validando comportamientos de la izquierda radical carentes de ética, de moral y de verdad. Que sigan hablando y defendiendo afuera una Colombia que no existe. Recuerde que cuando uno hace parte de un estado, por medio de un contrato social, se renuncia a algunas libertades y se adquieren deberes pero también se ganan derechos, prerrogativas que no se disfrutarían estando por fuera del contrato. Aunque ese contrato sea tácito hágalo cumplir.
Que el estado cuide y proteja a los más débiles, a los más humildes, todo esto dentro de la institucionalidad. Que los más poderosos y con mejor salud financiera cuenten con seguridad tanto física como jurídica para seguir creciendo y generando empleo pero también para pagar más impuestos. Aquí, como en la pirinola, todos ponemos.
Lo vamos a acompañar para que sea exitoso pero también lo vamos a vigilar. Desde esta humilde columna destacaremos lo bueno pero también diremos lo que no nos guste; esperamos que sea poco.
Ánimo Presidente Hernández. No sea inferior a la responsabilidad que le espera. Devuélvanos las ganas de soñar con un futuro mejor después de los desaguisados de los últimos días. Hemos sentido varias veces vergüenza en cuerpo ajeno, da lástima ver lo que ha pasado en esta campaña.
Aproveche que los delincuentes están del otro lado. Ya están identificados. Por ninguna razón les abra la puerta porque de hacerlo, su máxima no se cumplirá.
Votemos temprano y celebremos en paz.
Votemos temprano y celebremos en paz.
Presidente Rodolfo Hernández por favor no nos falle. De usted esperamos entereza cuando el domingo a eso de las 6 de la tarde podamos respirar más tranquilos al haberlo elegido; esa entereza, esa templanza que debe tener para salir a los medios de comunicación y enviar un mensaje de unión, de esperanza. Ya nos habremos quitado un peso de encima, esperando que sea para siempre. Se nos viene su gobierno, por 4 años, hay que sacarle el jugo al máximo.
Su discurso anticorrupción debe materializarse con hechos concretos, contundentes. La clase política corrupta, esa de la politiquería, no sólo debe sentirse amenazada sino ad portas de ser destruida. Tenga mucho cuidado porque tratarán, por todos los medios, de hacerse a los millonarios contratos que el estado pone en marcha para cumplir sus funciones. El destierro será poco para quienes por años han saqueado las arcas de Colombia y afectado la calidad de vida de todos los colombianos; para quienes nos han robado todo a todos.
Haga que la ley se cumpla, Colombia es un país de leyes, muchas, hágalas cumplir. Esa es finalmente la principal labor del Ejecutivo, hacer cumplir la ley. El Legislativo produce las leyes y el Judicial sanciona su incumplimiento. Honre y defienda en cada actuación la teoría de la tridivisión del poder de la que tantas veces hablé con mis estudiantes de la Universidad del Rosario.
Sea modelo de comportamiento, preocúpese por las buenas maneras en la política. Parafraseando a nuestro Código Civil actúe siempre como lo haría un buen padre de familia. Tenga muy en cuenta que por mandato constitucional usted será Jefe de Estado y de Gobierno; en palabras sencillas, que a su cargo estarán tanto las relaciones políticas externas como las internas; usted nos representará en el exterior y adentro. Además será la máxima autoridad administrativa y el Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas Armadas; quiéralas, admírelas y cuídelas. Pero recuerde también que en todos estos campos su máxima será erradicar la corrupción.
Permita que la inversión social aumente sistemáticamente. Borre los privilegios tributarios que algunos disfrutan y luche contra la evasión y la elusión; ahí está su caja, pulpita para trabajar. Invierta en infraestructura, ojo con la adjudicación de esos contratos, mejore la calidad de los servicios públicos domiciliarios, de salud, educación, vivienda, apoye los programas sociales del gobierno Duque y también dedique sus esfuerzos a reducir el déficit fiscal.
Ponga orden, autoridad, no converse con los facinerosos. Saque el ESMAD a la calle cuando se requiera, no le tema a eso. La comunidad internacional ya bastante daño le ha hecho a Colombia validando comportamientos de la izquierda radical carentes de ética, de moral y de verdad. Que sigan hablando y defendiendo afuera una Colombia que no existe. Recuerde que cuando uno hace parte de un estado, por medio de un contrato social, se renuncia a algunas libertades y se adquieren deberes pero también se ganan derechos, prerrogativas que no se disfrutarían estando por fuera del contrato. Aunque ese contrato sea tácito hágalo cumplir.
Que el estado cuide y proteja a los más débiles, a los más humildes, todo esto dentro de la institucionalidad. Que los más poderosos y con mejor salud financiera cuenten con seguridad tanto física como jurídica para seguir creciendo y generando empleo pero también para pagar más impuestos. Aquí, como en la pirinola, todos ponemos.
Lo vamos a acompañar para que sea exitoso pero también lo vamos a vigilar. Desde esta humilde columna destacaremos lo bueno pero también diremos lo que no nos guste; esperamos que sea poco.
Ánimo Presidente Hernández. No sea inferior a la responsabilidad que le espera. Devuélvanos las ganas de soñar con un futuro mejor después de los desaguisados de los últimos días. Hemos sentido varias veces vergüenza en cuerpo ajeno, da lástima ver lo que ha pasado en esta campaña.
Aproveche que los delincuentes están del otro lado. Ya están identificados. Por ninguna razón les abra la puerta porque de hacerlo, su máxima no se cumplirá.
Votemos temprano y celebremos en paz.