Ese fue el nombre del programa de televisión dirigido por el maestro Jorge Ali Triana, cuya finalidad fue la de recrear capítulos de nuestra historia. Pues bien, el pasado 20 de julio, pareció revivir, con algunas diferencias, los acontecimientos acaecidos en 1.810, por lo que bien valdría la pena hacer un parangón del episodio histórico conocido como: “El florero de Llorente”.
Ese fue el nombre del programa de televisión dirigido por el maestro Jorge Ali Triana, cuya finalidad fue la de recrear capítulos de nuestra historia. Pues bien, el pasado 20 de julio, pareció revivir, con algunas diferencias, los acontecimientos acaecidos en 1.810, por lo que bien valdría la pena hacer un parangón del episodio histórico conocido como: “El florero de Llorente”.
Pero hablemos primero de quienes serían los actores de reparto: Antonio Villavicencio, interpretado por el recién posesionado Presidente Petro; El Virrey Amar y Borbón de España, interpretado por el rey Felipe Sexto de España; José Llorente, interpretado por Duque; Antonio Morales, interpretado por Roy Leonardo Barreras; El escenario es el mismo, Santafé de Bogotá, el florero lo podríamos cambiar por la espada de Bolívar, y el pueblo representado por sí mismo.
Ocurrió así: En la víspera de la tan esperada fecha en la que se realizaría la celebración en homenaje a Villavicencio(G.P.), se pensó en la espada de Bolívar, como parte del boato.
Cuando se da inicio a los actos protocolarios, circula el rumor que el chapetón José Llorente (Duque), se negó a prestar la espada de Bolívar para el ceremonial. El homenajeado (G.P.) y Antonio Morales (Roy Barreras), se pronunciaron: el primero ordenó traer la espada y el segundo coadyuvó la solicitud. La espada finalmente apareció, y con ella la displicencia del rey, pues recordó que muchos de sus compatriotas fueron decapitados con esa espada.
Las flores corrieron por cuenta de la enardecida masa popular, donde se alcanzó a ver un silletero y un cafetero de Antioquia, un pescador del Tolima y una humilde barrendera de Medellín, unidos a un improvisado coro que decía: “Fuera Duque”.
Del episodio narrado nos lleva a hacernos varios interrogantes: ¿La negativa de José Llorente se explica porque odiaba a los criollos, pero qué explicación tiene la actitud del expresidente Duque, de negarse a la solicitud hecha por el presidente electo? ¿Era necesario asumir esa actitud, cuando se cumplieron los requisitos de ley, incluido el pago de la póliza de seguridad? ¿Podría temerse por la seguridad de la espada en un lugar donde hacía presencia la cúpula militar en pleno?. Consideramos que hechos tan rastreros como ese no deben ocurrir y menos en autoridades de tan alto rango.
Cita de cierre: “Solo con la prudencia, la sabiduría y la destreza se logran grandes fines y se superan los obstáculos”. Napoleón Bonaparte.
Por: Dario Arregocés Baute