Terminó el 2017, un año más de abandono y olvido, de falsas expectativas, de total descoordinación gubernamental, de promesas politiqueras, de apoyos que se quedaron a mitad del camino, debo decirlo de forma contundente y sin temor a equívocos, los planes de desarrollo, los programas para reparación de víctimas (que merecen un análisis más detallado […]
Terminó el 2017, un año más de abandono y olvido, de falsas expectativas, de total descoordinación gubernamental, de promesas politiqueras, de apoyos que se quedaron a mitad del camino, debo decirlo de forma contundente y sin temor a equívocos, los planes de desarrollo, los programas para reparación de víctimas (que merecen un análisis más detallado y puntual en próximos días), para el sector rural no se cumplieron o se quedaron para otra oportunidad.
En el desarrollo de nuestras regiones debemos participar activamente tanto las comunidades, los gremios, las organizaciones sociales y el aparato gubernamental en conjunto; teniendo en cuenta esta premisa, he tomado la decisión de cuestionar y revisar los efectos o resultados de la política oficial que permita mejorar las condiciones de vida de los campesinos del municipio de Valledupar, (que es la misma en todo el país); del análisis surgen unos interrogantes que deberán ser respondidos por los respectivos responsables de la aplicación de los planes y programas.
A manera de facilitar la discusión y la búsqueda de soluciones, haré una relación de lo que considero debe ser prioritario y de urgente atención: 1) Las condiciones sanitarias y de agua potable para la población estudiantil deben mejorarse en algunos casos y en otros deben proporcionarse, por ejemplo, las escuelas del sector corregimental asentado en la Sierra Nevada de Santa Marta no cuentan con el servicio de sanitarios ni de agua potable para las necesidades básicas de los estudiantes; debo hacer una reflexión: ¿ el gobierna nacional gira puntualmente los aportes a la gratuidad para cada escuela rural?, si eso es así, ¿qué se ha hecho con esos recursos? ¿Existe alguna planeación o priorización para su ejecución? 2) Las condiciones locativas existentes no facilitan la labor de los profesores, estos deben contratar servicio de transporte todos los días para su desplazamiento hasta el lugar donde laboran. 3) La recreación y el deporte son elementos complementarios en la formación escolar. 4) La asistencia tecnológica para que el campo sea atrayente para los campesinos que aún quedan en el campo, debe ser tenida en cuenta y aplicarse de forma urgente, es la fuente de abastecimiento de bienes de la canasta alimenticia familiar del sector urbano. 5) Los programas de emprendimiento y el trabajo en equipo son fundamental para mejorar la productividad y la competitividad del sector rural, de igual manera la comercialización y promoción de la producción local como mecanismo para mejorar los ingresos de los campesinos. 6) Por supuesto, existen otras y muchas necesidades insatisfechas, que también deben ser materia de atención.
Se debe indagar por la suerte de la formulación del plan de desarrollo con enfoque territorial que tanto fue cacareado por el gobierno nacional y municipal, la comunidad rural y varias organizaciones sociales nos hemos ofrecido para contribuir y apoyar, a sabiendas de la importancia que esto representa para el fortalecimiento del aparato productivo local.
Y por último se observa una total ausencia de los entes de control y vigilancia, llámese Contraloría, Procuraduría, Personería Municipal y Defensoría del Pueblo, los cuales han permitido con su silencio y abandono que los recursos, planes y programas no hayan cumplido con su objetivo social. Estas son las diferencias sociales y las desigualdades e inequidades que debemos eliminar si realmente queremos lograr una verdadera paz.
Al señor alcalde le proponemos que se convoque a una mesa de concertación que permita ponernos de acuerdo para lograr desarrollo con equidad e identidad territorial.
Terminó el 2017, un año más de abandono y olvido, de falsas expectativas, de total descoordinación gubernamental, de promesas politiqueras, de apoyos que se quedaron a mitad del camino, debo decirlo de forma contundente y sin temor a equívocos, los planes de desarrollo, los programas para reparación de víctimas (que merecen un análisis más detallado […]
Terminó el 2017, un año más de abandono y olvido, de falsas expectativas, de total descoordinación gubernamental, de promesas politiqueras, de apoyos que se quedaron a mitad del camino, debo decirlo de forma contundente y sin temor a equívocos, los planes de desarrollo, los programas para reparación de víctimas (que merecen un análisis más detallado y puntual en próximos días), para el sector rural no se cumplieron o se quedaron para otra oportunidad.
En el desarrollo de nuestras regiones debemos participar activamente tanto las comunidades, los gremios, las organizaciones sociales y el aparato gubernamental en conjunto; teniendo en cuenta esta premisa, he tomado la decisión de cuestionar y revisar los efectos o resultados de la política oficial que permita mejorar las condiciones de vida de los campesinos del municipio de Valledupar, (que es la misma en todo el país); del análisis surgen unos interrogantes que deberán ser respondidos por los respectivos responsables de la aplicación de los planes y programas.
A manera de facilitar la discusión y la búsqueda de soluciones, haré una relación de lo que considero debe ser prioritario y de urgente atención: 1) Las condiciones sanitarias y de agua potable para la población estudiantil deben mejorarse en algunos casos y en otros deben proporcionarse, por ejemplo, las escuelas del sector corregimental asentado en la Sierra Nevada de Santa Marta no cuentan con el servicio de sanitarios ni de agua potable para las necesidades básicas de los estudiantes; debo hacer una reflexión: ¿ el gobierna nacional gira puntualmente los aportes a la gratuidad para cada escuela rural?, si eso es así, ¿qué se ha hecho con esos recursos? ¿Existe alguna planeación o priorización para su ejecución? 2) Las condiciones locativas existentes no facilitan la labor de los profesores, estos deben contratar servicio de transporte todos los días para su desplazamiento hasta el lugar donde laboran. 3) La recreación y el deporte son elementos complementarios en la formación escolar. 4) La asistencia tecnológica para que el campo sea atrayente para los campesinos que aún quedan en el campo, debe ser tenida en cuenta y aplicarse de forma urgente, es la fuente de abastecimiento de bienes de la canasta alimenticia familiar del sector urbano. 5) Los programas de emprendimiento y el trabajo en equipo son fundamental para mejorar la productividad y la competitividad del sector rural, de igual manera la comercialización y promoción de la producción local como mecanismo para mejorar los ingresos de los campesinos. 6) Por supuesto, existen otras y muchas necesidades insatisfechas, que también deben ser materia de atención.
Se debe indagar por la suerte de la formulación del plan de desarrollo con enfoque territorial que tanto fue cacareado por el gobierno nacional y municipal, la comunidad rural y varias organizaciones sociales nos hemos ofrecido para contribuir y apoyar, a sabiendas de la importancia que esto representa para el fortalecimiento del aparato productivo local.
Y por último se observa una total ausencia de los entes de control y vigilancia, llámese Contraloría, Procuraduría, Personería Municipal y Defensoría del Pueblo, los cuales han permitido con su silencio y abandono que los recursos, planes y programas no hayan cumplido con su objetivo social. Estas son las diferencias sociales y las desigualdades e inequidades que debemos eliminar si realmente queremos lograr una verdadera paz.
Al señor alcalde le proponemos que se convoque a una mesa de concertación que permita ponernos de acuerdo para lograr desarrollo con equidad e identidad territorial.