Después de estar ausente durante 2 meses en Bogotá, sometido a un intenso tratamiento de un cáncer de colon (llevo 3 cánceres: laringe, próstata y colon), estoy de regreso a mi querida tierra vallenata.
Alberto Herazo Palmera
Después de estar ausente durante 2 meses en Bogotá, sometido a un intenso tratamiento de un cáncer de colon (llevo 3 cánceres: laringe, próstata y colon), estoy de regreso a mi querida tierra vallenata.
Aprovecho esta columna para dar este testimonio público de lo bueno que ha sido Dios conmigo, agradecerle porque una vez más por tercera oportunidad se ha manifestado en mi vida, poder seguir viviendo gracias a su infinita misericordia y seguir compartiendo con mi esposa, mis hijos, nietos y amigos hasta que se haga su voluntad.
Gracias mil a los padres Enrique Iceda, Jesús Alberto, Castañeda y Álvaro por sus oraciones, gracias a mis familiares, amigos, y muchas otras personas y comunidades religiosas que estuvieron pendientes de mí. Al Santo Padre Pío de Pietrelcina quien fue un poderoso intercesor ante Dios por mi salud y finalmente a la nueva Santa Laura Montoya ahora en el cielo intercediendo por nosotros.
¿Qué me salvó? La fe en Dios, la oración. Dios no es idea. Dios no es pensamiento. Dios no es imagen. Dios es sencillamente amor.
Ahora sí, vamos al grano, la verdad es que me hacía falta comunicarme con mis lectores. No encuentro realmente a mi llegada muchas cosas nuevas, siguen las medidas irresponsables en el tránsito. Lo cierto es, que la Secretaría de Tránsito no ha encontrado todavía la solución mágica del caótico drama del tránsito de la ciudad.
¿Será que podemos experimentar con el pico y placa para ver cómo nos va? Combinado esto con otras soluciones urbanas que podrían mejorar los índices de movilidad de los vallenatos. Yo creo que en parte las causas reales de la congestión vehicular, con sus consecuencias, radican principalmente en la pobre capacidad de gestión de la Secretaría a la que cada vez le queda más difícil hacer ingeniería de tráfico, educar a los conductores y castigar a los infractores.
Además, hay problemas en el cumplimiento de las leyes del tránsito. Los semáforos no funcionan bien, los escasos policías se preocupan más por hacer el trabajo del semáforo que por vigilar a los infractores, el control de las motos sigue siendo infructuoso. La política de tránsito y transporte, señores funcionarios, no se improvisa y debe ser producto de una visión de futuro y no del ímpetu cortoplacista.
Finalmente, hacer un llamado a las autoridades y a la policía para que controlen los sitios donde se usan altoparlantes a todo volumen que no dejan dormir a más de un centenar de vecinos, ya que dicha música supera los decibeles permitidos para el oído humano y se tomen las medidas correspondientes.
Postdata:
No sé a qué personaje se le ocurrió “la magnífica idea” de no permitir el parqueo sobre la calle 15 entre carreras 4ª y 6ª, medida que ha sido duramente criticada.
Después de estar ausente durante 2 meses en Bogotá, sometido a un intenso tratamiento de un cáncer de colon (llevo 3 cánceres: laringe, próstata y colon), estoy de regreso a mi querida tierra vallenata.
Alberto Herazo Palmera
Después de estar ausente durante 2 meses en Bogotá, sometido a un intenso tratamiento de un cáncer de colon (llevo 3 cánceres: laringe, próstata y colon), estoy de regreso a mi querida tierra vallenata.
Aprovecho esta columna para dar este testimonio público de lo bueno que ha sido Dios conmigo, agradecerle porque una vez más por tercera oportunidad se ha manifestado en mi vida, poder seguir viviendo gracias a su infinita misericordia y seguir compartiendo con mi esposa, mis hijos, nietos y amigos hasta que se haga su voluntad.
Gracias mil a los padres Enrique Iceda, Jesús Alberto, Castañeda y Álvaro por sus oraciones, gracias a mis familiares, amigos, y muchas otras personas y comunidades religiosas que estuvieron pendientes de mí. Al Santo Padre Pío de Pietrelcina quien fue un poderoso intercesor ante Dios por mi salud y finalmente a la nueva Santa Laura Montoya ahora en el cielo intercediendo por nosotros.
¿Qué me salvó? La fe en Dios, la oración. Dios no es idea. Dios no es pensamiento. Dios no es imagen. Dios es sencillamente amor.
Ahora sí, vamos al grano, la verdad es que me hacía falta comunicarme con mis lectores. No encuentro realmente a mi llegada muchas cosas nuevas, siguen las medidas irresponsables en el tránsito. Lo cierto es, que la Secretaría de Tránsito no ha encontrado todavía la solución mágica del caótico drama del tránsito de la ciudad.
¿Será que podemos experimentar con el pico y placa para ver cómo nos va? Combinado esto con otras soluciones urbanas que podrían mejorar los índices de movilidad de los vallenatos. Yo creo que en parte las causas reales de la congestión vehicular, con sus consecuencias, radican principalmente en la pobre capacidad de gestión de la Secretaría a la que cada vez le queda más difícil hacer ingeniería de tráfico, educar a los conductores y castigar a los infractores.
Además, hay problemas en el cumplimiento de las leyes del tránsito. Los semáforos no funcionan bien, los escasos policías se preocupan más por hacer el trabajo del semáforo que por vigilar a los infractores, el control de las motos sigue siendo infructuoso. La política de tránsito y transporte, señores funcionarios, no se improvisa y debe ser producto de una visión de futuro y no del ímpetu cortoplacista.
Finalmente, hacer un llamado a las autoridades y a la policía para que controlen los sitios donde se usan altoparlantes a todo volumen que no dejan dormir a más de un centenar de vecinos, ya que dicha música supera los decibeles permitidos para el oído humano y se tomen las medidas correspondientes.
Postdata:
No sé a qué personaje se le ocurrió “la magnífica idea” de no permitir el parqueo sobre la calle 15 entre carreras 4ª y 6ª, medida que ha sido duramente criticada.