Leía en el Diario EL PILÓN algunas quejas sobre piques clandestinos en algunos sectores de la ciudad. Tratar este tema no quiere decir que soy anticuado, pero pocos actos de irresponsabilidad entrañan tanto peligro como los llamados piques clandestinos, que se practican en distintos puntos de la ciudad a altas velocidades y con no muy […]
Leía en el Diario EL PILÓN algunas quejas sobre piques clandestinos en algunos sectores de la ciudad. Tratar este tema no quiere decir que soy anticuado, pero pocos actos de irresponsabilidad entrañan tanto peligro como los llamados piques clandestinos, que se practican en distintos puntos de la ciudad a altas velocidades y con no muy pocas veces licor presente. Los sitios están identificados.
Es un tema delicado que puede registrar accidentes que involucren a jóvenes que lo practican y a la policía cuando intenta impedirlos. La disculpa para esta actividad siempre es la misma: moda y compartir una actividad que produce adrenalina y desafía a la sociedad. Pero no es sólo eso: es esnobismo mal entendido, pues en estos piques lo que impera es la irresponsabilidad. Bastantes dolores de cabeza afrontan todas las noches en nuestros barrios para que le sumemos una angustia más. Por eso hago un llamado a las autoridades para que tomen los correctivos correspondientes.
Quiero hacer algunas recomendaciones sobre movilidad para evitar accidentes: el irrespeto a las señales de tránsito es lo que ocasiona más siniestros, no mantener la distancia entre vehículos, transitar entre vehículos motos y ciclas, son los que ocasionan más accidentes, los que no son visibles en las vías y me refiero a las ciclas y motos por no usar chalecos reflectores, no respetar la prelación, el hecho de no ceder el paso ni detenerse en cambios a vías rápidas o glorietas ocasionan muchos inconvenientes, adelantar cerrando a un vehículo obstruyendo su camino es de las cosas más peligrosas, no mirar antes de cruzar la vía sin observar a ambos lados es la única causa del listado en la que los responsables son los peatones, el exceder el límite de velocidad, es decir, ir más rápido de lo permitido es otra causal más de accidentes, invadir las zonas peatonales, es decir, los vehículos y motos que se suben y transitan por los andenes o separadores deliberadamente han causado muchos dolores de cabeza y finalmente aprovisionan indebidamente, es decir, llenan el tanque de combustible con pasajeros a bordo o motor encendido es un peligro. Estas son las principales causas de siniestro.
Si usted amigo conductor o peatón no cumple con estas recomendaciones, su vida correrá peligro. Por eso es necesario que las campañas de cultura ciudadana superen a los mimos y payasos, y que sean los ciudadanos quienes hagan campaña para regular sus propios comportamientos.
Es el colmo que después de que el gobierno haya invertido más de 40.000 millones en la vía El Zanjón y Pueblo Bello no esté terminada por la irresponsabilidad de los contratistas. El invierno ha agravado el deterioro de la vía y lo más grave es que no hay quien le haga el permanente mantenimiento, y no es como dice el señor José Jaime Rodríguez, administrador de un centro recreacional, un gran conformista y que manifiesta que cada vez que hay un derrumbe, al día siguiente va una máquina, no se trata de eso sino que los contratistas de una vez por todas dejen de mamar más gallo y terminen la obra. Ya está bueno de tanta irresponsabilidad. La Fiscalía debe llamar a ‘puyengue’ a este contratista o consorcio.
¡Ay! señor Aramendiz, director de tránsito, párele bola a la movilidad, esto es un desastre. Haga por favor un diagnóstico del estado de seguridad vial de la ciudad y luego diseñe cinco áreas de intervención, a través de las cuales pretenda fortalecer las medidas para intervenir los usuarios de las vías. Otro aspecto clave es la promoción y consolidación de rutas seguras para peatones, ciclistas y pasajeros, prioridades en la planificación de la ciudad.
Además, busque guardas pedagógicas que exijan más respeto a las normas de tránsito. Una propuesta que le hago, enfóquese en la señalización, semáforos en las glorietas, la demarcación y la instalación de reductores en las zonas de mayor riesgo. No sea terco a estas recomendaciones, páreme bolas, que es por su bien.
Leía en el Diario EL PILÓN algunas quejas sobre piques clandestinos en algunos sectores de la ciudad. Tratar este tema no quiere decir que soy anticuado, pero pocos actos de irresponsabilidad entrañan tanto peligro como los llamados piques clandestinos, que se practican en distintos puntos de la ciudad a altas velocidades y con no muy […]
Leía en el Diario EL PILÓN algunas quejas sobre piques clandestinos en algunos sectores de la ciudad. Tratar este tema no quiere decir que soy anticuado, pero pocos actos de irresponsabilidad entrañan tanto peligro como los llamados piques clandestinos, que se practican en distintos puntos de la ciudad a altas velocidades y con no muy pocas veces licor presente. Los sitios están identificados.
Es un tema delicado que puede registrar accidentes que involucren a jóvenes que lo practican y a la policía cuando intenta impedirlos. La disculpa para esta actividad siempre es la misma: moda y compartir una actividad que produce adrenalina y desafía a la sociedad. Pero no es sólo eso: es esnobismo mal entendido, pues en estos piques lo que impera es la irresponsabilidad. Bastantes dolores de cabeza afrontan todas las noches en nuestros barrios para que le sumemos una angustia más. Por eso hago un llamado a las autoridades para que tomen los correctivos correspondientes.
Quiero hacer algunas recomendaciones sobre movilidad para evitar accidentes: el irrespeto a las señales de tránsito es lo que ocasiona más siniestros, no mantener la distancia entre vehículos, transitar entre vehículos motos y ciclas, son los que ocasionan más accidentes, los que no son visibles en las vías y me refiero a las ciclas y motos por no usar chalecos reflectores, no respetar la prelación, el hecho de no ceder el paso ni detenerse en cambios a vías rápidas o glorietas ocasionan muchos inconvenientes, adelantar cerrando a un vehículo obstruyendo su camino es de las cosas más peligrosas, no mirar antes de cruzar la vía sin observar a ambos lados es la única causa del listado en la que los responsables son los peatones, el exceder el límite de velocidad, es decir, ir más rápido de lo permitido es otra causal más de accidentes, invadir las zonas peatonales, es decir, los vehículos y motos que se suben y transitan por los andenes o separadores deliberadamente han causado muchos dolores de cabeza y finalmente aprovisionan indebidamente, es decir, llenan el tanque de combustible con pasajeros a bordo o motor encendido es un peligro. Estas son las principales causas de siniestro.
Si usted amigo conductor o peatón no cumple con estas recomendaciones, su vida correrá peligro. Por eso es necesario que las campañas de cultura ciudadana superen a los mimos y payasos, y que sean los ciudadanos quienes hagan campaña para regular sus propios comportamientos.
Es el colmo que después de que el gobierno haya invertido más de 40.000 millones en la vía El Zanjón y Pueblo Bello no esté terminada por la irresponsabilidad de los contratistas. El invierno ha agravado el deterioro de la vía y lo más grave es que no hay quien le haga el permanente mantenimiento, y no es como dice el señor José Jaime Rodríguez, administrador de un centro recreacional, un gran conformista y que manifiesta que cada vez que hay un derrumbe, al día siguiente va una máquina, no se trata de eso sino que los contratistas de una vez por todas dejen de mamar más gallo y terminen la obra. Ya está bueno de tanta irresponsabilidad. La Fiscalía debe llamar a ‘puyengue’ a este contratista o consorcio.
¡Ay! señor Aramendiz, director de tránsito, párele bola a la movilidad, esto es un desastre. Haga por favor un diagnóstico del estado de seguridad vial de la ciudad y luego diseñe cinco áreas de intervención, a través de las cuales pretenda fortalecer las medidas para intervenir los usuarios de las vías. Otro aspecto clave es la promoción y consolidación de rutas seguras para peatones, ciclistas y pasajeros, prioridades en la planificación de la ciudad.
Además, busque guardas pedagógicas que exijan más respeto a las normas de tránsito. Una propuesta que le hago, enfóquese en la señalización, semáforos en las glorietas, la demarcación y la instalación de reductores en las zonas de mayor riesgo. No sea terco a estas recomendaciones, páreme bolas, que es por su bien.