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Columnista - 7 septiembre, 2024

Reputación digital: más que un ‘hashtag’

La era digital ha transformado la manera en que las marcas construyen y mantienen su reputación. En un mundo donde la información fluye a la velocidad de un clic, las empresas están constantemente expuestas a riesgos reputacionales que pueden surgir de un simple comentario en redes sociales o de una campaña mal ejecutada. Pero, ¿cómo se maneja realmente la reputación en este entorno digital?

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La era digital ha transformado la manera en que las marcas construyen y mantienen su reputación. En un mundo donde la información fluye a la velocidad de un clic, las empresas están constantemente expuestas a riesgos reputacionales que pueden surgir de un simple comentario en redes sociales o de una campaña mal ejecutada. Pero, ¿cómo se maneja realmente la reputación en este entorno digital?

Primero, es importante entender que la reputación no es un concepto dividido entre lo digital y lo físico. La reputación es única, integrando todas las percepciones que los diferentes públicos tienen sobre una marca, ya sea a través de interacciones en línea o fuera de ella. Este es un activo intangible que se construye con el tiempo, basado en acciones coherentes y transparentes.

La gestión de la reputación no puede ser independiente en el mundo digital; requiere una estrategia integral que abarque tanto las plataformas online como las offline. La transparencia y la coherencia son fundamentales en esta gestión. Cumplir con lo que se promete no es solo una cuestión de buena fe, sino una necesidad para mantener una percepción positiva a largo plazo.

Es normal que se confundan términos como reputación, imagen y notoriedad. La reputación va más allá de lo momentáneo, es la suma de todas las acciones y comportamientos de una organización, vista a lo largo del tiempo. Mientras tanto, la imagen puede ser moldeada por campañas de marketing y comunicación, pero esto no es suficiente para construir una reputación sólida. La notoriedad, por su parte, solo mide cuán conocida es una entidad, sin implicar necesariamente una percepción positiva.

La reputación es un activo invaluable que requiere consistencia, credibilidad, y una gestión estratégica por parte de expertos que entienden que lo digital y lo físico son simplemente dos caras de la misma moneda. Las marcas que reconocen esta realidad y actúan en consecuencia estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del mundo digital.

Por: Viviana Altahona – Magíster en Relaciones Públicas, Máster Executive, MBA Liderazgo Estratégico, Comunicadora Social y Periodista. Especialista en stakeholder engagement, relaciones públicas e institucionales, comunicación interna y externa, análisis y gestión de intangibles.

Columnista
7 septiembre, 2024

Reputación digital: más que un ‘hashtag’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Viviana Altahona

La era digital ha transformado la manera en que las marcas construyen y mantienen su reputación. En un mundo donde la información fluye a la velocidad de un clic, las empresas están constantemente expuestas a riesgos reputacionales que pueden surgir de un simple comentario en redes sociales o de una campaña mal ejecutada. Pero, ¿cómo se maneja realmente la reputación en este entorno digital?


La era digital ha transformado la manera en que las marcas construyen y mantienen su reputación. En un mundo donde la información fluye a la velocidad de un clic, las empresas están constantemente expuestas a riesgos reputacionales que pueden surgir de un simple comentario en redes sociales o de una campaña mal ejecutada. Pero, ¿cómo se maneja realmente la reputación en este entorno digital?

Primero, es importante entender que la reputación no es un concepto dividido entre lo digital y lo físico. La reputación es única, integrando todas las percepciones que los diferentes públicos tienen sobre una marca, ya sea a través de interacciones en línea o fuera de ella. Este es un activo intangible que se construye con el tiempo, basado en acciones coherentes y transparentes.

La gestión de la reputación no puede ser independiente en el mundo digital; requiere una estrategia integral que abarque tanto las plataformas online como las offline. La transparencia y la coherencia son fundamentales en esta gestión. Cumplir con lo que se promete no es solo una cuestión de buena fe, sino una necesidad para mantener una percepción positiva a largo plazo.

Es normal que se confundan términos como reputación, imagen y notoriedad. La reputación va más allá de lo momentáneo, es la suma de todas las acciones y comportamientos de una organización, vista a lo largo del tiempo. Mientras tanto, la imagen puede ser moldeada por campañas de marketing y comunicación, pero esto no es suficiente para construir una reputación sólida. La notoriedad, por su parte, solo mide cuán conocida es una entidad, sin implicar necesariamente una percepción positiva.

La reputación es un activo invaluable que requiere consistencia, credibilidad, y una gestión estratégica por parte de expertos que entienden que lo digital y lo físico son simplemente dos caras de la misma moneda. Las marcas que reconocen esta realidad y actúan en consecuencia estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del mundo digital.

Por: Viviana Altahona – Magíster en Relaciones Públicas, Máster Executive, MBA Liderazgo Estratégico, Comunicadora Social y Periodista. Especialista en stakeholder engagement, relaciones públicas e institucionales, comunicación interna y externa, análisis y gestión de intangibles.