La deuda ambiental que existe con la Ciénaga de Zapatosa, el espejo más grande de Colombia, comienza a saldarse con la declaratoria de este complejo cenagoso como sitio Ramsar, que lo convierte como un humedal de categoría internacional. Colombia hace parte de la Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, que es un […]
La deuda ambiental que existe con la Ciénaga de Zapatosa, el espejo más grande de Colombia, comienza a saldarse con la declaratoria de este complejo cenagoso como sitio Ramsar, que lo convierte como un humedal de categoría internacional.
Colombia hace parte de la Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, que es un tratado intergubernamental que ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos, la cual fue adoptada en la ciudad iraní de Ramsar en 1971 y entró en vigor en 1975.
Esto quiere decir que las 40 mil hectáreas que conforman a la Ciénaga de Zapatosa, que abarca municipios del Cesar y Magdalena, serán protegidas con recursos del orden nacional e internacional.
La sedimentación severa que la afecta hoy, así como la contaminación, la pesca ilegal y los daños ambientales que causan hacendados que se encuentran en su territorio, son los temas que afectan gravemente a este importante cuerpo de agua y que deben ser atendidos cuánto antes.
EL PILÓN a través de sus campañas ambientales, especialmente la dedicada al río Cesar, que luego de su nacimiento en la Sierra Nevada, recorre más de 200 kilómetros para desembocar en la Zapatosa, ha mostrado a través de diferentes reportajes cómo ha se ha ido deteriorando por el mal manejo ambiental que le dan los mismos pobladores y por las pocas acciones gubernamentales para atender los llamados de auxilio que hacen las asociaciones de pescadores.
La ciénaga de Zapatosa es fundamental para el río Magdalena, es un embalse natural que lo alimenta y lo ayuda a contralor sus niveles de agua, no solo es un espejo de agua para pescar, es mucho más que eso, y se puede convertir en el mejor proyecto de etnoturismo.
La designación de la Zapatosa como sitio Ramsar es muy importante y debe trascender cualquier gobierno y política ambiental. El Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional del César (Corpocesar) y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) lo hicieron posible, ahora deben hacer posible que las acciones en ella se cumplan para recuperar lo que se ha perdido.
Lo que viene ahora debe ser el trabajo mancomunado de las autoridades con las cerca de 100 mil personas que viven en su entorno. La supervivencia de las especies que allí habitan depende de las acertadas acciones.
La deuda ambiental que existe con la Ciénaga de Zapatosa, el espejo más grande de Colombia, comienza a saldarse con la declaratoria de este complejo cenagoso como sitio Ramsar, que lo convierte como un humedal de categoría internacional. Colombia hace parte de la Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, que es un […]
La deuda ambiental que existe con la Ciénaga de Zapatosa, el espejo más grande de Colombia, comienza a saldarse con la declaratoria de este complejo cenagoso como sitio Ramsar, que lo convierte como un humedal de categoría internacional.
Colombia hace parte de la Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, que es un tratado intergubernamental que ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos, la cual fue adoptada en la ciudad iraní de Ramsar en 1971 y entró en vigor en 1975.
Esto quiere decir que las 40 mil hectáreas que conforman a la Ciénaga de Zapatosa, que abarca municipios del Cesar y Magdalena, serán protegidas con recursos del orden nacional e internacional.
La sedimentación severa que la afecta hoy, así como la contaminación, la pesca ilegal y los daños ambientales que causan hacendados que se encuentran en su territorio, son los temas que afectan gravemente a este importante cuerpo de agua y que deben ser atendidos cuánto antes.
EL PILÓN a través de sus campañas ambientales, especialmente la dedicada al río Cesar, que luego de su nacimiento en la Sierra Nevada, recorre más de 200 kilómetros para desembocar en la Zapatosa, ha mostrado a través de diferentes reportajes cómo ha se ha ido deteriorando por el mal manejo ambiental que le dan los mismos pobladores y por las pocas acciones gubernamentales para atender los llamados de auxilio que hacen las asociaciones de pescadores.
La ciénaga de Zapatosa es fundamental para el río Magdalena, es un embalse natural que lo alimenta y lo ayuda a contralor sus niveles de agua, no solo es un espejo de agua para pescar, es mucho más que eso, y se puede convertir en el mejor proyecto de etnoturismo.
La designación de la Zapatosa como sitio Ramsar es muy importante y debe trascender cualquier gobierno y política ambiental. El Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional del César (Corpocesar) y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) lo hicieron posible, ahora deben hacer posible que las acciones en ella se cumplan para recuperar lo que se ha perdido.
Lo que viene ahora debe ser el trabajo mancomunado de las autoridades con las cerca de 100 mil personas que viven en su entorno. La supervivencia de las especies que allí habitan depende de las acertadas acciones.