En el departamento del Cesar, en Valledupar su ciudad capital y en todo nuestro país, a menudo nos equivocamos cuando democráticamente elegimos a las personas que administran lo público, igualmente votamos mal en la escogencia de las personas encargadas para hacer control político y a las aspirantes a las Juntas Administradoras Locales (JAL) la mayoría […]
En el departamento del Cesar, en Valledupar su ciudad capital y en todo nuestro país, a menudo nos equivocamos cuando democráticamente elegimos a las personas que administran lo público, igualmente votamos mal en la escogencia de las personas encargadas para hacer control político y a las aspirantes a las Juntas Administradoras Locales (JAL) la mayoría de la ciudadanía las ignoran.
Esto se debe más que todo a la enorme proliferación de candidatos politiqueros que en las elecciones para cada periodo gubernamental siempre prometen y poco o nada cumple.
Ante esta nefanda situación, no es nada fácil saber quiénes son los candidatos idóneos para ocupar los cargos de elección popular, porque el real interés de los aspirantes a tales puestos es tan disimulado, que a veces también engañan a los caudillos politiqueros que los proclaman y les financian las campañas proselitistas, con el propósito de sacar legal o indebidamente recursos del patrimonio público destinados para el bienestar colectivo.
Sin embargo, en el actual debate electoral que se define el próximo domingo 27 de octubre de 2019, a pesar de la enorme politiquería proclive a la corrupción administrativa presente, en el departamento del Cesar hay candidatos confiables; por ejemplo, entre los postulados a la gobernación, por sus sensatas argumentaciones me simpatizan, Claudia Margarita Zuleta Murgas y Jaime Araujo Rentería, con cualquiera de los dos en la gobernación, nuestro departamento se beneficiaría mucho más si saliera elegido otro de los candidatos.
Me inclino hacía la candidata por sus múltiples virtudes, entre las cuales sobresale su inteligencia con oratoria convincente en lo concerniente a la solución de los problemas que detienen el progreso en nuestro departamento. Ojalá no desperdiciemos la oportunidad de tenerla como gobernadora, para que pueda demostrar su pujanza y el interés de que su tierra prospere.
En cuanto a la elección del nuevo alcalde del municipio de Valledupar, entre los dos favoritos de los diferentes medios de opiniones, pienso que el más conveniente para nuestro municipio es, Ernesto Orozco Durán, en vista de que tiene mayor experiencia administrativa, con la cual ha adquirido suficiente autonomía para tomar las decisiones sobre las prioridades que requiere el municipio.
Mi preferencia, lo único que la estimula es el beneficio que podría recibir nuestro municipio de la gestión de una persona con innegable reconocimiento por largo tiempo como buen director de Comfacesar.
Lo cierto es que la disputa por la alcaldía está reñida, esto quedó demostrado en sus respectivos y simultáneos cierres de campañas, pues tanto Ernesto Orozco como el Mello Castro tuvieron acompañamientos multitudinarios. La verdad es que no me disgustaría en caso de que llegase a ganar el Mello Castro, porque es joven con meritoria trayectoria capaz de un buen desempeño en la alcaldía de Valledupar.
Como aspirantes a diputados, concejales y ediles hay una amplísima cantidad de candidatos, por ende, es mucho más difícil escoger quiénes son los más competentes para desempeñar tales cargos que, generalmente, van mancomunados con los candidatos a la gobernación y a las alcaldías.
No obstante, son impulsadores de los comicios porque los votos de estos candidatos provienen de sus familiares, amigos y vecinos. Es una tradición a la que solo les quita votos aquellos candidatos que los compran.
En el departamento del Cesar, en Valledupar su ciudad capital y en todo nuestro país, a menudo nos equivocamos cuando democráticamente elegimos a las personas que administran lo público, igualmente votamos mal en la escogencia de las personas encargadas para hacer control político y a las aspirantes a las Juntas Administradoras Locales (JAL) la mayoría […]
En el departamento del Cesar, en Valledupar su ciudad capital y en todo nuestro país, a menudo nos equivocamos cuando democráticamente elegimos a las personas que administran lo público, igualmente votamos mal en la escogencia de las personas encargadas para hacer control político y a las aspirantes a las Juntas Administradoras Locales (JAL) la mayoría de la ciudadanía las ignoran.
Esto se debe más que todo a la enorme proliferación de candidatos politiqueros que en las elecciones para cada periodo gubernamental siempre prometen y poco o nada cumple.
Ante esta nefanda situación, no es nada fácil saber quiénes son los candidatos idóneos para ocupar los cargos de elección popular, porque el real interés de los aspirantes a tales puestos es tan disimulado, que a veces también engañan a los caudillos politiqueros que los proclaman y les financian las campañas proselitistas, con el propósito de sacar legal o indebidamente recursos del patrimonio público destinados para el bienestar colectivo.
Sin embargo, en el actual debate electoral que se define el próximo domingo 27 de octubre de 2019, a pesar de la enorme politiquería proclive a la corrupción administrativa presente, en el departamento del Cesar hay candidatos confiables; por ejemplo, entre los postulados a la gobernación, por sus sensatas argumentaciones me simpatizan, Claudia Margarita Zuleta Murgas y Jaime Araujo Rentería, con cualquiera de los dos en la gobernación, nuestro departamento se beneficiaría mucho más si saliera elegido otro de los candidatos.
Me inclino hacía la candidata por sus múltiples virtudes, entre las cuales sobresale su inteligencia con oratoria convincente en lo concerniente a la solución de los problemas que detienen el progreso en nuestro departamento. Ojalá no desperdiciemos la oportunidad de tenerla como gobernadora, para que pueda demostrar su pujanza y el interés de que su tierra prospere.
En cuanto a la elección del nuevo alcalde del municipio de Valledupar, entre los dos favoritos de los diferentes medios de opiniones, pienso que el más conveniente para nuestro municipio es, Ernesto Orozco Durán, en vista de que tiene mayor experiencia administrativa, con la cual ha adquirido suficiente autonomía para tomar las decisiones sobre las prioridades que requiere el municipio.
Mi preferencia, lo único que la estimula es el beneficio que podría recibir nuestro municipio de la gestión de una persona con innegable reconocimiento por largo tiempo como buen director de Comfacesar.
Lo cierto es que la disputa por la alcaldía está reñida, esto quedó demostrado en sus respectivos y simultáneos cierres de campañas, pues tanto Ernesto Orozco como el Mello Castro tuvieron acompañamientos multitudinarios. La verdad es que no me disgustaría en caso de que llegase a ganar el Mello Castro, porque es joven con meritoria trayectoria capaz de un buen desempeño en la alcaldía de Valledupar.
Como aspirantes a diputados, concejales y ediles hay una amplísima cantidad de candidatos, por ende, es mucho más difícil escoger quiénes son los más competentes para desempeñar tales cargos que, generalmente, van mancomunados con los candidatos a la gobernación y a las alcaldías.
No obstante, son impulsadores de los comicios porque los votos de estos candidatos provienen de sus familiares, amigos y vecinos. Es una tradición a la que solo les quita votos aquellos candidatos que los compran.