Muchos inscritos para aspirar a la rectoría de la Universidad Popular del Cesar, lo más curioso de este proceso “democrático” en la UPC es que no tiene nada que envidiarle a las campañas de Asamblea, Concejo, Alcaldía o Gobernación; en frente de la sede ubicada en el barrio Sabana de esta ciudad se instalaron lo que anteriormente se conocían como los “comandos”, sitios utilizados por candidatos a cualquier cargo para recibir y atender a su potencial elector, allí reparten botones, camisetas, afiches y todo el kit necesario para identificar a sus votantes, semejante despliegue no demuestra otra cosa que el derroche de dinero que se mueve en una campaña que debería estar descontaminada de ese proselitismo trasnochado que solo sepulta los sueños de una sociedad.

El primer paso para escoger rector de la UPC es la elección por parte de la comunidad upecista, conllevando esto a una exposición de ideas y propuestas para conquistar esos votos; sin embargo todo esto se relega a niveles irrelevantes, interesa más el político detrás del candidato; a los aspirantes se les está conociendo más por el político que los respalda que por las ideas que plantean en la institución y se sabe de casos en los que ya aseveran que cuentan con los votos de los miembros del Consejo Superior para ser designados como rector o rectora de esa institución, es decir que desde ya el voto del consejo superior de la Universidad Popular del Cesar está dirigido a un candidato o candidata sin que se haya agotar la consulta a la comunidad upecista.

Tienen la oportunidad en la Universidad Popular del Cesar de rescatarla de esos grupos que la han convertido en un botín y utilizan la elección de rector para consolidar depravados acuerdos, perjudicando a la institución, no se puede posponer el propósito de escoger un rector eminentemente académico, es el momento de rechazar a los politiqueros que se aprovechan de esa institución para colocarla al servicio de campañas regionales. El gran problema de universidades como la UPC es que se está dando prelación a los acuerdos políticos que a los procesos académicos que permitan convertirla en el motor de desarrollo de la región y no en un gran feudo.

Es indispensable observar muy bien cómo se mueven los aspirantes a ser rector de la UPC, la exhibición de toda esa parafernalia publicitaria es nociva para la institución, la exigencia debe limitarse a la exposición de propuestas y no a la instalación de sede de campaña, camisetas, afiches y todos esos artículos que elevan gastos en un proceso que debería ser solo académico y no en una inversión que hace una persona para sacar rentabilidad durante el periodo en el que ocupe el cargo.