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Columnista - 5 febrero, 2013

Recordando a los trascendentales: Carlos Quintero Romero

Por Silvia Betancour Alliegro No se sobresalte, aún está entre nosotros con su desbordante energía. No es indispensable haber dejado de ejercer la vida con cuerpo físico para ser  reconocido como trascendental. Los seres humanos convivimos a la fuerza, regulados por las potencias políticas esencialmente; porque somos incapaces de asumir una misión cultural perenne  en […]

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Por Silvia Betancour Alliegro

No se sobresalte, aún está entre nosotros con su desbordante energía. No es indispensable haber dejado de ejercer la vida con cuerpo físico para ser  reconocido como trascendental. Los seres humanos convivimos a la fuerza, regulados por las potencias políticas esencialmente; porque somos incapaces de asumir una misión cultural perenne  en Pro de la especie motu proprio.  

Entonces, nada puede existir si no conviene al Estado, incluso las religiones- siempre aliadas con el poder-   quizás porque –aún- no han podido abolir el espíritu como principio ordenador de todo lo que nos atañe y es lo único que nos impide arrastrarnos como lagartos.

Por lo anterior, es urgente que tengamos un Estado con Espíritu y con Misión, y sólo los sabios de la tribu humana poseen la experiencia y carecen (eso esperamos) de las ambiciones desmesuradas de los políticos acérrimos; hay que escucharlo con atención porque de sus proyecciones sapientes depende el futuro que tenga nuestra descendencia, nuestra patria, porque así suene restringido, el mundo está ‘organizado’ por tribus pequeñas que utilizan patrones culturales para intercambiar con las demás.

Los jóvenes de nuestra tribu están inmersos hasta el cuello en la tecnología de otros, de sus costumbres y tradiciones, y es tal la magnitud de la colonización de pensamientos y acciones, que han optado por despreciar a sus mayores, e incluso, los mandan a callar de malas maneras.

Por lo anteriormente dicho, aplaudo con efusividad, ahora que aún me puede escuchar, al abogado Carlos Quintero Romero, natural de Valledupar- Cesar- Colombia, y ciudadano del mundo; que dejando a un lado su destacada y cómoda  posición, se involucra de frente –en cuerpo y alma- desde la dirección del noticiero radial Maravilla Informa, en toda campaña contra cualquier irregularidad local, nacional e internacional. 

Sus disertaciones son cátedra de  jurisprudencia deliciosa que los neófitos absorbemos para beneficiar nuestro acervo, para usarlas cuando convenga a nuestros propósitos. 

Sería  provechoso que los discursos de cara al pueblo del abogado Carlos Quintero Romero, con su magistral manejo del verbo aunado a la idea, más sus conocimientos y amor por la literatura y las artes, fueran grabados y transcritos, para que los alumnos de Derecho y Ciencias Políticas tuvieran acceso a su estudio, tal como en su momento hizo la Universidad Libre con los del jamás olvidado Antonio Montaña. Estoy segura que esos artículos se hallarían impregnados por la idea de la supremacía de la cultura en función de la vida. 

Es que desde la radio Carlos Quintero Romero ha proclamado y ejercido un sistema de ideas desde las cuales vive, toda su filosofía está basada en la afirmación de la vida como principio de cultura, que lo aproxima a un hombre para el Renacimiento, que es hoy. 

Columnista
5 febrero, 2013

Recordando a los trascendentales: Carlos Quintero Romero

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Por Silvia Betancour Alliegro No se sobresalte, aún está entre nosotros con su desbordante energía. No es indispensable haber dejado de ejercer la vida con cuerpo físico para ser  reconocido como trascendental. Los seres humanos convivimos a la fuerza, regulados por las potencias políticas esencialmente; porque somos incapaces de asumir una misión cultural perenne  en […]


Por Silvia Betancour Alliegro

No se sobresalte, aún está entre nosotros con su desbordante energía. No es indispensable haber dejado de ejercer la vida con cuerpo físico para ser  reconocido como trascendental. Los seres humanos convivimos a la fuerza, regulados por las potencias políticas esencialmente; porque somos incapaces de asumir una misión cultural perenne  en Pro de la especie motu proprio.  

Entonces, nada puede existir si no conviene al Estado, incluso las religiones- siempre aliadas con el poder-   quizás porque –aún- no han podido abolir el espíritu como principio ordenador de todo lo que nos atañe y es lo único que nos impide arrastrarnos como lagartos.

Por lo anterior, es urgente que tengamos un Estado con Espíritu y con Misión, y sólo los sabios de la tribu humana poseen la experiencia y carecen (eso esperamos) de las ambiciones desmesuradas de los políticos acérrimos; hay que escucharlo con atención porque de sus proyecciones sapientes depende el futuro que tenga nuestra descendencia, nuestra patria, porque así suene restringido, el mundo está ‘organizado’ por tribus pequeñas que utilizan patrones culturales para intercambiar con las demás.

Los jóvenes de nuestra tribu están inmersos hasta el cuello en la tecnología de otros, de sus costumbres y tradiciones, y es tal la magnitud de la colonización de pensamientos y acciones, que han optado por despreciar a sus mayores, e incluso, los mandan a callar de malas maneras.

Por lo anteriormente dicho, aplaudo con efusividad, ahora que aún me puede escuchar, al abogado Carlos Quintero Romero, natural de Valledupar- Cesar- Colombia, y ciudadano del mundo; que dejando a un lado su destacada y cómoda  posición, se involucra de frente –en cuerpo y alma- desde la dirección del noticiero radial Maravilla Informa, en toda campaña contra cualquier irregularidad local, nacional e internacional. 

Sus disertaciones son cátedra de  jurisprudencia deliciosa que los neófitos absorbemos para beneficiar nuestro acervo, para usarlas cuando convenga a nuestros propósitos. 

Sería  provechoso que los discursos de cara al pueblo del abogado Carlos Quintero Romero, con su magistral manejo del verbo aunado a la idea, más sus conocimientos y amor por la literatura y las artes, fueran grabados y transcritos, para que los alumnos de Derecho y Ciencias Políticas tuvieran acceso a su estudio, tal como en su momento hizo la Universidad Libre con los del jamás olvidado Antonio Montaña. Estoy segura que esos artículos se hallarían impregnados por la idea de la supremacía de la cultura en función de la vida. 

Es que desde la radio Carlos Quintero Romero ha proclamado y ejercido un sistema de ideas desde las cuales vive, toda su filosofía está basada en la afirmación de la vida como principio de cultura, que lo aproxima a un hombre para el Renacimiento, que es hoy.