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Columnista - 6 agosto, 2021

Recordando a Beto

Desaparecido el decano de los columnistas de EL PILÓN, Alberto Herazo Palmera, ‘Beto’, los artículos sobre los problemas en la región, especialmente en esta ciudad, son pocos, cada quien trata los temas que le apetecen, pero nunca dicen que en esta capital hay barrios enteros que no tienen nomenclatura, que los bulevares de las avenidas […]

Desaparecido el decano de los columnistas de EL PILÓN, Alberto Herazo Palmera, ‘Beto’, los artículos sobre los problemas en la región, especialmente en esta ciudad, son pocos, cada quien trata los temas que le apetecen, pero nunca dicen que en esta capital hay barrios enteros que no tienen nomenclatura, que los bulevares de las avenidas están deteriorados y no hay una mano amiga que los arregle; que en la calle 16 desde el Obelisco hasta la Gobernación hacen falta 150 palos de mango; que el exitoso programa de arreglar huecos está inexplicablemente suspendido, que el problema de las basuras, especialmente podas, es una enfermedad incurable y que lo que deben hacer es abrir el lote de Idema, previo cerramiento con una buena tapia, y cobrarle a los carromuleros y semanalmente Interaseo con sus equipos traslade esa basura al Botadero Municipal; que las autoridades policivas y de tránsito hagan presencia, pues su ausencia es total, en el populoso Boliche para ponerle orden a los desordenados choferes que lo visitamos, que nos metemos por donde nos da la gana.

Que a gritos la ciudad está pidiendo la sincronización de los semáforos y la instalación de nuevos, que hay que hacer un estudio para remover muchas señales de tránsito que fueron instaladas caprichosamente o por compadrazgo, como lo hice yo cuando esta era apenas una aldea; que hay que continuar estableciendo las direcciones de calles y carreras y volver a normalizar la calle 14 como era antes. En fin, estos temas poco les gustan a los lectores, pero le prometí a Beto que de vez en cuando le echaría una manito y lo estoy cumpliendo.

Tengo un sobrino arquitecto, Orlando Carlos Olmos Aponte, que reside en Canadá y ahora cuando vio la demolición del Estadio de beisbol se horrorizó y me dijo: “Siguen en las mismas, solo aquí hacen esa barbaridad, en el Canadá no tumban ni destruyen, remodelan y embellecen, eso estaba para remodelarlo”. Lo más grave, le agregué, es que si lo terminan para los juegos, cosa que dudo, en un año o dos estará nuevamente abandonado y saqueado porque aquí no hay afición beisbolera. Amanecerá y veremos.

Siquiera que terminaron de coger los cráteres cuadrados que por todas partes están abriendo en un pavimento nuevo y se me olvidaba que cada vez que se ahoga una persona que se tira del puente de Hurtado enrejan con diseños muy bonitos las barandas, pero de ahí no pasan.

Qué vaina, no me queda espacio para tratar la especulación y el transporte urbano. La primera es un mal que nos azota y amerita que se reviva la Oficina de Control y Precios y el segundo, ¿hasta cuándo van a cambiar esos buses incómodos, calientes y destartalados?, pues he oído decir que viene una flota nueva con buenos servicios, que es la única forma de combatir el mototaxismo.

Y por último, por enésima vez, ¿cuándo será que el señor gobernador o nuestro alcalde visitan la vía que del Colegio La Sierra comunica al Pueblito Arhuaco–Los Besotes?, “para ver si se conduelen de este corazón Mercedes”, decía Escalona y ahora lo digo yo con el coro de 300 padres de familia que todos los días transitan por esa vía.

Columnista
6 agosto, 2021

Recordando a Beto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Desaparecido el decano de los columnistas de EL PILÓN, Alberto Herazo Palmera, ‘Beto’, los artículos sobre los problemas en la región, especialmente en esta ciudad, son pocos, cada quien trata los temas que le apetecen, pero nunca dicen que en esta capital hay barrios enteros que no tienen nomenclatura, que los bulevares de las avenidas […]


Desaparecido el decano de los columnistas de EL PILÓN, Alberto Herazo Palmera, ‘Beto’, los artículos sobre los problemas en la región, especialmente en esta ciudad, son pocos, cada quien trata los temas que le apetecen, pero nunca dicen que en esta capital hay barrios enteros que no tienen nomenclatura, que los bulevares de las avenidas están deteriorados y no hay una mano amiga que los arregle; que en la calle 16 desde el Obelisco hasta la Gobernación hacen falta 150 palos de mango; que el exitoso programa de arreglar huecos está inexplicablemente suspendido, que el problema de las basuras, especialmente podas, es una enfermedad incurable y que lo que deben hacer es abrir el lote de Idema, previo cerramiento con una buena tapia, y cobrarle a los carromuleros y semanalmente Interaseo con sus equipos traslade esa basura al Botadero Municipal; que las autoridades policivas y de tránsito hagan presencia, pues su ausencia es total, en el populoso Boliche para ponerle orden a los desordenados choferes que lo visitamos, que nos metemos por donde nos da la gana.

Que a gritos la ciudad está pidiendo la sincronización de los semáforos y la instalación de nuevos, que hay que hacer un estudio para remover muchas señales de tránsito que fueron instaladas caprichosamente o por compadrazgo, como lo hice yo cuando esta era apenas una aldea; que hay que continuar estableciendo las direcciones de calles y carreras y volver a normalizar la calle 14 como era antes. En fin, estos temas poco les gustan a los lectores, pero le prometí a Beto que de vez en cuando le echaría una manito y lo estoy cumpliendo.

Tengo un sobrino arquitecto, Orlando Carlos Olmos Aponte, que reside en Canadá y ahora cuando vio la demolición del Estadio de beisbol se horrorizó y me dijo: “Siguen en las mismas, solo aquí hacen esa barbaridad, en el Canadá no tumban ni destruyen, remodelan y embellecen, eso estaba para remodelarlo”. Lo más grave, le agregué, es que si lo terminan para los juegos, cosa que dudo, en un año o dos estará nuevamente abandonado y saqueado porque aquí no hay afición beisbolera. Amanecerá y veremos.

Siquiera que terminaron de coger los cráteres cuadrados que por todas partes están abriendo en un pavimento nuevo y se me olvidaba que cada vez que se ahoga una persona que se tira del puente de Hurtado enrejan con diseños muy bonitos las barandas, pero de ahí no pasan.

Qué vaina, no me queda espacio para tratar la especulación y el transporte urbano. La primera es un mal que nos azota y amerita que se reviva la Oficina de Control y Precios y el segundo, ¿hasta cuándo van a cambiar esos buses incómodos, calientes y destartalados?, pues he oído decir que viene una flota nueva con buenos servicios, que es la única forma de combatir el mototaxismo.

Y por último, por enésima vez, ¿cuándo será que el señor gobernador o nuestro alcalde visitan la vía que del Colegio La Sierra comunica al Pueblito Arhuaco–Los Besotes?, “para ver si se conduelen de este corazón Mercedes”, decía Escalona y ahora lo digo yo con el coro de 300 padres de familia que todos los días transitan por esa vía.