¿Qué tanto dependerán las regiones de los recursos del presupuesto nacional y de las regalías para darle un ‘estartazo’ de impulso a las frágiles economías, agobiadas por la caída de los ingresos, el consumo y el desempleo?
¿Qué tanto dependerán las regiones de los recursos del presupuesto nacional y de las regalías para darle un ‘estartazo’ de impulso a las frágiles economías, agobiadas por la caída de los ingresos, el consumo y el desempleo?
Los ingresos ordinarios anuales de las entidades como los departamentos y municipios, que no eran muy dinámicos ni crecientes antes de la pandemia, se han venido al suelo y no tienen la capacidad del gobierno central de sobre endeudarse para poder iniciar planes extraordinarios de recuperación. Aun con la flexibilidad que el gobierno a través de los decretos leyes de emergencia concedió para superar sus límites y acudir al crédito o las líneas nuevas y especiales de Findeter. Esa situación la han puesto de presente las federaciones de departamentos y de municipios. En el típico ejemplo de una capital departamental como Valledupar se han caído los tributos en más de $30 mil millones, como se informó la semana pasada, en este diario.
Ese panorama sombrío no debe llevarnos, como región, a desfallecer en el propósito de tener finanzas sanas y restablecer unos niveles razonables de recaudo en medio de la pandemia y sus secuelas y hacer más eficiente el gasto y las inversiones del nivel territorial. Los municipios deben ahorrar el peso, gastar lo básico; pero al ir más allá deben procurar hacer más con menos, evitando el derroche. Por eso la participación ciudadana y la acción de los organismos de control debe ser efectiva, inteligente, diligente y proactiva. Muchas veces estos no intervienen bien.
Los recursos del presupuesto nacional empiezan paradójicamente a ser más efectivos de lo que venían siendo antes de la pandemia. Por lo menos, en Guajira y Cesar, se arreglarán y mejorarán las carreteras mediante la modalidad de obra pública, con una inversión dentro del plan Concluir y Concluir del orden de $130 mil millones. También se prevé un fuerte impulso en el ramo de acueductos y alcantarillados y en subsidios de vivienda social y media, a la tasa de interés. En tres semanas el presidente Duque en su visita a la Guajira se espera informe de los avances del programa Guajira Azul para usar la represa del Ranchería, hasta ahora conocida como un elefante blanco, en la distribución de agua a los municipios del centro del departamento.
Los recursos del ingreso solidario, devolución del Iva social y los incrementos extraordinarios de las asignaciones periódicas a familias en Acción, Jóvenes en Acción, Adulto Mayor, etc., han contribuido a aliviar el duro impacto de la crisis en poblaciones vulnerables.
Las regalías contribuirán también, sin duda, a la reactivación, no solo en el componente del Ocad paz, que se destina a los municipios Pdet, además de los recursos propios de la Agencia de Renovación del Territorio, ayuda internacional u obras por impuestos; sino aquellos de asignación directa que recibirán las gobernaciones de Cesar y Guajira. Adicionalmente habrá financiación de ciencia y tecnología, como de los nuevos para el medioambiente. Requerimos proyectos bien estructurados y contrataciones transparentes.
¿Qué tanto dependerán las regiones de los recursos del presupuesto nacional y de las regalías para darle un ‘estartazo’ de impulso a las frágiles economías, agobiadas por la caída de los ingresos, el consumo y el desempleo?
¿Qué tanto dependerán las regiones de los recursos del presupuesto nacional y de las regalías para darle un ‘estartazo’ de impulso a las frágiles economías, agobiadas por la caída de los ingresos, el consumo y el desempleo?
Los ingresos ordinarios anuales de las entidades como los departamentos y municipios, que no eran muy dinámicos ni crecientes antes de la pandemia, se han venido al suelo y no tienen la capacidad del gobierno central de sobre endeudarse para poder iniciar planes extraordinarios de recuperación. Aun con la flexibilidad que el gobierno a través de los decretos leyes de emergencia concedió para superar sus límites y acudir al crédito o las líneas nuevas y especiales de Findeter. Esa situación la han puesto de presente las federaciones de departamentos y de municipios. En el típico ejemplo de una capital departamental como Valledupar se han caído los tributos en más de $30 mil millones, como se informó la semana pasada, en este diario.
Ese panorama sombrío no debe llevarnos, como región, a desfallecer en el propósito de tener finanzas sanas y restablecer unos niveles razonables de recaudo en medio de la pandemia y sus secuelas y hacer más eficiente el gasto y las inversiones del nivel territorial. Los municipios deben ahorrar el peso, gastar lo básico; pero al ir más allá deben procurar hacer más con menos, evitando el derroche. Por eso la participación ciudadana y la acción de los organismos de control debe ser efectiva, inteligente, diligente y proactiva. Muchas veces estos no intervienen bien.
Los recursos del presupuesto nacional empiezan paradójicamente a ser más efectivos de lo que venían siendo antes de la pandemia. Por lo menos, en Guajira y Cesar, se arreglarán y mejorarán las carreteras mediante la modalidad de obra pública, con una inversión dentro del plan Concluir y Concluir del orden de $130 mil millones. También se prevé un fuerte impulso en el ramo de acueductos y alcantarillados y en subsidios de vivienda social y media, a la tasa de interés. En tres semanas el presidente Duque en su visita a la Guajira se espera informe de los avances del programa Guajira Azul para usar la represa del Ranchería, hasta ahora conocida como un elefante blanco, en la distribución de agua a los municipios del centro del departamento.
Los recursos del ingreso solidario, devolución del Iva social y los incrementos extraordinarios de las asignaciones periódicas a familias en Acción, Jóvenes en Acción, Adulto Mayor, etc., han contribuido a aliviar el duro impacto de la crisis en poblaciones vulnerables.
Las regalías contribuirán también, sin duda, a la reactivación, no solo en el componente del Ocad paz, que se destina a los municipios Pdet, además de los recursos propios de la Agencia de Renovación del Territorio, ayuda internacional u obras por impuestos; sino aquellos de asignación directa que recibirán las gobernaciones de Cesar y Guajira. Adicionalmente habrá financiación de ciencia y tecnología, como de los nuevos para el medioambiente. Requerimos proyectos bien estructurados y contrataciones transparentes.