Cuando elaboré una crónica denominada ‘Un recorrido por el barrio el Cañaguate’, sabía que uno de los compositores e intérpretes que no podía faltar era Rafael Sánchez Molina, ‘Wicho’, llamado con cariño así.
Cuando elaboré una crónica denominada ‘Un recorrido por el barrio el Cañaguate’, sabía que uno de los compositores e intérpretes que no podía faltar era Rafael Sánchez Molina, ‘Wicho’, llamado con cariño así. Nació en el barrio Cañaguate. Otro de esa generación de cultores de nuestra música autóctona, que se va dejando un legado.
A edad muy temprana, por la influencia y escucha permanente, su primera canción fue en un cafetal. “Por el camino vi a una linda muchacha que cantaba mariposita y nace mi primera canción con ese nombre, es poco conocida”.
Después fueron naciendo las canciones vallenatas. A temprana edad actuó como cantante de Los Playoneros del Cesar.
Autor de temas clásicos vallenatos como ‘La banda borracha’, nos conduce por un camino de relatos con visos ilusorios. La creatividad del autor se hace manifiesta después de bailar toda una noche con una joven en una famosa caseta, vestida con su tradicional capuchón de satín azulito y la cara cubierta con una careta, quien le prometió al seducido ‘Wicho’, continuar con él después de la fiesta. Esta manifestó tener sed y él fue a buscar una bebida para seguir parrandeando, compró las cervezas en el Rey de los Bares. Al regresar no la encuentra y comienza a buscarla caminando por la calle del Cesar de “arriba-abajo y de abajo–arriba”: del Teatro Caribe a
Cinco Esquinas, a El Salivón. Quedó solo. No tarda en escuchar una música e identificó que provenía del El Nocturno, hoy arepas vallenatas, a donde se dirigió.
Era la banda de Alfonso Piña discutiendo con los músicos de Juan Piña, como era amigo de Alfonso le preguntó qué pasaba, a lo cual contestó: que los músicos estaban borrachos y no lograban ponerse de acuerdo para darle una serenata al ‘Pibe’ Felizzola. ¡Ah! contestó ‘Wicho’, lo que pasa es que la banda está borracha.
Siguió con el tema en la mente. Al día siguiente estaba en el Río Guatapurí y comenzó a tararear la que después sería un reconocido éxito. Interpretada por cantantes como Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, Diomedes Díaz, Jorge Oñate y Alberto ‘Beto’ Zabaleta.
También conservan mérito musical y literario obras como ‘La bogotana’, ‘Penas negras’, ‘El buey mariposo’, ‘El pata de la fiesta’, ‘El carrito brujo’, ‘Campesina ibaguereña’, entre otras. Cantante de Los Playoneros del Cesar, una de las primeras agrupaciones vallenatas de la historia de esta música región. ‘Campesina ibaguereña’ también tuvo un gran auge, por ser escuchada en el ámbito nacional.
Voy a hacer un recorrido/
por los montes de Ibagué (bis)
A buscá una campesina que me han dicho que es muy linda
pero no se deja ver (bis)
campesina ibaguereña /
porque no sales de la montaña….
Nace en el hogar de María Magdalena Sánchez y José María Molina, quien llevaba la música en la sangre. Con él aprendió a tocar la violina. De esta unión nacen tres hermanos: Rafael, Ilda Rosa y Carmen.
anexosA
Por Giomar Lucía Guerra Bonilla
Cuando elaboré una crónica denominada ‘Un recorrido por el barrio el Cañaguate’, sabía que uno de los compositores e intérpretes que no podía faltar era Rafael Sánchez Molina, ‘Wicho’, llamado con cariño así.
Cuando elaboré una crónica denominada ‘Un recorrido por el barrio el Cañaguate’, sabía que uno de los compositores e intérpretes que no podía faltar era Rafael Sánchez Molina, ‘Wicho’, llamado con cariño así. Nació en el barrio Cañaguate. Otro de esa generación de cultores de nuestra música autóctona, que se va dejando un legado.
A edad muy temprana, por la influencia y escucha permanente, su primera canción fue en un cafetal. “Por el camino vi a una linda muchacha que cantaba mariposita y nace mi primera canción con ese nombre, es poco conocida”.
Después fueron naciendo las canciones vallenatas. A temprana edad actuó como cantante de Los Playoneros del Cesar.
Autor de temas clásicos vallenatos como ‘La banda borracha’, nos conduce por un camino de relatos con visos ilusorios. La creatividad del autor se hace manifiesta después de bailar toda una noche con una joven en una famosa caseta, vestida con su tradicional capuchón de satín azulito y la cara cubierta con una careta, quien le prometió al seducido ‘Wicho’, continuar con él después de la fiesta. Esta manifestó tener sed y él fue a buscar una bebida para seguir parrandeando, compró las cervezas en el Rey de los Bares. Al regresar no la encuentra y comienza a buscarla caminando por la calle del Cesar de “arriba-abajo y de abajo–arriba”: del Teatro Caribe a
Cinco Esquinas, a El Salivón. Quedó solo. No tarda en escuchar una música e identificó que provenía del El Nocturno, hoy arepas vallenatas, a donde se dirigió.
Era la banda de Alfonso Piña discutiendo con los músicos de Juan Piña, como era amigo de Alfonso le preguntó qué pasaba, a lo cual contestó: que los músicos estaban borrachos y no lograban ponerse de acuerdo para darle una serenata al ‘Pibe’ Felizzola. ¡Ah! contestó ‘Wicho’, lo que pasa es que la banda está borracha.
Siguió con el tema en la mente. Al día siguiente estaba en el Río Guatapurí y comenzó a tararear la que después sería un reconocido éxito. Interpretada por cantantes como Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, Diomedes Díaz, Jorge Oñate y Alberto ‘Beto’ Zabaleta.
También conservan mérito musical y literario obras como ‘La bogotana’, ‘Penas negras’, ‘El buey mariposo’, ‘El pata de la fiesta’, ‘El carrito brujo’, ‘Campesina ibaguereña’, entre otras. Cantante de Los Playoneros del Cesar, una de las primeras agrupaciones vallenatas de la historia de esta música región. ‘Campesina ibaguereña’ también tuvo un gran auge, por ser escuchada en el ámbito nacional.
Voy a hacer un recorrido/
por los montes de Ibagué (bis)
A buscá una campesina que me han dicho que es muy linda
pero no se deja ver (bis)
campesina ibaguereña /
porque no sales de la montaña….
Nace en el hogar de María Magdalena Sánchez y José María Molina, quien llevaba la música en la sangre. Con él aprendió a tocar la violina. De esta unión nacen tres hermanos: Rafael, Ilda Rosa y Carmen.
anexosA
Por Giomar Lucía Guerra Bonilla