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Columnista - 18 junio, 2020

Racismo y clasismo, dos taras de la humanidad

La diferencia de razas, clases y colores no viene del Paraíso Terrenal; si así fuera, solo una raza, un solo idioma y un Rh único tuviéramos, así la vida sería más igualitaria aunque cada cabeza fuera un mundo. Está documentado arqueológicamente que al menos seis homos poblaron la tierra, quizás con color diferente de piel […]

La diferencia de razas, clases y colores no viene del Paraíso Terrenal; si así fuera, solo una raza, un solo idioma y un Rh único tuviéramos, así la vida sería más igualitaria aunque cada cabeza fuera un mundo.

Está documentado arqueológicamente que al menos seis homos poblaron la tierra, quizás con color diferente de piel pero con igual número de pares de cromosomas, tal que el cruce y reproducción entre ellos fuera posible.

Por estudios realizados, la ciencia ha dicho que los euroasiáticos surgen del cruce entre el sapiens y el neandertal: Chinos, coreanos y similares, descenderían del sapiens y del erectus, etc.

Algunos de los homos primigenios desaparecieron por causas diversas, quedando estabilizadas para siempre las razas que hoy conocemos, unas más afortunadas que otras. Claro, hay muchos baches en la historia genética de la humanidad; como los vascos que se diferencian del resto de los humanos tanto por la estructura de su idioma como por su Rh: el 30 % de ellos son Rh negativo cuando la media mundial es 15 %, incluso, algunos asiáticos tienen un Rh negativo del 1 %. En este proceso, la raza negra ha llevado la peor parte, muchos mitos seudocientíficos y religiosos han contribuido.

Los teólogos argumentaban que los negros descendían de Cam, hijo de Noé, cargado por su padre con la maldición esclavista. Los biólogos aducían que los negros son menos inteligentes que los blancos y su sentido moral más laxo. Los médicos decían que los negros vivían en la inmundicia  propagando enfermedades. La discriminación del negro es tan antigua como la vida y en todas las culturas se le ha mirado como peón de carga.

El código Hammurabi dividió a la sociedad en clases superiores, plebeyas y esclavas, acorde con las instrucciones de Marduk; los persas, también por mandato divino, dividieron a la sociedad en sacerdotes, guerreros, campesinos y esclavos, dependiendo su nivel social de la parte del cuerpo de donde procediera; por ejemplo, los esclavos fueron extraídos de los pies del dios Púrusha y los sacerdotes de los ojos; en la China, la diosa Nüwa hizo a la clase noble de la arcilla amarilla y a los esclavos del barro negro; la mujer, según la Biblia, no fue sacada del cerebro de Adán sino de una simple costilla; los hindúes clasifican a la gente por su casta y los EE.UU por el color de la piel.

El mensaje subliminal siempre ha sido el mismo, una tara, con una connotación teologal. Mucho después del código de Hammurabi, la constitución de los EE.UU estableció la igualdad pero esto es un mito; este país, de gobiernos y gentes supremacistas, tiene un conflicto histórico: trajeron a los negros de África para que les produjeran riquezas pero ahora no los quieren en su territorio negándoles el derecho a la vida, aunque si no fuera por ellos, su unidad territorial no hubiera sido posible, la construcción de las líneas férreas este-oeste, las hicieron ellos, siendo esclavos. “Cuando uno nace negro, está en la cárcel o en el cementerio”, dijo una vez un periodista negro. En Colombia también se cuecen habas.

Columnista
18 junio, 2020

Racismo y clasismo, dos taras de la humanidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

La diferencia de razas, clases y colores no viene del Paraíso Terrenal; si así fuera, solo una raza, un solo idioma y un Rh único tuviéramos, así la vida sería más igualitaria aunque cada cabeza fuera un mundo. Está documentado arqueológicamente que al menos seis homos poblaron la tierra, quizás con color diferente de piel […]


La diferencia de razas, clases y colores no viene del Paraíso Terrenal; si así fuera, solo una raza, un solo idioma y un Rh único tuviéramos, así la vida sería más igualitaria aunque cada cabeza fuera un mundo.

Está documentado arqueológicamente que al menos seis homos poblaron la tierra, quizás con color diferente de piel pero con igual número de pares de cromosomas, tal que el cruce y reproducción entre ellos fuera posible.

Por estudios realizados, la ciencia ha dicho que los euroasiáticos surgen del cruce entre el sapiens y el neandertal: Chinos, coreanos y similares, descenderían del sapiens y del erectus, etc.

Algunos de los homos primigenios desaparecieron por causas diversas, quedando estabilizadas para siempre las razas que hoy conocemos, unas más afortunadas que otras. Claro, hay muchos baches en la historia genética de la humanidad; como los vascos que se diferencian del resto de los humanos tanto por la estructura de su idioma como por su Rh: el 30 % de ellos son Rh negativo cuando la media mundial es 15 %, incluso, algunos asiáticos tienen un Rh negativo del 1 %. En este proceso, la raza negra ha llevado la peor parte, muchos mitos seudocientíficos y religiosos han contribuido.

Los teólogos argumentaban que los negros descendían de Cam, hijo de Noé, cargado por su padre con la maldición esclavista. Los biólogos aducían que los negros son menos inteligentes que los blancos y su sentido moral más laxo. Los médicos decían que los negros vivían en la inmundicia  propagando enfermedades. La discriminación del negro es tan antigua como la vida y en todas las culturas se le ha mirado como peón de carga.

El código Hammurabi dividió a la sociedad en clases superiores, plebeyas y esclavas, acorde con las instrucciones de Marduk; los persas, también por mandato divino, dividieron a la sociedad en sacerdotes, guerreros, campesinos y esclavos, dependiendo su nivel social de la parte del cuerpo de donde procediera; por ejemplo, los esclavos fueron extraídos de los pies del dios Púrusha y los sacerdotes de los ojos; en la China, la diosa Nüwa hizo a la clase noble de la arcilla amarilla y a los esclavos del barro negro; la mujer, según la Biblia, no fue sacada del cerebro de Adán sino de una simple costilla; los hindúes clasifican a la gente por su casta y los EE.UU por el color de la piel.

El mensaje subliminal siempre ha sido el mismo, una tara, con una connotación teologal. Mucho después del código de Hammurabi, la constitución de los EE.UU estableció la igualdad pero esto es un mito; este país, de gobiernos y gentes supremacistas, tiene un conflicto histórico: trajeron a los negros de África para que les produjeran riquezas pero ahora no los quieren en su territorio negándoles el derecho a la vida, aunque si no fuera por ellos, su unidad territorial no hubiera sido posible, la construcción de las líneas férreas este-oeste, las hicieron ellos, siendo esclavos. “Cuando uno nace negro, está en la cárcel o en el cementerio”, dijo una vez un periodista negro. En Colombia también se cuecen habas.