Los dos hombres eran recibidos como grandes seres humanos caracterizados por su humildad.
La comunidad de Valledupar está consternada por el asesinato de dos hombres: Emiro Galvis Sanguino y Dionys José Sierra España, quienes perdieron la vida violentamente tras ser secuestrados por criminales.
El crimen, conocido este martes 26 de noviembre, ha generado profunda tristeza entre los habitantes de esta ciudad y entre los seres queridos de las víctimas, quienes no aún no salen del asombro por lo ocurrido.
De las víctimas se pudo establecer que eran miembros de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia y se distinguían por ser grandes seres humanos, humildes y dedicados, con aspiraciones de un futuro mejor para sus familias.
EL PILÓN conoció que Galvis Sanguino era un reconocido comerciante que vivía en el barrio La Esperanza de Valledupar y durante mucho tiempo laboró en el Mercado Público de la capital del Cesar, donde tuvo un local comercial que posteriormente vendió.
En días pasados, Galvis viajó a Yopal, Casanare, con el propósito de adquirir una máquina que había encontrado por internet. Sin embargo, fue asesinado en Tame, Arauca, junto a Sierra España quien, al parecer, lo transportaría para realizar la compra.
Según las autoridades, ambos fueron engañados con falsas promesas de una transacción favorable. Lo que parecía ser un simple negocio terminó en tragedia cuando fueron secuestrados.
Familiares de las víctimas recibieron llamadas extorsivas y, tras negociaciones, pagaron más de 100 millones de pesos por su liberación. Pese a ello, los secuestradores afirmaron haberlos dejado en libertad, pero los cuerpos fueron hallados después de once días de angustiosa búsqueda.
Este crimen ha puesto de manifiesto la creciente inseguridad en varias regiones del país, dejando una profunda indignación en la comunidad que exige justicia y acciones contundentes por parte de las autoridades.
EL PILÓN se trasladó al barrio donde residía Galvis, pero no quisieron brindar declaraciones de este caso, que ha generado una ola de rechazo en la población y diversos sectores sociales.
El senador Didier Lobo llevó este suceso al Congreso de la República durante una sesión plenaria, instando a las autoridades a investigar a fondo y a redoblar esfuerzos para prevenir que más personas inocentes sigan siendo asesinadas.
Los dos hombres eran recibidos como grandes seres humanos caracterizados por su humildad.
La comunidad de Valledupar está consternada por el asesinato de dos hombres: Emiro Galvis Sanguino y Dionys José Sierra España, quienes perdieron la vida violentamente tras ser secuestrados por criminales.
El crimen, conocido este martes 26 de noviembre, ha generado profunda tristeza entre los habitantes de esta ciudad y entre los seres queridos de las víctimas, quienes no aún no salen del asombro por lo ocurrido.
De las víctimas se pudo establecer que eran miembros de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia y se distinguían por ser grandes seres humanos, humildes y dedicados, con aspiraciones de un futuro mejor para sus familias.
EL PILÓN conoció que Galvis Sanguino era un reconocido comerciante que vivía en el barrio La Esperanza de Valledupar y durante mucho tiempo laboró en el Mercado Público de la capital del Cesar, donde tuvo un local comercial que posteriormente vendió.
En días pasados, Galvis viajó a Yopal, Casanare, con el propósito de adquirir una máquina que había encontrado por internet. Sin embargo, fue asesinado en Tame, Arauca, junto a Sierra España quien, al parecer, lo transportaría para realizar la compra.
Según las autoridades, ambos fueron engañados con falsas promesas de una transacción favorable. Lo que parecía ser un simple negocio terminó en tragedia cuando fueron secuestrados.
Familiares de las víctimas recibieron llamadas extorsivas y, tras negociaciones, pagaron más de 100 millones de pesos por su liberación. Pese a ello, los secuestradores afirmaron haberlos dejado en libertad, pero los cuerpos fueron hallados después de once días de angustiosa búsqueda.
Este crimen ha puesto de manifiesto la creciente inseguridad en varias regiones del país, dejando una profunda indignación en la comunidad que exige justicia y acciones contundentes por parte de las autoridades.
EL PILÓN se trasladó al barrio donde residía Galvis, pero no quisieron brindar declaraciones de este caso, que ha generado una ola de rechazo en la población y diversos sectores sociales.
El senador Didier Lobo llevó este suceso al Congreso de la República durante una sesión plenaria, instando a las autoridades a investigar a fondo y a redoblar esfuerzos para prevenir que más personas inocentes sigan siendo asesinadas.