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Columnista - 14 septiembre, 2022

¿Quién era Rafael Giovannetti Lacouture?

Mi amigo, y de muchos, que se fue para siempre, pero se quedó inolvidable en mi. Confidente de su hermano Santos y cuñado de Gongo Murillo; de  Aristides Hernández, Rodrigo Lacouture, Jorge Dangond; de Juan Manuel ( mi inestimable amigo y colega) , Hernando e Himelda Gutiérrez de Villazón, Damasco Villazón, Camilo  Lacouture, Berta Lacouture. Igualmente mis […]

Mi amigo, y de muchos, que se fue para siempre, pero se quedó inolvidable en mi. Confidente de su hermano Santos y cuñado de Gongo Murillo; de  Aristides Hernández, Rodrigo Lacouture, Jorge Dangond; de Juan Manuel ( mi inestimable amigo y colega) , Hernando e Himelda Gutiérrez de Villazón, Damasco Villazón, Camilo  Lacouture, Berta Lacouture. Igualmente mis caros amigos, quienes habían partido antes que él hacia el mismo destino, inexorable. 

Todos ellos descendientes de los primeros padres fundadores de las antiguas provincias  de Valledupar y de Padilla (unidad regional con vocación común). Aquellos y su prole extensa somos una gran familia cuyos vínculos tradicionales nos han constituido entrañables y son el más fuerte pegamento con que contamos y nos movemos en el trabajo y la vida social.

Nuestros antepasados y las presentes generaciones hemos sido los eficientes artífices del crecimiento económico y desarrollo social del extenso Valle de Upar, en las últimas décadas acompañados por gentes buenas y competentes en diferentes labores humanas, venidas de otros lugares del país, muchas de las cuales ya hacen parte de nuestras propias familias. 

El buen resultado económico y social ha sido que hoy día contamos con una importante industria agropecuaria y urbanística modernas que tienen como epicentro la hermosa y agradable capital Valduparense, equidistante y relacionada con importantes zonas económicas por sus cuatro puntos cardinales.

Con nostalgia y gratitud hemos asistido impotentes a la partida definitiva de muchos de los prohombres de nuestra comarca  y ahora se suma la de nuestro caro amigo, Rafael Giovannetti Lacouture, por la que nos entristecemos aún más, pues  él, en medio de su sencillez característica, se destacó como  trabajador insigne de la actividad agropecuaria,  ora en tierras guajiras como cesarenses, tanto como cuando tenía su residencia en su patria chica, la ciudad de San Juan del Cesar, raza de mujeres y hombres de trabajo constante y honorable, de cultura cívica y social acendradas, como durante los últimos años que vivió en Valledupar, la ciudad de las puertas abiertas cuya sociedad lo recibió con beneplácito, y a los integrantes de los suyos, su esposa Marina, ejemplo de bondad y dulzura, la  que aderezaba y adobada con primor los alimentos y manjares para propios e invitados; y a sus distinguidos y apreciables hijos, Isabel Marina( La chachy), Maria Carolina ( Mita),  Marcela y Carlos Julio. 

La raza humana nunca  dejará de  extrañarse del hecho de la muerte; por las locuras de las guerras,  por la violencia ciega de la naturaleza,  o del mismo hombre, por la enfermedad o la vejez. Se obstina en negarse a esa irremediabilidad que, a mi parecer, es causante en algún sentido de la pertinaz rebeldía humana. 

 ¿Por qué ha de ser que la vida del hombre esté confrontada, segundo tras segundo por la inclemencia de la muerte, causante de la mayor angustia existencial ? ¿Para qué, entonces, los impenitentes esfuerzos humanos si luego se desvanecen en la nada? ¿Para qué la dulzura del amor humano que luego la parca amarga ?  ¡Piedad ! Señor ! Desde los montes de Pueblo Bello.

[email protected]

Columnista
14 septiembre, 2022

¿Quién era Rafael Giovannetti Lacouture?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

Mi amigo, y de muchos, que se fue para siempre, pero se quedó inolvidable en mi. Confidente de su hermano Santos y cuñado de Gongo Murillo; de  Aristides Hernández, Rodrigo Lacouture, Jorge Dangond; de Juan Manuel ( mi inestimable amigo y colega) , Hernando e Himelda Gutiérrez de Villazón, Damasco Villazón, Camilo  Lacouture, Berta Lacouture. Igualmente mis […]


Mi amigo, y de muchos, que se fue para siempre, pero se quedó inolvidable en mi. Confidente de su hermano Santos y cuñado de Gongo Murillo; de  Aristides Hernández, Rodrigo Lacouture, Jorge Dangond; de Juan Manuel ( mi inestimable amigo y colega) , Hernando e Himelda Gutiérrez de Villazón, Damasco Villazón, Camilo  Lacouture, Berta Lacouture. Igualmente mis caros amigos, quienes habían partido antes que él hacia el mismo destino, inexorable. 

Todos ellos descendientes de los primeros padres fundadores de las antiguas provincias  de Valledupar y de Padilla (unidad regional con vocación común). Aquellos y su prole extensa somos una gran familia cuyos vínculos tradicionales nos han constituido entrañables y son el más fuerte pegamento con que contamos y nos movemos en el trabajo y la vida social.

Nuestros antepasados y las presentes generaciones hemos sido los eficientes artífices del crecimiento económico y desarrollo social del extenso Valle de Upar, en las últimas décadas acompañados por gentes buenas y competentes en diferentes labores humanas, venidas de otros lugares del país, muchas de las cuales ya hacen parte de nuestras propias familias. 

El buen resultado económico y social ha sido que hoy día contamos con una importante industria agropecuaria y urbanística modernas que tienen como epicentro la hermosa y agradable capital Valduparense, equidistante y relacionada con importantes zonas económicas por sus cuatro puntos cardinales.

Con nostalgia y gratitud hemos asistido impotentes a la partida definitiva de muchos de los prohombres de nuestra comarca  y ahora se suma la de nuestro caro amigo, Rafael Giovannetti Lacouture, por la que nos entristecemos aún más, pues  él, en medio de su sencillez característica, se destacó como  trabajador insigne de la actividad agropecuaria,  ora en tierras guajiras como cesarenses, tanto como cuando tenía su residencia en su patria chica, la ciudad de San Juan del Cesar, raza de mujeres y hombres de trabajo constante y honorable, de cultura cívica y social acendradas, como durante los últimos años que vivió en Valledupar, la ciudad de las puertas abiertas cuya sociedad lo recibió con beneplácito, y a los integrantes de los suyos, su esposa Marina, ejemplo de bondad y dulzura, la  que aderezaba y adobada con primor los alimentos y manjares para propios e invitados; y a sus distinguidos y apreciables hijos, Isabel Marina( La chachy), Maria Carolina ( Mita),  Marcela y Carlos Julio. 

La raza humana nunca  dejará de  extrañarse del hecho de la muerte; por las locuras de las guerras,  por la violencia ciega de la naturaleza,  o del mismo hombre, por la enfermedad o la vejez. Se obstina en negarse a esa irremediabilidad que, a mi parecer, es causante en algún sentido de la pertinaz rebeldía humana. 

 ¿Por qué ha de ser que la vida del hombre esté confrontada, segundo tras segundo por la inclemencia de la muerte, causante de la mayor angustia existencial ? ¿Para qué, entonces, los impenitentes esfuerzos humanos si luego se desvanecen en la nada? ¿Para qué la dulzura del amor humano que luego la parca amarga ?  ¡Piedad ! Señor ! Desde los montes de Pueblo Bello.

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