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Columnista - 24 mayo, 2014

Queremos Paz

Al comentar, como cualquier ciudadano, sobre la polarización de las campañas políticas, que mas han sobresalido por sus golpes bajos uno al otro, he llegado a una conclusión, pienso que es la más sabia, y en esta oportunidad la quiero transmitir. En esta pugna por la Presidencia, se distinguen dos clases de estrategias, en una […]

Al comentar, como cualquier ciudadano, sobre la polarización de las campañas políticas, que mas han sobresalido por sus golpes bajos uno al otro, he llegado a una conclusión, pienso que es la más sabia, y en esta oportunidad la quiero transmitir.

En esta pugna por la Presidencia, se distinguen dos clases de estrategias, en una la sagacidad picaresca y en la otra la contundente replica sin apartarse de la cordura, claramente los sectarios del Uribismo, han empleado jugadas que demuestran las ansias de poder, y en cierto grado es aceptable, pero sin atropellar y desacreditar a su rival directo, el solo hecho de utilizar a chantajistas como el tan célebre Sepúlveda, un decidido cracker, que son los ilegales a diferencia de los hackers, esmerados en echar a piso, la oportunidad de los colombianos de vivir en paz, es evidente que a toda costa quieren volver al mando, que sienten que perdieron en la regencia de Santos, en cambio la prudencia, el guardar formalidad y no responder a acusaciones sin indicios, ha sido el contraataque de la Unidad Nacional, que considero, es mas decorosa.

Los Diálogos de Paz, a pesar de ser objeto de reproches, van por buen camino, se han llegado a acuerdos importantes, sobre el de drogas ilícitas, el problema agrario, que sigue siendo protagonista y la inclusión política, lo que me da seguridad, que realmente vamos alcanzar esos tiempos de bienandanza que nos ha despojado la violencia, algunos dudan de este proceso, al creer en enredadores, y es lo que desalienta, siendo esta la única salida para acabar con este conflicto armado, púes en lo que concierne a las guerrillas, porque en la ciudades se está fomentando otro, que nos pone en alerta, y es secuela de las malas decisiones de los que hoy difaman del empeño de este gobierno.

El anhelo de los colombianos, que les duele su país, es de por fin haya un reconcilio del Estado con los actores armados, beligerantes o terroristas, como los quieran llamar, sacándonos esa patraña, de que no podemos olvidar y perdonar, sin querer decir, que deben eximirse de toda culpa, sin embargo no podemos consentir, que se siga derramando sangre entre nosotros, complaciendo esa sed de venganza y deseo carnal que invade a unos cuantos, esto es lo que no debemos seguir permitiendo, sino vender la idea de que nos falta poco, que la solución no es el combate armado, sino el enfrentamiento en mesas, debatiendo posturas divergentes, ya que no podemos continuar con un conflicto interno que nos tiene en el atraso, puesto que es la peor inversión que se pueda hacer en una nación donde existe dificultades en lo social, que es a donde tenemos que apuntar una vez culmine en buen término esta fase e inicie el postconflicto, mejorar la calidad de vida para que la sociedad crea en que si puede haber cambio, no sé, que tan beneficioso sea el programa de viviendas del Presidente, aunque admito, que era necesario y que nos lo merecíamos, para revivir esperanzas.

No se nos debe olvidar, que la seguridad democrática, esa que desbordo patriotismo, no fuimos los grandes vencedores, diría, que perdimos doblemente, al asesinarnos por parte y parte, por eso mi respaldo lo doy, y espero que muchos entiendan a lo que me refiero, que la lucha y la ofensiva, no es la paz, es simplemente una tregua, llego el momento de confrontarnos, dándonos cuenta que se ha perdido demasiado y se ha ganado poco, con esto no trato de amarrar la paz a un candidato, sino pedirles que confíen en su intento.

Columnista
24 mayo, 2014

Queremos Paz

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Sergio Barranco

Al comentar, como cualquier ciudadano, sobre la polarización de las campañas políticas, que mas han sobresalido por sus golpes bajos uno al otro, he llegado a una conclusión, pienso que es la más sabia, y en esta oportunidad la quiero transmitir. En esta pugna por la Presidencia, se distinguen dos clases de estrategias, en una […]


Al comentar, como cualquier ciudadano, sobre la polarización de las campañas políticas, que mas han sobresalido por sus golpes bajos uno al otro, he llegado a una conclusión, pienso que es la más sabia, y en esta oportunidad la quiero transmitir.

En esta pugna por la Presidencia, se distinguen dos clases de estrategias, en una la sagacidad picaresca y en la otra la contundente replica sin apartarse de la cordura, claramente los sectarios del Uribismo, han empleado jugadas que demuestran las ansias de poder, y en cierto grado es aceptable, pero sin atropellar y desacreditar a su rival directo, el solo hecho de utilizar a chantajistas como el tan célebre Sepúlveda, un decidido cracker, que son los ilegales a diferencia de los hackers, esmerados en echar a piso, la oportunidad de los colombianos de vivir en paz, es evidente que a toda costa quieren volver al mando, que sienten que perdieron en la regencia de Santos, en cambio la prudencia, el guardar formalidad y no responder a acusaciones sin indicios, ha sido el contraataque de la Unidad Nacional, que considero, es mas decorosa.

Los Diálogos de Paz, a pesar de ser objeto de reproches, van por buen camino, se han llegado a acuerdos importantes, sobre el de drogas ilícitas, el problema agrario, que sigue siendo protagonista y la inclusión política, lo que me da seguridad, que realmente vamos alcanzar esos tiempos de bienandanza que nos ha despojado la violencia, algunos dudan de este proceso, al creer en enredadores, y es lo que desalienta, siendo esta la única salida para acabar con este conflicto armado, púes en lo que concierne a las guerrillas, porque en la ciudades se está fomentando otro, que nos pone en alerta, y es secuela de las malas decisiones de los que hoy difaman del empeño de este gobierno.

El anhelo de los colombianos, que les duele su país, es de por fin haya un reconcilio del Estado con los actores armados, beligerantes o terroristas, como los quieran llamar, sacándonos esa patraña, de que no podemos olvidar y perdonar, sin querer decir, que deben eximirse de toda culpa, sin embargo no podemos consentir, que se siga derramando sangre entre nosotros, complaciendo esa sed de venganza y deseo carnal que invade a unos cuantos, esto es lo que no debemos seguir permitiendo, sino vender la idea de que nos falta poco, que la solución no es el combate armado, sino el enfrentamiento en mesas, debatiendo posturas divergentes, ya que no podemos continuar con un conflicto interno que nos tiene en el atraso, puesto que es la peor inversión que se pueda hacer en una nación donde existe dificultades en lo social, que es a donde tenemos que apuntar una vez culmine en buen término esta fase e inicie el postconflicto, mejorar la calidad de vida para que la sociedad crea en que si puede haber cambio, no sé, que tan beneficioso sea el programa de viviendas del Presidente, aunque admito, que era necesario y que nos lo merecíamos, para revivir esperanzas.

No se nos debe olvidar, que la seguridad democrática, esa que desbordo patriotismo, no fuimos los grandes vencedores, diría, que perdimos doblemente, al asesinarnos por parte y parte, por eso mi respaldo lo doy, y espero que muchos entiendan a lo que me refiero, que la lucha y la ofensiva, no es la paz, es simplemente una tregua, llego el momento de confrontarnos, dándonos cuenta que se ha perdido demasiado y se ha ganado poco, con esto no trato de amarrar la paz a un candidato, sino pedirles que confíen en su intento.