José Julio Peralta está postrado en una cama luego de ser baleado por sujetos que le robaron el celular y la billetera en el norte de Valledupar.
“Tuve la dicha de morir y volver a vivir”, así resume José Julio Peralta el drama que le ha tocado sobrellevar desde el pasado 26 de junio, cuando fue atacado a tiros por una banda de atracadores en el barrio Arizona de Valledupar.
Ese día, él estaba un poco triste por la derrota de la Selección Colombia de fútbol frente a Argentina en la disputa por un cupo a la semifinal de la Copa América y salió a comentar el partido con algunos vecinos en las afueras de su casa.
“No habían pasado cinco minutos después de haberme sentado cuando llegaron seis personas en motocicletas, entre esos una mujer y sin mediar palabras, con un revólver me dispararon; yo tenía el celular en la mano, me quitaron el celular y me dieron el primer tiro y en el segundo me quitaron la cartera”, recordó desde la habitación en que se encuentra desde el pasado lunes al ser dado de alta de la Clínica Erasmo, donde estuvo recluido en la unidad de cuidados intensivos durante 32 días.
De acuerdo con el reporte médico, el primer disparo le afectó varios órganos, pero el segundo ocasionó las lesiones más graves, en los pulmones, tres vertebras y la médula espinal, esta última es la generadora de la parálisis.
Aunque perdió la movilidad en más de la mitad de su cuerpo, no se pude ni sentar, no pierda la esperanza de volver a caminar.
“No es justo que por un celular que vale 200 mil pesos le hagan daño a una persona, no hay razón de ser que le trunquen la vida a una persona y a su familia. Ahora lo importante es valorar la familia, se los digo yo que tuve la dicha de morir y volver a vivir”, dijo José Julio, que asegura no se resigna a los dictámenes médicos que lo habían desahuciado.
La banda que por poco le quita la vida y que dio un giro de 180 grados a este hombre, no ha sido desarticulada, por lo que él teme que otras personas les suceda lo mismo y no cuenten con su misma suerte de poder echar el cuento.
Su otra lucha
José Julio Peralta, de 44 años, más conocido como ‘Pelo de puya’, fue auxiliar administrativo durante casi dos décadas en la Alcaldía de Valledupar, laborando en la Secretaría General, Planeación Municipal, Obras Públicas y Secretaría de Gobierno.
En noviembre de 2011, fue capturado por la Fiscalía al ser vinculado en las investigaciones contra el ‘Cartel de los Impuestos’ por un desfalco estimado en más de siete mil millones de pesos a la Alcaldía de Valledupar, a través de fraudulentos pagos de impuestos. Desde entonces estuvo recluido en la Cárcel Judicial de esta capital, pero solo hasta enero de 2014, consiguió que un juez le otorgara la detención domiciliaria y en marzo de 2015 permiso para trabajar.
“Soy inocente y a la vista está que la única prueba que la Fiscalía mostró contra mí es una llamada telefónica y está línea de la que se hizo la llamada no está a mi nombre y además no me han hecho cotejo de voz y eso me da confianza de que voy a salir libre”, manifestó.
El juicio contra José Julio y los otros implicados en el desfalco avanza en el Juzgado Primero Penal del Circuito de Valledupar con funciones de conocimiento.
“No es justo que por un celular que vale 200 mil pesos le hagan un daño a una persona, no hay razón de ser que le trunquen la vida a una persona y a su familia”: José Julio Peralta.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN
José Julio Peralta está postrado en una cama luego de ser baleado por sujetos que le robaron el celular y la billetera en el norte de Valledupar.
“Tuve la dicha de morir y volver a vivir”, así resume José Julio Peralta el drama que le ha tocado sobrellevar desde el pasado 26 de junio, cuando fue atacado a tiros por una banda de atracadores en el barrio Arizona de Valledupar.
Ese día, él estaba un poco triste por la derrota de la Selección Colombia de fútbol frente a Argentina en la disputa por un cupo a la semifinal de la Copa América y salió a comentar el partido con algunos vecinos en las afueras de su casa.
“No habían pasado cinco minutos después de haberme sentado cuando llegaron seis personas en motocicletas, entre esos una mujer y sin mediar palabras, con un revólver me dispararon; yo tenía el celular en la mano, me quitaron el celular y me dieron el primer tiro y en el segundo me quitaron la cartera”, recordó desde la habitación en que se encuentra desde el pasado lunes al ser dado de alta de la Clínica Erasmo, donde estuvo recluido en la unidad de cuidados intensivos durante 32 días.
De acuerdo con el reporte médico, el primer disparo le afectó varios órganos, pero el segundo ocasionó las lesiones más graves, en los pulmones, tres vertebras y la médula espinal, esta última es la generadora de la parálisis.
Aunque perdió la movilidad en más de la mitad de su cuerpo, no se pude ni sentar, no pierda la esperanza de volver a caminar.
“No es justo que por un celular que vale 200 mil pesos le hagan daño a una persona, no hay razón de ser que le trunquen la vida a una persona y a su familia. Ahora lo importante es valorar la familia, se los digo yo que tuve la dicha de morir y volver a vivir”, dijo José Julio, que asegura no se resigna a los dictámenes médicos que lo habían desahuciado.
La banda que por poco le quita la vida y que dio un giro de 180 grados a este hombre, no ha sido desarticulada, por lo que él teme que otras personas les suceda lo mismo y no cuenten con su misma suerte de poder echar el cuento.
Su otra lucha
José Julio Peralta, de 44 años, más conocido como ‘Pelo de puya’, fue auxiliar administrativo durante casi dos décadas en la Alcaldía de Valledupar, laborando en la Secretaría General, Planeación Municipal, Obras Públicas y Secretaría de Gobierno.
En noviembre de 2011, fue capturado por la Fiscalía al ser vinculado en las investigaciones contra el ‘Cartel de los Impuestos’ por un desfalco estimado en más de siete mil millones de pesos a la Alcaldía de Valledupar, a través de fraudulentos pagos de impuestos. Desde entonces estuvo recluido en la Cárcel Judicial de esta capital, pero solo hasta enero de 2014, consiguió que un juez le otorgara la detención domiciliaria y en marzo de 2015 permiso para trabajar.
“Soy inocente y a la vista está que la única prueba que la Fiscalía mostró contra mí es una llamada telefónica y está línea de la que se hizo la llamada no está a mi nombre y además no me han hecho cotejo de voz y eso me da confianza de que voy a salir libre”, manifestó.
El juicio contra José Julio y los otros implicados en el desfalco avanza en el Juzgado Primero Penal del Circuito de Valledupar con funciones de conocimiento.
“No es justo que por un celular que vale 200 mil pesos le hagan un daño a una persona, no hay razón de ser que le trunquen la vida a una persona y a su familia”: José Julio Peralta.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN