La gobernadora Elvia Milena Sanjuán salió a decir en la Asamblea que ella dispondría los recursos que fueran necesarios para terminar la obra, como si la plata fuera de ella y como si los cesarenses fueran bobos...
La gobernadora Elvia Milena Sanjuán salió a decir en la Asamblea que ella dispondría los recursos que fueran necesarios para terminar la obra, como si la plata fuera de ella y como si los cesarenses fueran bobos; aunque todos sabemos que no puede decir otra cosa, ya que le debe gratitud eterna al clan Gnecco, como ella misma afirmó en su discurso de posesión. Y es que continuar con la obra es su única opción, al precio que sea, incluso terminar presa.
Es una total desconsideración con un departamento que requiere obras de saneamiento básico y vías de todo tipo, golpeado por el hambre y la falta de oportunidades, con la pobreza que sobrepasa el 55 % y una capital como Valledupar, carente de espacios que custodien y promuevan el patrimonio cultural; no tiene un museo de bellas artes, tampoco un teatro, ni una cinemateca. Solo cuenta con un Parque de la Leyenda a medias que, dicho sea de paso, era el lugar idóneo donde se debió construir ese museo, obviamente con menos dinero y más funcional, para impulsar la zona y convertirla en un polo de desarrollo turístico.
Pero en el entorno priman siempre los egos y las peleas parroquiales entre familias; con esta realidad, sumada a la soberbia que caracteriza a nuestros cuestionados “líderes”, prefirieron construirlo en un lugar rodeado de clínicas, sin tener en cuenta el impacto en el tráfico. Hicieron exactamente como con el estadio de fútbol, pese a que las recomendaciones de los expertos, apuntaban a hacer uno nuevo a las afueras de la ciudad; hicieron caso omiso y miren lo que hay ahora, un desastre que criticó hasta el técnico del Alianza, porque no reúne las condiciones para albergar un equipo de primera. El origen del problema es siempre el mismo, la corrupción que nos ha llevado a la lamentable situación actual.
No es solo estéticamente horrible, es una construcción que no tiene figura. Quisieron representar un palo de mango, pero más parece un cambuche guerrillero, hasta la Casa en el Aire de Tuto es bella, ante este mamarracho. El empresario barranquillero, Christian Daes, que ha hecho bellos y gigantescos monumentos en su ciudad, verdaderas obras de arte en vidrio, debería explicar cuál fue su participación en este adefesio, que ni siquiera se sabe cuándo estará terminado, ni qué albergará.
Porque de ñapa, escogieron un director a dedo, sin ninguna trayectoria en temas de folclor, como es el periodista prepago Sergio López, quien nunca ha realizado ninguna investigación, documental, libro o columna de opinión sobre temas folclóricos. Su mayor aporte y mejor contenido, realizado hasta ahora, es la historia de Diomedes, cuando en una presentación escupió a un cajero apodado el Cayo Bemba.
Desplazando a investigadores de la talla de Tomás Darío Gutiérrez, Beto Murgas, Luis Mendoza Sierra y Julio Oñate; verdaderos conocedores, que sí podían agregar valor al proceso de construcción de un espacio para la custodia, conservación y divulgación de nuestro valioso patrimonio costumbrista y cultural. El folclor Vallenato no se merece esto, pero como en Valledupar nadie dice nada, todos están muertos de miedo. ¿Y las autoridades (Procuraduría, Contraloría y Fiscalía) se hacen los de la vista gorda y no actúan? Al fin y al cabo, también son fortines de los mismos políticos de siempre. Entonces nos tocará aguantarnos, así como se robaron el SIVA, seguirán haciendo lo que les da la gana, por eso la ciudad no despega. Razón tenía Víctor Hugo cuando dijo: “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay cierta complicidad vergonzosa”.
JACOBO SOLANO C.*/ @JACOBOSOLANOC
La gobernadora Elvia Milena Sanjuán salió a decir en la Asamblea que ella dispondría los recursos que fueran necesarios para terminar la obra, como si la plata fuera de ella y como si los cesarenses fueran bobos...
La gobernadora Elvia Milena Sanjuán salió a decir en la Asamblea que ella dispondría los recursos que fueran necesarios para terminar la obra, como si la plata fuera de ella y como si los cesarenses fueran bobos; aunque todos sabemos que no puede decir otra cosa, ya que le debe gratitud eterna al clan Gnecco, como ella misma afirmó en su discurso de posesión. Y es que continuar con la obra es su única opción, al precio que sea, incluso terminar presa.
Es una total desconsideración con un departamento que requiere obras de saneamiento básico y vías de todo tipo, golpeado por el hambre y la falta de oportunidades, con la pobreza que sobrepasa el 55 % y una capital como Valledupar, carente de espacios que custodien y promuevan el patrimonio cultural; no tiene un museo de bellas artes, tampoco un teatro, ni una cinemateca. Solo cuenta con un Parque de la Leyenda a medias que, dicho sea de paso, era el lugar idóneo donde se debió construir ese museo, obviamente con menos dinero y más funcional, para impulsar la zona y convertirla en un polo de desarrollo turístico.
Pero en el entorno priman siempre los egos y las peleas parroquiales entre familias; con esta realidad, sumada a la soberbia que caracteriza a nuestros cuestionados “líderes”, prefirieron construirlo en un lugar rodeado de clínicas, sin tener en cuenta el impacto en el tráfico. Hicieron exactamente como con el estadio de fútbol, pese a que las recomendaciones de los expertos, apuntaban a hacer uno nuevo a las afueras de la ciudad; hicieron caso omiso y miren lo que hay ahora, un desastre que criticó hasta el técnico del Alianza, porque no reúne las condiciones para albergar un equipo de primera. El origen del problema es siempre el mismo, la corrupción que nos ha llevado a la lamentable situación actual.
No es solo estéticamente horrible, es una construcción que no tiene figura. Quisieron representar un palo de mango, pero más parece un cambuche guerrillero, hasta la Casa en el Aire de Tuto es bella, ante este mamarracho. El empresario barranquillero, Christian Daes, que ha hecho bellos y gigantescos monumentos en su ciudad, verdaderas obras de arte en vidrio, debería explicar cuál fue su participación en este adefesio, que ni siquiera se sabe cuándo estará terminado, ni qué albergará.
Porque de ñapa, escogieron un director a dedo, sin ninguna trayectoria en temas de folclor, como es el periodista prepago Sergio López, quien nunca ha realizado ninguna investigación, documental, libro o columna de opinión sobre temas folclóricos. Su mayor aporte y mejor contenido, realizado hasta ahora, es la historia de Diomedes, cuando en una presentación escupió a un cajero apodado el Cayo Bemba.
Desplazando a investigadores de la talla de Tomás Darío Gutiérrez, Beto Murgas, Luis Mendoza Sierra y Julio Oñate; verdaderos conocedores, que sí podían agregar valor al proceso de construcción de un espacio para la custodia, conservación y divulgación de nuestro valioso patrimonio costumbrista y cultural. El folclor Vallenato no se merece esto, pero como en Valledupar nadie dice nada, todos están muertos de miedo. ¿Y las autoridades (Procuraduría, Contraloría y Fiscalía) se hacen los de la vista gorda y no actúan? Al fin y al cabo, también son fortines de los mismos políticos de siempre. Entonces nos tocará aguantarnos, así como se robaron el SIVA, seguirán haciendo lo que les da la gana, por eso la ciudad no despega. Razón tenía Víctor Hugo cuando dijo: “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay cierta complicidad vergonzosa”.
JACOBO SOLANO C.*/ @JACOBOSOLANOC