“lo único constante es el cambio” Heráclito Cuando fui invitado a escribir en este importante periódico de la región sobre la denominada economía creativa o economía naranja, me resultó imposible dejar de hacer alusión aquí a mis impresiones recibidas en un reciente seminario sobre Economía Naranja y Tecnología llevado a cabo en la asociación de […]
“lo único constante es el cambio”
Heráclito
Cuando fui invitado a escribir en este importante periódico de la región sobre la denominada economía creativa o economía naranja, me resultó imposible dejar de hacer alusión aquí a mis impresiones recibidas en un reciente seminario sobre Economía Naranja y Tecnología llevado a cabo en la asociación de exalumnos de mi universidad.
Fueron muy ilustrativas e interesantes las presentaciones del alto gobierno, la industria y los gremios productivos del país sobre lo que sería en adelante el desarrollo e impulso a esta política de gobierno. Se habló de los proyectos, de la construcción de una política pública, del papel de las entidades involucradas, e incluso, de la forma en que podrían canalizarse recursos para financiar el desarrollo de las industrias creativas y de la innovación. Muy interesante sin duda y dado el poco tiempo del nuevo gobierno, el sentimiento de apoyo a una buena intención que se puede convertir en motor de la economía, era evidente. Pero mi alborozo de esos paneles, pasó a la desazón cuando llegué al último panel compuesto por jóvenes emprendedores que iban a contarnos sus experiencias de éxito y sus dificultades.
Encontré jóvenes luchadores y muy orgullosos de sus éxitos empresariales, pero muy críticos y frustrados del apoyo estatal, de las políticas de acompañamiento en sus procesos empresariales, de los pocos estímulos tributarios e incluso, las dificultades burocráticas para constituir una empresa y todo lo que ello conlleva.
Ello me hizo reflexionar sobre la necesidad de repensar el modelo creativo como factor de desarrollo en el país y este nuevo escenario o boom de la economía creativa. Sin duda, hay un desconocimiento de lo que hay y de lo que va a ser esta política pública, pero más que ello, la necesidad de generar espacios de conocimiento de sus alcances y evolución, por lo que este será el primero de varios artículos donde iremos contando lo que se está haciendo sobre el particular. Al fin y al cabo, hasta ahora se esta terminando de construir el plan de acción del gobierno para cumplir estos propósitos a cabalidad.
Mientras ello ocurre, debemos ubicar el contexto de lo que es la economía naranja y al hacerlo, con gran alivio encontré que los mas expertos en el tema ni siquiera están de acuerdo. Ello no necesariamente es malo pues la economía creativa o del conocimiento, por su esencia, no necesariamente puede tener límites en su alcance. En todo caso, el gobierno si tendrá que hacerlo pues incluso la industria turística y el deporte, han sido involucradas.
El tema es que la denominada economía naranja se basa, como lo ha expresado el presidente Duque, “en la generación de riqueza a través del “talento, la conectividad y la herencia cultural de las regiones”.
Importante punto a considerar es que las mediciones de estas industrias en el PIB de los países, se han realizado desde la década de los 70s y los resultados han sido sorprendentes.
Por ello no es extraño ver que ya no existe acuerdo de comercio bilateral, regional o multilateral en donde el tema de la propiedad intelectual, como principal componente de la economia naranja, no esté involucrado. De hecho, los expertos ya han manifestado que la economía naranja representa en América Latina cerca del 4% del PIB y en Colombia, solo la cultura, contribuyó en el 2017 con el 1.5% de la economía nacional1, que al decir de Felipe Buitrago, escudero fundamental del presidente en la implementación de una política naranja, puede rondar por los 30 billones de pesos en agregación de valor a la economía, y hacia el 2025, se espera duplicar la participación en el PIB.”
Con este nuevo escenario de lo que va a ser esta nueva politica pública de una economía que existe de tiempos inmemoriales, veamos qué hay y qué se pretende hacer para que empezemos a monitorear los instrumentos y posibilidades prácticas que los emprendedores del departamento y todo el país, deben aprovechar.
1- Para empezar y sin que ello se considere como un comentario con tinte político, contamos con un presidente con el convencimiento de que uno de sus programas bandera, debe ser el desarrollo de la economía naranja en el país como motor de la economía.
2- Como consecuencia de ello, su equipo de trabajo, empezando por sus ministros, están alineando sus esfuerzos para lograr estos objetivos.
3- Se le dio la coordinación institucional, liderazgo y construcción de una política pública al Ministerio de Cultura, particularmente, al nuevo viceministro de Economia Naranja, David Melo, que con su trayectoria y amplio conocimiento del tema, será prenda de garantía para que esta política sea una realidad.
4- Se dispone de la Ley 1834 del 2017 o Ley Naranja, que estableció el consejo nacional de la economía naranja, como articulador institucional de esta política, y que esta por definir sus actividades y reglamentar su implementación.
5- Diversas instituciones del Estado han venido trabajando en diferentes programas de emprendimiento y apoyo, cuya coordinación y articulación es responsabilidad del viceministro Naranja. Por ejemplo, el ministro de Comercio, Dr. Restrepo, recientemente manifestó que se hará una emisión de bonos naranja de Bancóldex para atraer recursos al sector, para empresas que hacen parte de la economía naranja, amén de los 400 mil millones de pesos que dispone ya para apoyar a los emprendedores.
6- La misma Artesanías de Colombia lleva años apoyando a los artesanos colombianos, ayudándolos a tecnificar su labor para mejorar sus productos e incluso, colaborándoles en el proceso de obtención ante la Superintendencia de Industria y Comercio de sus denominaciones de origen, ya sea artesanales o de alimentos típicos.
7- Lo cual nos lleva tambien a mencionar los programas de apoyo a la sensibilización a la protección al derecho de autor y conexos a través de la Dirección Nacional de Derecho de Autor.
8- El Departamento Nacional de Planeación, encargado de presentar el plan nacional de desarrollo, tiene la instrucción de involucrar la economía naranja con temas de emprendimiento ciencia y tecnología.
9- El mismo presidente ha prometido en sus planes de gobierno, crear 1.400 centros Sácúdete, coordinados por la Primera Dama, como programa que promueve la salud, la cultura, la tecnología y el emprendimiento, como puntos de encuentro y formación para jóvenes que participen de la economía naranja.
10- Igualmente prometió crear áreas de desarrollo naranja que son espacios generados en las ciudades para crear negocios creativos con inversión privada.
11- Generación de líneas de créditos blandos y exención al impuesto de renta por cinco años a empresas creativas que generen empleo en el sector.
12- Creación de la alta consejería para la transformación digital, como puntal importante para generar infraestructura tecnológica que contribuya al emprendimiento.
13- Integración y articulación de los diversos programas de apoyo financiero que están diseminados en diversas entidades como el programa de estímulos y concertación del Ministerio de Cultura, el exitoso fondo de desarrollo cinematográfico que hoy cuenta con mas de 30 mil millones de pesos, el fondo de la ley de espectáculos públicos para las artes escénicas, el fondo de modernización e Innovación para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas INNpulsa, Bancoldex, fondo para el desarrollo de la televisión, fondo Emprender del Sena, creado paradójicamente con recursos de multas a empresas que no usan aprendices del Sena que ayuda a mejorar las competencias de los trabajadores colombianos, Findeter, etc.
A manera de conclusión. Estamos en un momento ideal para seguir fomentando e implementando la economía naranja, pero sin duda hay que tener paciencia. Tenemos mucho ya avanzado, tenemos mucho por articular y tenemos mucho por cambiar y adquirir el chip naranja. Veremos próximamente cómo se formalizará la política pública naranja y podremos sacar conclusiones. Por ello los invito a seguir los sitios de internet de las entidades involucradas, pero particularmente vean el seguimiento juicioso a este tema que está haciendo en redes sociales la Silla Vacía.
Por Felipe Rubio Torres
Profesor – Propiedad Intelectual de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes y miembro del Grupo de Estudios en Internet, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones e Informática (GECTI).
“lo único constante es el cambio” Heráclito Cuando fui invitado a escribir en este importante periódico de la región sobre la denominada economía creativa o economía naranja, me resultó imposible dejar de hacer alusión aquí a mis impresiones recibidas en un reciente seminario sobre Economía Naranja y Tecnología llevado a cabo en la asociación de […]
“lo único constante es el cambio”
Heráclito
Cuando fui invitado a escribir en este importante periódico de la región sobre la denominada economía creativa o economía naranja, me resultó imposible dejar de hacer alusión aquí a mis impresiones recibidas en un reciente seminario sobre Economía Naranja y Tecnología llevado a cabo en la asociación de exalumnos de mi universidad.
Fueron muy ilustrativas e interesantes las presentaciones del alto gobierno, la industria y los gremios productivos del país sobre lo que sería en adelante el desarrollo e impulso a esta política de gobierno. Se habló de los proyectos, de la construcción de una política pública, del papel de las entidades involucradas, e incluso, de la forma en que podrían canalizarse recursos para financiar el desarrollo de las industrias creativas y de la innovación. Muy interesante sin duda y dado el poco tiempo del nuevo gobierno, el sentimiento de apoyo a una buena intención que se puede convertir en motor de la economía, era evidente. Pero mi alborozo de esos paneles, pasó a la desazón cuando llegué al último panel compuesto por jóvenes emprendedores que iban a contarnos sus experiencias de éxito y sus dificultades.
Encontré jóvenes luchadores y muy orgullosos de sus éxitos empresariales, pero muy críticos y frustrados del apoyo estatal, de las políticas de acompañamiento en sus procesos empresariales, de los pocos estímulos tributarios e incluso, las dificultades burocráticas para constituir una empresa y todo lo que ello conlleva.
Ello me hizo reflexionar sobre la necesidad de repensar el modelo creativo como factor de desarrollo en el país y este nuevo escenario o boom de la economía creativa. Sin duda, hay un desconocimiento de lo que hay y de lo que va a ser esta política pública, pero más que ello, la necesidad de generar espacios de conocimiento de sus alcances y evolución, por lo que este será el primero de varios artículos donde iremos contando lo que se está haciendo sobre el particular. Al fin y al cabo, hasta ahora se esta terminando de construir el plan de acción del gobierno para cumplir estos propósitos a cabalidad.
Mientras ello ocurre, debemos ubicar el contexto de lo que es la economía naranja y al hacerlo, con gran alivio encontré que los mas expertos en el tema ni siquiera están de acuerdo. Ello no necesariamente es malo pues la economía creativa o del conocimiento, por su esencia, no necesariamente puede tener límites en su alcance. En todo caso, el gobierno si tendrá que hacerlo pues incluso la industria turística y el deporte, han sido involucradas.
El tema es que la denominada economía naranja se basa, como lo ha expresado el presidente Duque, “en la generación de riqueza a través del “talento, la conectividad y la herencia cultural de las regiones”.
Importante punto a considerar es que las mediciones de estas industrias en el PIB de los países, se han realizado desde la década de los 70s y los resultados han sido sorprendentes.
Por ello no es extraño ver que ya no existe acuerdo de comercio bilateral, regional o multilateral en donde el tema de la propiedad intelectual, como principal componente de la economia naranja, no esté involucrado. De hecho, los expertos ya han manifestado que la economía naranja representa en América Latina cerca del 4% del PIB y en Colombia, solo la cultura, contribuyó en el 2017 con el 1.5% de la economía nacional1, que al decir de Felipe Buitrago, escudero fundamental del presidente en la implementación de una política naranja, puede rondar por los 30 billones de pesos en agregación de valor a la economía, y hacia el 2025, se espera duplicar la participación en el PIB.”
Con este nuevo escenario de lo que va a ser esta nueva politica pública de una economía que existe de tiempos inmemoriales, veamos qué hay y qué se pretende hacer para que empezemos a monitorear los instrumentos y posibilidades prácticas que los emprendedores del departamento y todo el país, deben aprovechar.
1- Para empezar y sin que ello se considere como un comentario con tinte político, contamos con un presidente con el convencimiento de que uno de sus programas bandera, debe ser el desarrollo de la economía naranja en el país como motor de la economía.
2- Como consecuencia de ello, su equipo de trabajo, empezando por sus ministros, están alineando sus esfuerzos para lograr estos objetivos.
3- Se le dio la coordinación institucional, liderazgo y construcción de una política pública al Ministerio de Cultura, particularmente, al nuevo viceministro de Economia Naranja, David Melo, que con su trayectoria y amplio conocimiento del tema, será prenda de garantía para que esta política sea una realidad.
4- Se dispone de la Ley 1834 del 2017 o Ley Naranja, que estableció el consejo nacional de la economía naranja, como articulador institucional de esta política, y que esta por definir sus actividades y reglamentar su implementación.
5- Diversas instituciones del Estado han venido trabajando en diferentes programas de emprendimiento y apoyo, cuya coordinación y articulación es responsabilidad del viceministro Naranja. Por ejemplo, el ministro de Comercio, Dr. Restrepo, recientemente manifestó que se hará una emisión de bonos naranja de Bancóldex para atraer recursos al sector, para empresas que hacen parte de la economía naranja, amén de los 400 mil millones de pesos que dispone ya para apoyar a los emprendedores.
6- La misma Artesanías de Colombia lleva años apoyando a los artesanos colombianos, ayudándolos a tecnificar su labor para mejorar sus productos e incluso, colaborándoles en el proceso de obtención ante la Superintendencia de Industria y Comercio de sus denominaciones de origen, ya sea artesanales o de alimentos típicos.
7- Lo cual nos lleva tambien a mencionar los programas de apoyo a la sensibilización a la protección al derecho de autor y conexos a través de la Dirección Nacional de Derecho de Autor.
8- El Departamento Nacional de Planeación, encargado de presentar el plan nacional de desarrollo, tiene la instrucción de involucrar la economía naranja con temas de emprendimiento ciencia y tecnología.
9- El mismo presidente ha prometido en sus planes de gobierno, crear 1.400 centros Sácúdete, coordinados por la Primera Dama, como programa que promueve la salud, la cultura, la tecnología y el emprendimiento, como puntos de encuentro y formación para jóvenes que participen de la economía naranja.
10- Igualmente prometió crear áreas de desarrollo naranja que son espacios generados en las ciudades para crear negocios creativos con inversión privada.
11- Generación de líneas de créditos blandos y exención al impuesto de renta por cinco años a empresas creativas que generen empleo en el sector.
12- Creación de la alta consejería para la transformación digital, como puntal importante para generar infraestructura tecnológica que contribuya al emprendimiento.
13- Integración y articulación de los diversos programas de apoyo financiero que están diseminados en diversas entidades como el programa de estímulos y concertación del Ministerio de Cultura, el exitoso fondo de desarrollo cinematográfico que hoy cuenta con mas de 30 mil millones de pesos, el fondo de la ley de espectáculos públicos para las artes escénicas, el fondo de modernización e Innovación para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas INNpulsa, Bancoldex, fondo para el desarrollo de la televisión, fondo Emprender del Sena, creado paradójicamente con recursos de multas a empresas que no usan aprendices del Sena que ayuda a mejorar las competencias de los trabajadores colombianos, Findeter, etc.
A manera de conclusión. Estamos en un momento ideal para seguir fomentando e implementando la economía naranja, pero sin duda hay que tener paciencia. Tenemos mucho ya avanzado, tenemos mucho por articular y tenemos mucho por cambiar y adquirir el chip naranja. Veremos próximamente cómo se formalizará la política pública naranja y podremos sacar conclusiones. Por ello los invito a seguir los sitios de internet de las entidades involucradas, pero particularmente vean el seguimiento juicioso a este tema que está haciendo en redes sociales la Silla Vacía.
Por Felipe Rubio Torres
Profesor – Propiedad Intelectual de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes y miembro del Grupo de Estudios en Internet, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones e Informática (GECTI).