Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Uno de los temas que más se manejan en la actualidad política, es la presentación, por parte del gobierno del Presidente Santos, del proyecto de ley para la reelección de gobernadores y alcaldes ante la Secretaría de la Cámara de Representantes y que será sometido a varios debates en […]
Y ADEMAS……..
Por: ALBERTO HERAZO P.
Uno de los temas que más se manejan en la actualidad política, es la presentación, por parte del gobierno del Presidente Santos, del proyecto de ley para la reelección de gobernadores y alcaldes ante la Secretaría de la Cámara de Representantes y que será sometido a varios debates en comisiones y plenaria de Cámara y Senado.
La verdad es que me suena, me suena y la respaldo. Sería un premio para el buen gobernante y un castigo para el pésimo. Lo cierto es que cuatro años no alcanza para que un buen administrador ejecute su programa de gobierno.
Algunos urbanistas, con algo de timidez, han señalado un denominador común en aquellas ciudades que alcanzaron excelencia a escala mundial y se han convertido en paradigmas del desarrollo urbano sostenible y armónico, virtudes que le han permitido ser polos de atracción para los más variados negocios.
Al revisar los periodos clave durante los cuales dichas ciudades gestaron estas características, los urbanistas han encontrado lo que podría denominarse “el detonador del progreso”: un gobernador que maneja todos los problemas de los municipios o un alcalde que ha gobernado la ciudad por largo tiempo con base en la realización de grandes proyectos urbanos, apoyados por una sólida conciencia ciudadana comprometida con su ejecución, razón por la cual se reelige en varias oportunidades.
La historia nos da contundentes ejemplos. Difícilmente un gobernador o alcalde logra realizar, como lo dije, su programa de gobierno en tan poco tiempo.
Hoy en el país se presentan coyunturas fundamentales que deben permitirnos reflexionar en torno al siguiente postulado: a grandes proyectos urbanos, largos periodos de nuestros gobernantes.
He podido observar que de un tiempo para acá algunos gobernadores y alcaldes pasaron de ser un trampolín político para convertirse en grandes servidores públicos. Con esto no quiere decir que algunos no se aprovechan, y es natural y lógico. Y algunas administraciones le han dado continuidad a los proyectos que impulsó su antecesor.
Es necesario recalcar que se le debe dar continuidad de los programas, de tal manera que las prioridades de la administración de las ciudades estén definidas y trabajadas en visión de largo plazo. Es indispensable conseguir que nuestros gobernantes lleguen a sus cargos con un inequívoco interés de servicio, como lo vienen haciendo los actuales gobernantes Cristian Moreno y Luís Fabián. Si en nuestro país se abriera, como pienso que va a suceder, la posibilidad de la reelección de nuestros gobernantes para regir los destinos de las ciudades y municipios, lo harían con la única expectativa política de lograr su reelección y realizar sus programas.
Actuarían con visión futurista, corregirían los errores cometidos y se acabaría la torpe tendencia de desechar lo realizado por el anterior. Infortunadamente, el actual esquema político no permite que sean ejecutadas las obras en su totalidad. Por ejemplo, por decir algo, un gobernador o alcalde que sólo cuenta con cuatro años de gobierno, de los cuales los dos primeros (en el caso del gobernador actual que se pasó dos años enderezando los entuertos que dejó el sinvergüencita de Canossa, y en cuanto al Alcalde que sólo tendrá que gobernar dos años por causas ya conocidas) los dedica a administrar los recursos ( si acaso le han dejado algo), programas y prioridades que le dejó su antecesor; los dos restantes, al alcalde le toca torear a un Concejo altamente politizado y sin muchos soportes técnicos, los proveedores, programas y presupuesto encaminados a lograr consolidar la estructura física y administrativa para la ciudad del futuro, y cuando ya han entrado en calor, termina su mandato. Así de sencillo. Por eso soy partidario de la reelección de gobernadores y alcaldes.
POSDATA: En el caso nuestro, estoy de acuerdo con la reelección del actual gobernador Cristian Moreno (esto que estoy escribiendo les va a dar ira y picazón a sus detractores políticos, que no le perdonan muchas cosas por egoísmo, envidia y malquerencia). También estoy de acuerdo con la reelección de nuestro alcalde Luís Fabián Fernández, que ha venido demostrado ser uno de los mejores alcaldes que ha tenido la ciudad: en sólo ocho meses ha realizado lo que otros no hicieron en cuatro años. ¿Que tal si dura seis más? Ojala.
Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Uno de los temas que más se manejan en la actualidad política, es la presentación, por parte del gobierno del Presidente Santos, del proyecto de ley para la reelección de gobernadores y alcaldes ante la Secretaría de la Cámara de Representantes y que será sometido a varios debates en […]
Y ADEMAS……..
Por: ALBERTO HERAZO P.
Uno de los temas que más se manejan en la actualidad política, es la presentación, por parte del gobierno del Presidente Santos, del proyecto de ley para la reelección de gobernadores y alcaldes ante la Secretaría de la Cámara de Representantes y que será sometido a varios debates en comisiones y plenaria de Cámara y Senado.
La verdad es que me suena, me suena y la respaldo. Sería un premio para el buen gobernante y un castigo para el pésimo. Lo cierto es que cuatro años no alcanza para que un buen administrador ejecute su programa de gobierno.
Algunos urbanistas, con algo de timidez, han señalado un denominador común en aquellas ciudades que alcanzaron excelencia a escala mundial y se han convertido en paradigmas del desarrollo urbano sostenible y armónico, virtudes que le han permitido ser polos de atracción para los más variados negocios.
Al revisar los periodos clave durante los cuales dichas ciudades gestaron estas características, los urbanistas han encontrado lo que podría denominarse “el detonador del progreso”: un gobernador que maneja todos los problemas de los municipios o un alcalde que ha gobernado la ciudad por largo tiempo con base en la realización de grandes proyectos urbanos, apoyados por una sólida conciencia ciudadana comprometida con su ejecución, razón por la cual se reelige en varias oportunidades.
La historia nos da contundentes ejemplos. Difícilmente un gobernador o alcalde logra realizar, como lo dije, su programa de gobierno en tan poco tiempo.
Hoy en el país se presentan coyunturas fundamentales que deben permitirnos reflexionar en torno al siguiente postulado: a grandes proyectos urbanos, largos periodos de nuestros gobernantes.
He podido observar que de un tiempo para acá algunos gobernadores y alcaldes pasaron de ser un trampolín político para convertirse en grandes servidores públicos. Con esto no quiere decir que algunos no se aprovechan, y es natural y lógico. Y algunas administraciones le han dado continuidad a los proyectos que impulsó su antecesor.
Es necesario recalcar que se le debe dar continuidad de los programas, de tal manera que las prioridades de la administración de las ciudades estén definidas y trabajadas en visión de largo plazo. Es indispensable conseguir que nuestros gobernantes lleguen a sus cargos con un inequívoco interés de servicio, como lo vienen haciendo los actuales gobernantes Cristian Moreno y Luís Fabián. Si en nuestro país se abriera, como pienso que va a suceder, la posibilidad de la reelección de nuestros gobernantes para regir los destinos de las ciudades y municipios, lo harían con la única expectativa política de lograr su reelección y realizar sus programas.
Actuarían con visión futurista, corregirían los errores cometidos y se acabaría la torpe tendencia de desechar lo realizado por el anterior. Infortunadamente, el actual esquema político no permite que sean ejecutadas las obras en su totalidad. Por ejemplo, por decir algo, un gobernador o alcalde que sólo cuenta con cuatro años de gobierno, de los cuales los dos primeros (en el caso del gobernador actual que se pasó dos años enderezando los entuertos que dejó el sinvergüencita de Canossa, y en cuanto al Alcalde que sólo tendrá que gobernar dos años por causas ya conocidas) los dedica a administrar los recursos ( si acaso le han dejado algo), programas y prioridades que le dejó su antecesor; los dos restantes, al alcalde le toca torear a un Concejo altamente politizado y sin muchos soportes técnicos, los proveedores, programas y presupuesto encaminados a lograr consolidar la estructura física y administrativa para la ciudad del futuro, y cuando ya han entrado en calor, termina su mandato. Así de sencillo. Por eso soy partidario de la reelección de gobernadores y alcaldes.
POSDATA: En el caso nuestro, estoy de acuerdo con la reelección del actual gobernador Cristian Moreno (esto que estoy escribiendo les va a dar ira y picazón a sus detractores políticos, que no le perdonan muchas cosas por egoísmo, envidia y malquerencia). También estoy de acuerdo con la reelección de nuestro alcalde Luís Fabián Fernández, que ha venido demostrado ser uno de los mejores alcaldes que ha tenido la ciudad: en sólo ocho meses ha realizado lo que otros no hicieron en cuatro años. ¿Que tal si dura seis más? Ojala.