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Editorial - 19 marzo, 2020

Que haya sanciones para especuladores de precios

Tapabocas a $1.500 en droguerías y tiendas, o cajas de 50 unidades a $50.000, cuando normalmente valen aproximadamente $8.000; es decir, $400 la unidad. Ese es el panorama de hoy en Valledupar, y por lo que sabemos en todo el país.

Tapabocas a $1.500 en droguerías y tiendas, o cajas de 50 unidades a $50.000, cuando normalmente valen aproximadamente $8.000; es decir, $400 la unidad. Ese es el panorama de hoy en Valledupar, y por lo que sabemos en todo el país.

Los especuladores de precios están haciendo su agosto con la necesidad de cuidado y prevención del coronavirus, aunque también debemos reconocer que por el temor ciudadano se agotan con facilidad estos elementos, incluidos los jabones antibacteriales. A esto súmele la alerta amarilla por la escasez de agua, anunciada por Emdupar. El ambiente es tenso.

¿Quién controla a los especuladores? Abusadores en el comercio. Los acaparadores, aquellos que se llevan todo el producto en una sola compra y luego se convierten en revendedores, tal como, según denuncias, ocurre con la gasolina en las estaciones de servicio, pero esta es otra historia.

Desde la Secretaría de Gobierno Municipal nos hablaron de una Inspección de Control de Precios que vela por la calidad de los productos, pero nos advirtieron que existe libertad de precios y el comercio en esto es de alguna manera autónomo.

Sin embargo, la ciudadanía manifiesta su inconformidad, a través de medios de comunicación y redes sociales, y con razón. Consideramos esta una conducta lamentable en un muy mal momento.

Nuestro columnista, el abogado y docente universitario, Hugo Mendoza Guerra, el jurista expresó: “El ordenamiento jurídico colombiano, a través de políticas de fijación y control de precios, consagra disposiciones normativas, por ejemplo a través de la Ley 1480 del 2011 (Estatuto del Consumidor) como normas de carácter administrativo, penal y jurídico, y a entidades como la Superintendencia de Industria y Comercio para hacerlos efectivos. Es decir que los precios no se pueden establecer de manera caprichosa o arbitraria porque se erigen en conductas anti jurídicas contrarías a normas de fijación y control de precios.

En días pasados, el presidente Iván Duque Márquez, en programa del Canal Institucional, anunció que impartió instrucciones precisas a la Superintendencia de Industria y Comercio para que se actúe contra los especuladores, al referirse a la preocupación expresada por sobreprecios en algunos productos necesarios para prevenir el virus, como tapabocas y jabones antibacteriales.

Dijo que las medidas serán reforzadas para identificar “dónde se está viendo especulación con ese tipo de materiales que son tan importantes, no solamente para los ciudadanos, sino para la red de salud”.

No es una conducta apropiada, merece una sanción social y cómo mínimo investigación de parte de las autoridades competentes. Son momentos complejos para nuestro país, que es un reflejo de lo que pasa en el mundo y lo que menos necesita es que las personas se aprovechen de los males de sus conciudadanos.

Editorial
19 marzo, 2020

Que haya sanciones para especuladores de precios

Tapabocas a $1.500 en droguerías y tiendas, o cajas de 50 unidades a $50.000, cuando normalmente valen aproximadamente $8.000; es decir, $400 la unidad. Ese es el panorama de hoy en Valledupar, y por lo que sabemos en todo el país.


Tapabocas a $1.500 en droguerías y tiendas, o cajas de 50 unidades a $50.000, cuando normalmente valen aproximadamente $8.000; es decir, $400 la unidad. Ese es el panorama de hoy en Valledupar, y por lo que sabemos en todo el país.

Los especuladores de precios están haciendo su agosto con la necesidad de cuidado y prevención del coronavirus, aunque también debemos reconocer que por el temor ciudadano se agotan con facilidad estos elementos, incluidos los jabones antibacteriales. A esto súmele la alerta amarilla por la escasez de agua, anunciada por Emdupar. El ambiente es tenso.

¿Quién controla a los especuladores? Abusadores en el comercio. Los acaparadores, aquellos que se llevan todo el producto en una sola compra y luego se convierten en revendedores, tal como, según denuncias, ocurre con la gasolina en las estaciones de servicio, pero esta es otra historia.

Desde la Secretaría de Gobierno Municipal nos hablaron de una Inspección de Control de Precios que vela por la calidad de los productos, pero nos advirtieron que existe libertad de precios y el comercio en esto es de alguna manera autónomo.

Sin embargo, la ciudadanía manifiesta su inconformidad, a través de medios de comunicación y redes sociales, y con razón. Consideramos esta una conducta lamentable en un muy mal momento.

Nuestro columnista, el abogado y docente universitario, Hugo Mendoza Guerra, el jurista expresó: “El ordenamiento jurídico colombiano, a través de políticas de fijación y control de precios, consagra disposiciones normativas, por ejemplo a través de la Ley 1480 del 2011 (Estatuto del Consumidor) como normas de carácter administrativo, penal y jurídico, y a entidades como la Superintendencia de Industria y Comercio para hacerlos efectivos. Es decir que los precios no se pueden establecer de manera caprichosa o arbitraria porque se erigen en conductas anti jurídicas contrarías a normas de fijación y control de precios.

En días pasados, el presidente Iván Duque Márquez, en programa del Canal Institucional, anunció que impartió instrucciones precisas a la Superintendencia de Industria y Comercio para que se actúe contra los especuladores, al referirse a la preocupación expresada por sobreprecios en algunos productos necesarios para prevenir el virus, como tapabocas y jabones antibacteriales.

Dijo que las medidas serán reforzadas para identificar “dónde se está viendo especulación con ese tipo de materiales que son tan importantes, no solamente para los ciudadanos, sino para la red de salud”.

No es una conducta apropiada, merece una sanción social y cómo mínimo investigación de parte de las autoridades competentes. Son momentos complejos para nuestro país, que es un reflejo de lo que pasa en el mundo y lo que menos necesita es que las personas se aprovechen de los males de sus conciudadanos.