Con el fin de superar el atraso y afrontar la crisis que padece – en la actualidad-, Valledupar y el Cesar, es grande la responsabilidad de la dirigencia cesarense, en general. Nos referimos a la dirigencia política: congresistas, mandatarios territoriales, diputados y concejales, grupos y partidos políticos; como también a los empresarios y dirigentes gremiales. […]
Con el fin de superar el atraso y afrontar la crisis que padece – en la actualidad-, Valledupar y el Cesar, es grande la responsabilidad de la dirigencia cesarense, en general. Nos referimos a la dirigencia política: congresistas, mandatarios territoriales, diputados y concejales, grupos y partidos políticos; como también a los empresarios y dirigentes gremiales.
Además de promover una gobernabilidad democrática, de la que hablamos en editoriales pasados, se requiere, insistimos, una gran alianza entre el sector público y el sector privado para adelantar grandes proyectos en materia de infraestructura vial; programas de fomento para el sector agropecuario, aprovechamiento de la minería y que esta sea responsable en lo social y lo ambiental.
Se requiere fortalecer el Centro de Desarrollo Tecnológico de la Ganadería (CDT), que hoy está subutilizado. Sabemos, de buena fuente, que de manera silenciosa la administración departamental viene trabajando en esto con la Universidad Nacional. Igualmente consideramos conveniente y adecuado trabajar en el fomento de la pesca en el centro del departamento, donde hay los recursos naturales y la gente para aprovechar mejor los mismos.
La dirigencia del Cesar puede escoger algunos sectores líderes. Además de la ganadería y la agricultura, donde es imperativa la modernización y una visión empresarial; hay mucho por hacer en agroindustria, en agregarle mayor valor a lo que hoy producimos, por ejemplo en materia de procesamiento de derivados de la leche; dejando atrás esa visión pastoril y feudal del campo.
Para el Cesar, al igual que para el resto del país, es imperativo un buen aprovechamiento de las regalías mineras, debidamente invertidas y administradas, las que nos pueden posibilitar un salto cualitativo sustancial en nuestro proceso de desarrollo. Invertirlas en agua potable y puestos de salud, más y mejores vías y principalmente en educación.
La inversión en educación tiene un efecto multiplicador. No es sólo es la educación formal tradicional, sino una educación innovadora, que involucre una mejor capacitación a los profesores, más tiempo dedicado al estudio, expansión del bilingüismo y mayor acceso a las nuevas tecnologías. La inversión más rentable, desde el punto de vista económico y social, es la que se hace en buenos colegios e institutos de formación técnica y en el fortalecimiento de la educación superior. Fomentar, a todo nivel, la lectura compresiva y el pensamiento crítico. En este sentido, compartimos la opinión de varios de los participantes en la Mesa Redonda convocada por el Centro de Pensamiento Cesarense,
Formar mejores muchachos, buenos bachilleres y mejores universitarios, profesionales, técnicos y tecnólogos. Gente comprometida con el trabajo, menos folclorismo y más compromiso; esto requiere una nueva mística. Ejemplos como el del deportista, Oscar Muñoz Oviedo, hoy medalla olímpica, son un ejemplo de la importancia de la dedicación, la disciplina, el entrenamiento y la práctica, conductas necesarias en todas las actividades de la vida.
Como medio de comunicación apoyamos iniciativas como la Mesa Redonda, convocada por el Centro de Pensamiento Cesarense, que ahora cuenta con un órgano divulgación, la revista Enfoque Vallenato, que entra a enriquecer el debate periodístico y académico en una comunidad y una región como la nuestra, que tanto la necesita. Es cierto el letargo y el atraso en Valledupar y el Cesar, basta ya de tanto dejar hacer y dejar pasar, – por el contrario- es hora de asumir la inmensa responsabilidad que tenemos como individuos que hacen parte de un conglomerado social, aquí y ahora.
Con el fin de superar el atraso y afrontar la crisis que padece – en la actualidad-, Valledupar y el Cesar, es grande la responsabilidad de la dirigencia cesarense, en general. Nos referimos a la dirigencia política: congresistas, mandatarios territoriales, diputados y concejales, grupos y partidos políticos; como también a los empresarios y dirigentes gremiales. […]
Con el fin de superar el atraso y afrontar la crisis que padece – en la actualidad-, Valledupar y el Cesar, es grande la responsabilidad de la dirigencia cesarense, en general. Nos referimos a la dirigencia política: congresistas, mandatarios territoriales, diputados y concejales, grupos y partidos políticos; como también a los empresarios y dirigentes gremiales.
Además de promover una gobernabilidad democrática, de la que hablamos en editoriales pasados, se requiere, insistimos, una gran alianza entre el sector público y el sector privado para adelantar grandes proyectos en materia de infraestructura vial; programas de fomento para el sector agropecuario, aprovechamiento de la minería y que esta sea responsable en lo social y lo ambiental.
Se requiere fortalecer el Centro de Desarrollo Tecnológico de la Ganadería (CDT), que hoy está subutilizado. Sabemos, de buena fuente, que de manera silenciosa la administración departamental viene trabajando en esto con la Universidad Nacional. Igualmente consideramos conveniente y adecuado trabajar en el fomento de la pesca en el centro del departamento, donde hay los recursos naturales y la gente para aprovechar mejor los mismos.
La dirigencia del Cesar puede escoger algunos sectores líderes. Además de la ganadería y la agricultura, donde es imperativa la modernización y una visión empresarial; hay mucho por hacer en agroindustria, en agregarle mayor valor a lo que hoy producimos, por ejemplo en materia de procesamiento de derivados de la leche; dejando atrás esa visión pastoril y feudal del campo.
Para el Cesar, al igual que para el resto del país, es imperativo un buen aprovechamiento de las regalías mineras, debidamente invertidas y administradas, las que nos pueden posibilitar un salto cualitativo sustancial en nuestro proceso de desarrollo. Invertirlas en agua potable y puestos de salud, más y mejores vías y principalmente en educación.
La inversión en educación tiene un efecto multiplicador. No es sólo es la educación formal tradicional, sino una educación innovadora, que involucre una mejor capacitación a los profesores, más tiempo dedicado al estudio, expansión del bilingüismo y mayor acceso a las nuevas tecnologías. La inversión más rentable, desde el punto de vista económico y social, es la que se hace en buenos colegios e institutos de formación técnica y en el fortalecimiento de la educación superior. Fomentar, a todo nivel, la lectura compresiva y el pensamiento crítico. En este sentido, compartimos la opinión de varios de los participantes en la Mesa Redonda convocada por el Centro de Pensamiento Cesarense,
Formar mejores muchachos, buenos bachilleres y mejores universitarios, profesionales, técnicos y tecnólogos. Gente comprometida con el trabajo, menos folclorismo y más compromiso; esto requiere una nueva mística. Ejemplos como el del deportista, Oscar Muñoz Oviedo, hoy medalla olímpica, son un ejemplo de la importancia de la dedicación, la disciplina, el entrenamiento y la práctica, conductas necesarias en todas las actividades de la vida.
Como medio de comunicación apoyamos iniciativas como la Mesa Redonda, convocada por el Centro de Pensamiento Cesarense, que ahora cuenta con un órgano divulgación, la revista Enfoque Vallenato, que entra a enriquecer el debate periodístico y académico en una comunidad y una región como la nuestra, que tanto la necesita. Es cierto el letargo y el atraso en Valledupar y el Cesar, basta ya de tanto dejar hacer y dejar pasar, – por el contrario- es hora de asumir la inmensa responsabilidad que tenemos como individuos que hacen parte de un conglomerado social, aquí y ahora.