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Columnista - 3 marzo, 2023

¡Qué agradable sería!

Llegó marzo, se acerca la primavera y qué agradable sería que para el Festival, ‘El valle’ luciera limpio como una tacita y bello como un jardín.

Llegó marzo, se acerca la primavera y qué agradable sería que para el Festival, ‘El valle’ luciera limpio como una tacita y bello como un jardín. Qué agradable sería para los que vivimos aquí y para los que vienen encontrar una ciudad iluminada, gozando de un servicio que pagamos todos los meses, pero que no lo tenemos: el alumbrado público; esta es una ciudad oscura que ayuda a incrementar la delincuencia. 

Qué agradable sería que todos los reducidores de velocidad o policías acostaos fueran pintados y reparados, especialmente los del comando de la Policía Nacional; que los semáforos fueran revisados y funcionaran bien y no como ahora que duran 90 segundos en rojo y 20 en verde o al contrario; que agradable sería que la calle 14 entre carreras cuarta y octava que momentáneamente cambió de orientación y así se quedó creando el caos, volviera a su estado anterior; que agradable sería que en el barrio Villa Luz en la calle 13B frente al colegio Jesús Sierra, nombre de grata recordación, esta cuadra se pavimentara y los niños y padres de familia en invierno no se embarraran de pies a cabeza y en verano no se empolvaran en la misma forma; que agradable sería que algunos huecones o cráteres que hay, al menos en el centro fueran cogidos para que dejen de estarle recordando con mucha frecuencia la mamá al señor alcalde y al secretario de obras públicas y al director de tránsito. Qué agradable sería que el comercio que es el mayor generador de basura que existe, llámese almacenes, droguerías, bares, billares, restaurantes y tiendas se pusieran de acuerdo y organizaran sus basuras y no imitaran al propietario del famoso restaurante Ferrini, que insiste en echar los residuos podridos y hediondos en el boulevard de la 11 para que los perros, locos, marihuaneros y drogadictos lleguen a hurgarlos y dejen ese lugar vuelto mierda, a pesar de que ya lo hemos dicho varias veces y lo más grave es que no hay autoridad que intervenga, pues parece que los inspectores de Policía al estilo de mi tío Julio Aponte, Guillermo Orozco, Beto Monsalvo y el teniente Torres, que castigaban y se daban cuenta de todo, no existieran, cuando existen, y cobran sueldo, pero como están en carrera administrativa ¡qué horror!, hacen lo que les da la gana; qué agradable sería que el señor comandante de la Policía Nacional del Cesar, tomara la sabia decisión de levantar el cerramiento que hacen en las noches, obligando a los carros a desviarse por los lados que se encuentran oscuros y peligrosos, ya que la razón que tuvieron para esa determinación desapareció, la erradicó el presidente Uribe con la seguridad democrática y ya la zozobra de la guerrilla que nos tenía acoquinados ha desaparecido al menos parcialmente, sería muy agradable que levantaran ese cerramiento.

Con profundo dolor registro el fallecimiento del pariente Hugues Araujo Morón, distinguido miembro de la sociedad pacífica y del Partido Conservador, en cuya representación ostentó el título de alcalde. Para Lenys, su esposa, sus hijos y su hermana María Mercedes y a la familia Morón en general, que son mi familia, mis más sentidas notas de condolencias.

También registro con mucho dolor el deceso de Imelda Romero Porto, la mamá del gran cantante Peter Manjarrez con mi inolvidable amigo ‘Yeyo’ Manjarrez Poveda. Para sus hermanos: ‘Ocha’, Jando, Ulises, mis más sentidas notas de condolencias, al igual que a su otra hermana Sonia Mejía, madre de mis primos Jackeline y Rafael y en el Cielo a José Romero Collantes, mi inolvidable amigo y compadre ‘El Iche’, al igual que a sus primos hermanos Carlos Manjarrez Peraza, ‘Julito’ Manjarrez y sus tíos Jaime y ‘El Monga’.

Mañana cumple años ‘Toño’ Maya y como siempre él nos agasajará y tendremos comidas por montón, tragos como si fuera el Amazonas y lo más importante, la cálida y sabrosa atención de María Elena, su esposa. Allí estaremos, que vamos a faltar, si él es espléndido en satisfacer nuestros gustos porque ya los conoce. El que no lleve regalo, que no vaya. 

Por José Manuel Aponte Martínez

Columnista
3 marzo, 2023

¡Qué agradable sería!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Llegó marzo, se acerca la primavera y qué agradable sería que para el Festival, ‘El valle’ luciera limpio como una tacita y bello como un jardín.


Llegó marzo, se acerca la primavera y qué agradable sería que para el Festival, ‘El valle’ luciera limpio como una tacita y bello como un jardín. Qué agradable sería para los que vivimos aquí y para los que vienen encontrar una ciudad iluminada, gozando de un servicio que pagamos todos los meses, pero que no lo tenemos: el alumbrado público; esta es una ciudad oscura que ayuda a incrementar la delincuencia. 

Qué agradable sería que todos los reducidores de velocidad o policías acostaos fueran pintados y reparados, especialmente los del comando de la Policía Nacional; que los semáforos fueran revisados y funcionaran bien y no como ahora que duran 90 segundos en rojo y 20 en verde o al contrario; que agradable sería que la calle 14 entre carreras cuarta y octava que momentáneamente cambió de orientación y así se quedó creando el caos, volviera a su estado anterior; que agradable sería que en el barrio Villa Luz en la calle 13B frente al colegio Jesús Sierra, nombre de grata recordación, esta cuadra se pavimentara y los niños y padres de familia en invierno no se embarraran de pies a cabeza y en verano no se empolvaran en la misma forma; que agradable sería que algunos huecones o cráteres que hay, al menos en el centro fueran cogidos para que dejen de estarle recordando con mucha frecuencia la mamá al señor alcalde y al secretario de obras públicas y al director de tránsito. Qué agradable sería que el comercio que es el mayor generador de basura que existe, llámese almacenes, droguerías, bares, billares, restaurantes y tiendas se pusieran de acuerdo y organizaran sus basuras y no imitaran al propietario del famoso restaurante Ferrini, que insiste en echar los residuos podridos y hediondos en el boulevard de la 11 para que los perros, locos, marihuaneros y drogadictos lleguen a hurgarlos y dejen ese lugar vuelto mierda, a pesar de que ya lo hemos dicho varias veces y lo más grave es que no hay autoridad que intervenga, pues parece que los inspectores de Policía al estilo de mi tío Julio Aponte, Guillermo Orozco, Beto Monsalvo y el teniente Torres, que castigaban y se daban cuenta de todo, no existieran, cuando existen, y cobran sueldo, pero como están en carrera administrativa ¡qué horror!, hacen lo que les da la gana; qué agradable sería que el señor comandante de la Policía Nacional del Cesar, tomara la sabia decisión de levantar el cerramiento que hacen en las noches, obligando a los carros a desviarse por los lados que se encuentran oscuros y peligrosos, ya que la razón que tuvieron para esa determinación desapareció, la erradicó el presidente Uribe con la seguridad democrática y ya la zozobra de la guerrilla que nos tenía acoquinados ha desaparecido al menos parcialmente, sería muy agradable que levantaran ese cerramiento.

Con profundo dolor registro el fallecimiento del pariente Hugues Araujo Morón, distinguido miembro de la sociedad pacífica y del Partido Conservador, en cuya representación ostentó el título de alcalde. Para Lenys, su esposa, sus hijos y su hermana María Mercedes y a la familia Morón en general, que son mi familia, mis más sentidas notas de condolencias.

También registro con mucho dolor el deceso de Imelda Romero Porto, la mamá del gran cantante Peter Manjarrez con mi inolvidable amigo ‘Yeyo’ Manjarrez Poveda. Para sus hermanos: ‘Ocha’, Jando, Ulises, mis más sentidas notas de condolencias, al igual que a su otra hermana Sonia Mejía, madre de mis primos Jackeline y Rafael y en el Cielo a José Romero Collantes, mi inolvidable amigo y compadre ‘El Iche’, al igual que a sus primos hermanos Carlos Manjarrez Peraza, ‘Julito’ Manjarrez y sus tíos Jaime y ‘El Monga’.

Mañana cumple años ‘Toño’ Maya y como siempre él nos agasajará y tendremos comidas por montón, tragos como si fuera el Amazonas y lo más importante, la cálida y sabrosa atención de María Elena, su esposa. Allí estaremos, que vamos a faltar, si él es espléndido en satisfacer nuestros gustos porque ya los conoce. El que no lleve regalo, que no vaya. 

Por José Manuel Aponte Martínez