Las especies conservadas son: carreto, ceiba tolua, nazareno, tambor y macondo, el árbol cuyo nombre inspiró a Gabriel García Márquez para dar vida al pueblo donde transcurre el devenir de la afamada obra Cien años de soledad.
Un arboreto dedicado a la conservación de especies maderables, que se encuentran amenazadas o en vía de extinción por la pérdida y fragmentación de sus hábitats para la explotación agropecuaria, el tráfico ilegal y la deforestación, está establecido en el Centro de Investigación Caribia de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria Asogravia, antes Corpoica.
Las especies conservadas son: carreto, ceiba tolua, nazareno, tambor y macondo, el árbol cuyo nombre inspiró a Gabriel García Márquez para dar vida al pueblo donde transcurre el devenir de la afamada obra Cien años de soledad.
“Algunas de estas especies maderables amenazadas son endémicas y las estamos conservando de forma natural y otras han sido introducidas a Caribia para su conservación.
La pérdida y amenaza de estas especies maderables nos enfrenta a un panorama que nos exige acciones conjuntas de un manejo sostenible, que de no hacerse conllevaría a una pérdida de la biodiversidad”, explica César Baquero Maestre, investigador máster del Centro de Investigación Caribia de Agrosavia.
Estos árboles cumplen un rol fundamental como la captura y fijación del carbono, protección de la biodiversidad, recuperación de tierras degradadas y control de malezas.
Las especies conservadas son: carreto, ceiba tolua, nazareno, tambor y macondo, el árbol cuyo nombre inspiró a Gabriel García Márquez para dar vida al pueblo donde transcurre el devenir de la afamada obra Cien años de soledad.
Un arboreto dedicado a la conservación de especies maderables, que se encuentran amenazadas o en vía de extinción por la pérdida y fragmentación de sus hábitats para la explotación agropecuaria, el tráfico ilegal y la deforestación, está establecido en el Centro de Investigación Caribia de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria Asogravia, antes Corpoica.
Las especies conservadas son: carreto, ceiba tolua, nazareno, tambor y macondo, el árbol cuyo nombre inspiró a Gabriel García Márquez para dar vida al pueblo donde transcurre el devenir de la afamada obra Cien años de soledad.
“Algunas de estas especies maderables amenazadas son endémicas y las estamos conservando de forma natural y otras han sido introducidas a Caribia para su conservación.
La pérdida y amenaza de estas especies maderables nos enfrenta a un panorama que nos exige acciones conjuntas de un manejo sostenible, que de no hacerse conllevaría a una pérdida de la biodiversidad”, explica César Baquero Maestre, investigador máster del Centro de Investigación Caribia de Agrosavia.
Estos árboles cumplen un rol fundamental como la captura y fijación del carbono, protección de la biodiversidad, recuperación de tierras degradadas y control de malezas.