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Columnista - 15 noviembre, 2022

Presidente Petro, ya no está en campaña

Generalmente estamos acostumbrados a que una vez los mandatarios asumen el poder, e incluso antes de su posesión, la forma como se comunican y el discurso mismo cambia por completo  hacia un lenguaje de unión, de construcción y lo más importante se esfuerzan por ir cerrando los resquemores que dejan las campañas especialmente en nuestros […]

Generalmente estamos acostumbrados a que una vez los mandatarios asumen el poder, e incluso antes de su posesión, la forma como se comunican y el discurso mismo cambia por completo  hacia un lenguaje de unión, de construcción y lo más importante se esfuerzan por ir cerrando los resquemores que dejan las campañas especialmente en nuestros días donde se acude a toda serie de ataques que van más allá de la confrontación ideológica y terminan en enemistades personales, un ejemplo de ello la de Pastrana con Samper,  Uribe con Santos y ahora la de Petro con Duque.

El presidente Gustavo Petro se ha caracterizado por ser muy locuaz y por supuesto muy activo en sus redes sociales, particularmente en su cuenta de Twitter en donde tiene más de seis millones de seguidores y sus trinos generan toda suerte de reacciones, crea polémicas y enfrentamientos entre partidarios y opositores cada vez que hace algún pronunciamiento, así ha sido durante toda su larga carrera política y así se ha mantenido hoy siendo jefe de estado, esto último lo tiene en el ojo del huracán por obvias razones, pues su papel debe ser el de jefe de estado mas no el de un activista político.

Hace unos meses hizo una dura crítica a los resultados obtenidos en la constituyente de Chile donde el gobierno del presidente Boric salió derrotado con un 62% de votos negando la reforma a la constitución que planteó a sus ciudadanos, ante esta situación el presidente Petro trinó en su cuenta “…Pinochet vive” en una clara referencia al exdictador chileno Augusto Pinochet.

Luego, en una alocución oficial y frente a otros mandatarios de la región expresó que Estados Unidos estaba “arruinando las economías del mundo”, este es un tema de público conocimiento y es una realidad que se comenta en privado pero que no se puede expresar en un discurso oficial, salvo que quien lo diga  sea enemigo comercial, político o ideológico de los gringos, es decir le funcionaría a Rusia, a los chinos, a los iraníes, cubanos, venezolanos o norcoreanos pero ¿Le funcionará a Colombia cuando este es su principal socio comercial y aliado en Latinoamérica? A todas luces es una torpeza estratégica que nadie parece haberle dicho al presidente, debido a que en política internacional no todo lo que se piensa se debe decir.

Pero si en el plano internacional el mandatario ha utilizado las tribunas para vender un liderazgo internacional frente a temas que son de su política de gobierno como el cambio climático, la paz total y la defensa de los derechos humanos que son bien recibidas por todos, la realidad es que en el plano local la forma como el gobierno hace sus anuncios ha generado toda suerte de reacciones, si bien es cierto que la oposición exagera y hasta manipula la información, lo cual es obvio porque desde ya están en campaña para las elecciones territoriales del próximo año y para el 2026, lo que hemos visto es un exceso de filosofía, mucha ideología y contradicciones entre lo que el presidente dice y lo que algunos de sus ministros aplican.

El jefe de estado debe comunicar unión, generar tranquilidad y confianza y no jugar las mismas cartas de sus antecesores que utilizaron el poder para aplastar a como diera lugar a la oposición, este tipo de prácticas lo que genera es que se abran brechas irreconciliables en la sociedad que alimentan la confrontación y por supuesto la polarización y este ambiente frena cualquier posibilidad de avanzar en los temas que nos son comunes como nación, porque la polarización saca lo peor que tenemos como sociedad, el arribismo, el egoísmo y el nepotismo, todas enemigas de la democracia.

Todos coincidimos en que la humanidad va camino a su propia destrucción porque ya consumimos los recursos naturales de 1,6 planetas y hay que hacer un pare y replantear nuestro papel en la tierra; es indudable que hay que hacer ajustes y encontrar nuevas fuentes de producción más limpias y más amigables pero es un proceso que requiere transitar responsablemente sin acabar de un plumazo lo que hoy nos sostiene económicamente, si el presidente alinea su visión global con la realidad y afina su lenguaje, podrá encontrar más aliados y menos detractores.

Columnista
15 noviembre, 2022

Presidente Petro, ya no está en campaña

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eloy Gutiérrez Anaya

Generalmente estamos acostumbrados a que una vez los mandatarios asumen el poder, e incluso antes de su posesión, la forma como se comunican y el discurso mismo cambia por completo  hacia un lenguaje de unión, de construcción y lo más importante se esfuerzan por ir cerrando los resquemores que dejan las campañas especialmente en nuestros […]


Generalmente estamos acostumbrados a que una vez los mandatarios asumen el poder, e incluso antes de su posesión, la forma como se comunican y el discurso mismo cambia por completo  hacia un lenguaje de unión, de construcción y lo más importante se esfuerzan por ir cerrando los resquemores que dejan las campañas especialmente en nuestros días donde se acude a toda serie de ataques que van más allá de la confrontación ideológica y terminan en enemistades personales, un ejemplo de ello la de Pastrana con Samper,  Uribe con Santos y ahora la de Petro con Duque.

El presidente Gustavo Petro se ha caracterizado por ser muy locuaz y por supuesto muy activo en sus redes sociales, particularmente en su cuenta de Twitter en donde tiene más de seis millones de seguidores y sus trinos generan toda suerte de reacciones, crea polémicas y enfrentamientos entre partidarios y opositores cada vez que hace algún pronunciamiento, así ha sido durante toda su larga carrera política y así se ha mantenido hoy siendo jefe de estado, esto último lo tiene en el ojo del huracán por obvias razones, pues su papel debe ser el de jefe de estado mas no el de un activista político.

Hace unos meses hizo una dura crítica a los resultados obtenidos en la constituyente de Chile donde el gobierno del presidente Boric salió derrotado con un 62% de votos negando la reforma a la constitución que planteó a sus ciudadanos, ante esta situación el presidente Petro trinó en su cuenta “…Pinochet vive” en una clara referencia al exdictador chileno Augusto Pinochet.

Luego, en una alocución oficial y frente a otros mandatarios de la región expresó que Estados Unidos estaba “arruinando las economías del mundo”, este es un tema de público conocimiento y es una realidad que se comenta en privado pero que no se puede expresar en un discurso oficial, salvo que quien lo diga  sea enemigo comercial, político o ideológico de los gringos, es decir le funcionaría a Rusia, a los chinos, a los iraníes, cubanos, venezolanos o norcoreanos pero ¿Le funcionará a Colombia cuando este es su principal socio comercial y aliado en Latinoamérica? A todas luces es una torpeza estratégica que nadie parece haberle dicho al presidente, debido a que en política internacional no todo lo que se piensa se debe decir.

Pero si en el plano internacional el mandatario ha utilizado las tribunas para vender un liderazgo internacional frente a temas que son de su política de gobierno como el cambio climático, la paz total y la defensa de los derechos humanos que son bien recibidas por todos, la realidad es que en el plano local la forma como el gobierno hace sus anuncios ha generado toda suerte de reacciones, si bien es cierto que la oposición exagera y hasta manipula la información, lo cual es obvio porque desde ya están en campaña para las elecciones territoriales del próximo año y para el 2026, lo que hemos visto es un exceso de filosofía, mucha ideología y contradicciones entre lo que el presidente dice y lo que algunos de sus ministros aplican.

El jefe de estado debe comunicar unión, generar tranquilidad y confianza y no jugar las mismas cartas de sus antecesores que utilizaron el poder para aplastar a como diera lugar a la oposición, este tipo de prácticas lo que genera es que se abran brechas irreconciliables en la sociedad que alimentan la confrontación y por supuesto la polarización y este ambiente frena cualquier posibilidad de avanzar en los temas que nos son comunes como nación, porque la polarización saca lo peor que tenemos como sociedad, el arribismo, el egoísmo y el nepotismo, todas enemigas de la democracia.

Todos coincidimos en que la humanidad va camino a su propia destrucción porque ya consumimos los recursos naturales de 1,6 planetas y hay que hacer un pare y replantear nuestro papel en la tierra; es indudable que hay que hacer ajustes y encontrar nuevas fuentes de producción más limpias y más amigables pero es un proceso que requiere transitar responsablemente sin acabar de un plumazo lo que hoy nos sostiene económicamente, si el presidente alinea su visión global con la realidad y afina su lenguaje, podrá encontrar más aliados y menos detractores.