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Columnista - 18 enero, 2019

Presente y futuro de Valledupar

El pasado seis de enero Valledupar cumplió 469 años de historia, evento este que, aunque suene cliché, resulta una buena oportunidad más para reflexionar acerca del presente y futuro de nuestro municipio, teniendo como referencia el panorama actual y sus demandas sociales, políticas, culturales, económicas y administrativas.

El pasado seis de enero Valledupar cumplió 469 años de historia, evento este que, aunque suene cliché, resulta una buena oportunidad más para reflexionar acerca del presente y futuro de nuestro municipio, teniendo como referencia el panorama actual y sus demandas sociales, políticas, culturales, económicas y administrativas.

Valledupar en estos momentos presenta unos temas en los que no andamos bien desde años atrás y que sin duda generan preocupación, tal como es el caso de la seguridad, el empleo, la movilidad y las necesidades básicas insatisfechas (NBI) en la zona rural, de allí se desprenden asuntos como orden público, microtráfico, hurto, intranquilidad ciudadana, pobreza multidimensional, informalidad, desnutrición, pésimo servicio de transporte público, malla vial inadecuada, puestos de salud deficientes, agua potable, saneamiento ambiental, entre otros, respectivamente.

En seguridad los hurtos agravados no cesan; el microtráfico sigue deambulando por colegios, parques y esquinas; los vallenatos hoy vivimos intranquilos. No es un tema fácil, se valora los esfuerzos de las autoridades pero estos deben ser redoblados con solidez, la meta debe ser una política de gobierno tajante frente a estos flagelos.

En lo que a empleo respecta, seguimos en el listado de las ciudades con las peores calificaciones en el país, en el trimestre móvil de septiembre, octubre y noviembre 2018 la tasa de desempleo marcó 14,6 %, aumentando en un 2.4 % cotejado con el guarismo del mismo momento en la vigencia 2017, que estuvo en un 12,2 %, lo que nos refleja que no hemos podido combatir la persistente tendencia hace varios años.

En cuanto a movilidad, una de las carencias más grandes de la capital cesarense, seguimos sin contar con un SETP confortable y eficiente, que cuente con horarios fijos, rutas turísticas y universitarias. Está claro que no estamos preparados para el aumento demográfico reflejado en las recientes proyecciones hechas por el DANE, a pesar de que el proyecto ‘Sistema Estratégico de Transporte Público de Pasajeros para Valledupar’ fue aprobado vía CONPES 3656 de 2010, documento en el cual se planificó su consolidación para el año 2016, aún seguimos a la espera del mismo.

Para cerrar los cuatro ejes temáticos objetos de referencia en este artículo, tenemos las NBI en la zona rural del municipio. Corregimientos como Aguas Blancas, Mariangola, Los Venados, Guaimaral, El Perro, Patillal, Guacoche, El Jabo, Guacochito, entre otros, hoy no cuentan con el suministro de agua apta para el consumo, lo cual indiscutiblemente desmejora la calidad de vida de los habitantes y les impide realizar distintas actividades ordinarias para las que se requiere el agua potable; seguidamente, resulta plenamente necesario que en la zona corregimental de la capital del cesar se mejoren las condiciones sanitarias que hoy no son las mejores; otro punto que es imposible ignorar es el de los puestos de salud, las administraciones deben adelantar todas las gestiones posibles para que en cada corregimiento exista un puesto de salud con ajuste a los estándares de calidad demarcados al respecto, lo relativo al recurso humano, implementos y ambulancias.

Propongo que promovamos una discusión permanente donde tengan cabida todos los sectores, todas las voces, con el ánimo de trabajar en la construcción de tres asignaturas significativas: misión, visión y valores y/o principios de ciudad.

Columnista
18 enero, 2019

Presente y futuro de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Camilo Pinto

El pasado seis de enero Valledupar cumplió 469 años de historia, evento este que, aunque suene cliché, resulta una buena oportunidad más para reflexionar acerca del presente y futuro de nuestro municipio, teniendo como referencia el panorama actual y sus demandas sociales, políticas, culturales, económicas y administrativas.


El pasado seis de enero Valledupar cumplió 469 años de historia, evento este que, aunque suene cliché, resulta una buena oportunidad más para reflexionar acerca del presente y futuro de nuestro municipio, teniendo como referencia el panorama actual y sus demandas sociales, políticas, culturales, económicas y administrativas.

Valledupar en estos momentos presenta unos temas en los que no andamos bien desde años atrás y que sin duda generan preocupación, tal como es el caso de la seguridad, el empleo, la movilidad y las necesidades básicas insatisfechas (NBI) en la zona rural, de allí se desprenden asuntos como orden público, microtráfico, hurto, intranquilidad ciudadana, pobreza multidimensional, informalidad, desnutrición, pésimo servicio de transporte público, malla vial inadecuada, puestos de salud deficientes, agua potable, saneamiento ambiental, entre otros, respectivamente.

En seguridad los hurtos agravados no cesan; el microtráfico sigue deambulando por colegios, parques y esquinas; los vallenatos hoy vivimos intranquilos. No es un tema fácil, se valora los esfuerzos de las autoridades pero estos deben ser redoblados con solidez, la meta debe ser una política de gobierno tajante frente a estos flagelos.

En lo que a empleo respecta, seguimos en el listado de las ciudades con las peores calificaciones en el país, en el trimestre móvil de septiembre, octubre y noviembre 2018 la tasa de desempleo marcó 14,6 %, aumentando en un 2.4 % cotejado con el guarismo del mismo momento en la vigencia 2017, que estuvo en un 12,2 %, lo que nos refleja que no hemos podido combatir la persistente tendencia hace varios años.

En cuanto a movilidad, una de las carencias más grandes de la capital cesarense, seguimos sin contar con un SETP confortable y eficiente, que cuente con horarios fijos, rutas turísticas y universitarias. Está claro que no estamos preparados para el aumento demográfico reflejado en las recientes proyecciones hechas por el DANE, a pesar de que el proyecto ‘Sistema Estratégico de Transporte Público de Pasajeros para Valledupar’ fue aprobado vía CONPES 3656 de 2010, documento en el cual se planificó su consolidación para el año 2016, aún seguimos a la espera del mismo.

Para cerrar los cuatro ejes temáticos objetos de referencia en este artículo, tenemos las NBI en la zona rural del municipio. Corregimientos como Aguas Blancas, Mariangola, Los Venados, Guaimaral, El Perro, Patillal, Guacoche, El Jabo, Guacochito, entre otros, hoy no cuentan con el suministro de agua apta para el consumo, lo cual indiscutiblemente desmejora la calidad de vida de los habitantes y les impide realizar distintas actividades ordinarias para las que se requiere el agua potable; seguidamente, resulta plenamente necesario que en la zona corregimental de la capital del cesar se mejoren las condiciones sanitarias que hoy no son las mejores; otro punto que es imposible ignorar es el de los puestos de salud, las administraciones deben adelantar todas las gestiones posibles para que en cada corregimiento exista un puesto de salud con ajuste a los estándares de calidad demarcados al respecto, lo relativo al recurso humano, implementos y ambulancias.

Propongo que promovamos una discusión permanente donde tengan cabida todos los sectores, todas las voces, con el ánimo de trabajar en la construcción de tres asignaturas significativas: misión, visión y valores y/o principios de ciudad.