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Editorial - 5 marzo, 2024

Por una vejez digna 

En las páginas de este miércoles 6 de marzo, revelamos un informe de la Contraloría General de la Nación dentro de la discusión de la reforma pensional en Colombia. Y como lo recalcamos, uno de los datos más llamativos fue el porcentaje de la población mayor de 60 años que accede a la pensión. 

En las páginas de este miércoles 6 de marzo, revelamos un informe de la Contraloría General de la Nación dentro de la discusión de la reforma pensional en Colombia. Y como lo recalcamos, uno de los datos más llamativos fue el porcentaje de la población mayor de 60 años que accede a la pensión. 

La cobertura nacional es de 27,52 %, pero en el departamento del Cesar solo el 10,33 % de los adultos mayores de 60 años acceden a una pensión. En cifras eso significa que de las 103.242 personas que deberían estar pensionadas, solo 10.670 tienen acceso. 

Esto es preocupante. Es un problema social de grandes magnitudes por muchas razones. Muchos de esos adultos, excluidos del mundo laboral,  cuentan con la suerte de tener familiares o amigos que los apoyan económicamente. Pero otros miles están solos y en la pobreza. Sin unos ingresos fijos pasan hambre y necesidad. 

A buena hora el presidente Gustavo Petro anunció que todos los adultos mayores de 80 años recibirán un bono para su sustento. Sin embargo, el país necesita una transformación completa, que erradique el problema. Porque la política del presidente (necesaria) sólo atiende una consecuencia. 

Más allá de la discusión que se  dará a nivel nacional sobre la reforma pensional, en el departamento del Cesar debemos empezar a hablar de formalidad laboral. Hemos aceptado la informalidad y el rebusque porque es la única opción para que miles de familias no pasen hambre. Pero las autoridades que recién están trabajando en la construcción de los planes de desarrollo deberían incluir el pilar de la formalización entre los principales puntos. 

El Cesar es uno de los departamentos más jóvenes de Colombia, pero al igual que la tendencia mundial nos estamos envejeciendo. Si no atendemos este desafío pronto y con medidas a largo plazo, en 20 o 30 años tendremos otra generación de adultos mayores en la pobreza y sin pensión.

En agosto nos vemos 

Así se titula y hoy es el lanzamiento mundial de la novela póstuma de Gabriel García Márquez.

“(…) No se ha agregado absolutamente nada que no estuviera en los múltiples originales que dejó Gabo de esta novela. No se hizo un trabajo de edición al punto de tener que agregarle frases”, fue la frase en España de Gonzalo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez, en rueda de prensa de presentación  con la periodista Pilar que hicieron los hijos del nobel (que tomamos de Red+).

“Salieron en seguidilla frases que dibujan los argumentos para hacer de ‘En agosto nos vemos una obra con la firma de Gabriel García Márquez: Gabo había perdido la capacidad para leer. Gabo perdió a su vez la capacidad para juzgarlo.  Él nunca guardó libros no editados. El hecho de no destruirlo es un síntoma de que este libro se volvió indescifrable. Un Gabo con todas sus facultades lo habría terminado. No hay más libros no terminados. Este es el último sobreviviente”.

“Gabo entró en la enfermedad del olvido. Y diez años después de muerto, sus hijos están seguros (…) de su capacidad de invención. La poesía del lenguaje. La narrativa cautivadora. Su entendimiento del ser humano. Su cariño por sus vivencias y desventuras. Sobre todo, en el amor: posiblemente el tema principal de toda su obra”.

Y así se resume la nota periodística “Todo esto, simplemente para decir, contrario a Gabo, que su novela sí servía y que era imposible destruirla”.

Editorial
5 marzo, 2024

Por una vejez digna 

En las páginas de este miércoles 6 de marzo, revelamos un informe de la Contraloría General de la Nación dentro de la discusión de la reforma pensional en Colombia. Y como lo recalcamos, uno de los datos más llamativos fue el porcentaje de la población mayor de 60 años que accede a la pensión. 


En las páginas de este miércoles 6 de marzo, revelamos un informe de la Contraloría General de la Nación dentro de la discusión de la reforma pensional en Colombia. Y como lo recalcamos, uno de los datos más llamativos fue el porcentaje de la población mayor de 60 años que accede a la pensión. 

La cobertura nacional es de 27,52 %, pero en el departamento del Cesar solo el 10,33 % de los adultos mayores de 60 años acceden a una pensión. En cifras eso significa que de las 103.242 personas que deberían estar pensionadas, solo 10.670 tienen acceso. 

Esto es preocupante. Es un problema social de grandes magnitudes por muchas razones. Muchos de esos adultos, excluidos del mundo laboral,  cuentan con la suerte de tener familiares o amigos que los apoyan económicamente. Pero otros miles están solos y en la pobreza. Sin unos ingresos fijos pasan hambre y necesidad. 

A buena hora el presidente Gustavo Petro anunció que todos los adultos mayores de 80 años recibirán un bono para su sustento. Sin embargo, el país necesita una transformación completa, que erradique el problema. Porque la política del presidente (necesaria) sólo atiende una consecuencia. 

Más allá de la discusión que se  dará a nivel nacional sobre la reforma pensional, en el departamento del Cesar debemos empezar a hablar de formalidad laboral. Hemos aceptado la informalidad y el rebusque porque es la única opción para que miles de familias no pasen hambre. Pero las autoridades que recién están trabajando en la construcción de los planes de desarrollo deberían incluir el pilar de la formalización entre los principales puntos. 

El Cesar es uno de los departamentos más jóvenes de Colombia, pero al igual que la tendencia mundial nos estamos envejeciendo. Si no atendemos este desafío pronto y con medidas a largo plazo, en 20 o 30 años tendremos otra generación de adultos mayores en la pobreza y sin pensión.

En agosto nos vemos 

Así se titula y hoy es el lanzamiento mundial de la novela póstuma de Gabriel García Márquez.

“(…) No se ha agregado absolutamente nada que no estuviera en los múltiples originales que dejó Gabo de esta novela. No se hizo un trabajo de edición al punto de tener que agregarle frases”, fue la frase en España de Gonzalo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez, en rueda de prensa de presentación  con la periodista Pilar que hicieron los hijos del nobel (que tomamos de Red+).

“Salieron en seguidilla frases que dibujan los argumentos para hacer de ‘En agosto nos vemos una obra con la firma de Gabriel García Márquez: Gabo había perdido la capacidad para leer. Gabo perdió a su vez la capacidad para juzgarlo.  Él nunca guardó libros no editados. El hecho de no destruirlo es un síntoma de que este libro se volvió indescifrable. Un Gabo con todas sus facultades lo habría terminado. No hay más libros no terminados. Este es el último sobreviviente”.

“Gabo entró en la enfermedad del olvido. Y diez años después de muerto, sus hijos están seguros (…) de su capacidad de invención. La poesía del lenguaje. La narrativa cautivadora. Su entendimiento del ser humano. Su cariño por sus vivencias y desventuras. Sobre todo, en el amor: posiblemente el tema principal de toda su obra”.

Y así se resume la nota periodística “Todo esto, simplemente para decir, contrario a Gabo, que su novela sí servía y que era imposible destruirla”.