Aunque la Aerocivil regula el mercado, no fija los precios de los tiquetes. Por tanto, en un escenario de libre fijación de precios y ausencia de competencia ocurre lo que ha pasado últimamente en Valledupar.
El Centro de Estudios Socioeconómicos y regionales, CESORE, realizó un estudio sobre el comportamiento de los tiquetes aéreos Bogotá-Valledupar y encontró lo siguiente. En enero del 2023 se podían encontrar vuelos desde Bogotá hacia Valledupar en cifras de alrededor de 120.000 pesos. En julio del mismo año los precios se ubicaban alrededor de 255.000 pesos, con un aumento de más del 112 %. A la fecha, los precios en Valledupar son un 55 % más altos de lo que se pueden conseguir en Riohacha y más de un 180 % adicional en comparación con Santa Marta, Cartagena o Barranquilla.
La razón principal de esta alza en precios es la creación de un monopolio a partir de la salida de Latam el 15 de enero del 2023, lo que convirtió a Valledupar en la única ciudad de la Región Caribe con una sola aerolínea y ruta. En este artículo abordamos tres preguntas principales: ¿cómo funciona la fijación de precios en el mercado aéreo colombiano? ¿Qué hizo que Latam se saliera del mercado vallenato?, y, más importante aún, ¿es posible revertir la situación?
Fijación de precios, competencia y monopolios. En el mercado aéreo colombiano, los precios de los tiquetes se determinan mediante un sistema dinámico llamado “revenue management“. En este sistema las aerolíneas analizan factores como la demanda histórica y la dinámica económica para optimizar precios, utilizando promociones y segmentación de mercado para maximizar la ocupación y los ingresos. En esta fijación de precios hay tres aspectos clave: la anticipación con la que se hace la compra, la demanda por la ruta y principalmente la competencia.
Gráfica 2. Precios para la ruta Bogotá-Valledupar el 13 de marzo del 2020 |
En la Gráfica 2 observamos cómo se ve esa competencia en la práctica. En la misma muestran los precios de Avianca y Latam para la ruta Bogotá-Valledupar entre el 27 de enero y el 22 de febrero.
Al inicio de la venta, aunque Avianca fijó inicialmente su precio alrededor de 165.000 pesos, se vio obligada a reducirlo cuando LATAM no incrementó sus tarifas en la misma magnitud. Posteriormente, Avianca bajó sus precios a cerca de 100.000 pesos a principios de febrero durante unos cuatro días. Luego, ambas aerolíneas mantuvieron precios alrededor de 140.000 pesos, hasta que Avianca subió nuevamente sus tarifas a mediados de febrero.
Sin embargo, Avianca se vio obligada a seguir a LATAM cuando esta última respondió con una reducción de precios a alrededor de 90.000 pesos. Finalmente, después del 18 de febrero, los precios de ambas aerolíneas se estabilizaron en torno a los 130.000 pesos.
Evidentemente, estas dinámicas reflejan que una mayor competencia es beneficiosa para el consumidor. Es importante señalar que, aunque la Aerocivil regula el mercado, no fija los precios de los tiquetes. Por tanto, en un escenario de libre fijación de precios y ausencia de competencia ocurre lo que ha pasado últimamente en Valledupar.
Cómo consecuencia, el mercado aéreo vallenato es un monopolio. Como cualquier monopolista su objetivo es maximizar las ganancias, eligiendo un precio tal que maximice la diferencia entre los ingresos y costos totales.
Gráfica 3. Precios para la ruta Bogotá-Valledupar y Bogotá-Barranquilla el 24 de agosto de 2024 |
El resultado es el que se ve en la Gráfica 3. Para el día 24 de agosto, el historial de precios para los vuelos desde Bogotá hacia Santa Marta y hacia Valledupar tienen una dinámica muy diferente. Mientras el de Valledupar se ha mantenido prácticamente igual en los últimos 60 días a un valor de 230.000 pesos, el de Santa Marta ha fluctuado entre mínimos de 76.000 y 182.000 pesos, evidenciando el dinamismo derivado de tener 4 competidores para esa ruta (JetSMART, Wingo, Avianca y Latam).
El 30 de noviembre de 2022, LATAM Airlines anunció a la Aerocivil su decisión de cesar sus operaciones en la ruta Valledupar-Bogotá. La razón principal detrás de esta decisión fue la insuficiente demanda de pasajeros, la cual resultó en pérdidas significativas para la aerolínea, con una disminución en los ingresos de aproximadamente un 65 %. Esta falta de demanda se dio en un contexto post-COVID-19, donde la recuperación en esta ruta suficiente para cubrir los costos operativos.
Si a esto le sumamos que las aerolíneas enfrentan una serie de costos (fijos y variables) muy rígidos, es apenas normal que decidieran salir del mercado con una ruta de una ocupación promedio del 64 %. El alza en los combustibles, los seguros, los impuestos (infraestructura aeronáutica, IVA y timbre) y la devaluación del peso entre 2021 y 2022 generaron que fuera inviable continuar la operación.
La caída en la demanda de la ruta Valledupar-Bogotá probablemente se debe a dos factores principales. El primero son los cambios derivados de las nuevas dinámicas laborales, con una mayor inclinación hacia la virtualidad y el trabajo desde casa. Esto ha llevado a que muchos trabajadores que solían viajar con frecuencia entre Valledupar y Bogotá ahora lo hagan con menos regularidad.
El segundo factor es la pérdida de competitividad empresarial y turística de la región, lo que ha generado un menor tráfico de empresarios y ejecutivos hacia Valledupar.
Además, el turismo en el departamento, fuera del contexto del Festival Vallenato, es comparativamente menor que en otras regiones como Magdalena, Bolívar o, incluso, La Guajira, lo que limita aún más el tráfico aéreo hacia Valledupar.Como resultado, Valledupar es la única ciudad de la Región Caribe con una sola aerolínea, con vuelos mínimos promedio de 225.000 pesos saliendo de Bogotá y solo 4 vuelos diarios.
Ciudades cercanas como Riohacha, Barranquilla o Santa Marta tienen entre 2 y 4 aerolíneas disponibles y, en el caso de Barranquilla y Santa Marta, más de 20 vuelos diarios. Los resultados son precios que son entre la mitad y un tercio de los que cuestan las rutas para Valledupar, variando entre los 76.000 y 145.000 pesos.
Gráfica 4. Ruta desde Bogotá: Precio mínimo promedio, aerolíneas y vuelos diario |
En ese escenario muchos usuarios se ven obligados a tomar rutas alternativas más baratas para llegar a Valledupar. Por ejemplo, llegar a Riohacha o Santa Marta y tomar un viaje en bus de 4 horas aproximadamente con rumbo a Valledupar. Aunque puede ser más barato en términos monetarios es un mayor riesgo de accidentalidad.
Una solución que no es viable es la fijación de precios por parte de las entidades gubernamentales. Como lo mencionamos anteriormente, no es posible por temas regulatorios y económicos. Cualquier solución debe venir de parte del mercado y ahí es donde las entidades gubernamentales pueden actuar.
Para revertir la situación de altos precios en la ruta Bogotá-Valledupar se podrían considerar varias estrategias. Entre ellas, la entrada de nuevas aerolíneas mediante incentivos fiscales, la reducción temporal de tasas e impuestos en los tiquetes, y la mejora de la infraestructura turística y empresarial en Valledupar para aumentar la demanda. También es crucial promover rutas alternativas con subsidios para transporte terrestre y facilitar convenios con aerolíneas de bajo costo para ofrecer más opciones competitivas.
Además, se podrían implementar campañas de promoción del destino Valledupar, intensificar el monitoreo y regulación del mercado por parte de la Aerocivil para evitar prácticas de monopolio, y establecer un fondo de estabilización de precios en rutas críticas. Estas acciones en conjunto podrían fomentar la competencia y, en consecuencia, reducir los precios de los tiquetes aéreos en la región. Mientras lo anterior no suceda, la dinámica de precios seguirá siendo la misma.
Aunque la Aerocivil regula el mercado, no fija los precios de los tiquetes. Por tanto, en un escenario de libre fijación de precios y ausencia de competencia ocurre lo que ha pasado últimamente en Valledupar.
El Centro de Estudios Socioeconómicos y regionales, CESORE, realizó un estudio sobre el comportamiento de los tiquetes aéreos Bogotá-Valledupar y encontró lo siguiente. En enero del 2023 se podían encontrar vuelos desde Bogotá hacia Valledupar en cifras de alrededor de 120.000 pesos. En julio del mismo año los precios se ubicaban alrededor de 255.000 pesos, con un aumento de más del 112 %. A la fecha, los precios en Valledupar son un 55 % más altos de lo que se pueden conseguir en Riohacha y más de un 180 % adicional en comparación con Santa Marta, Cartagena o Barranquilla.
La razón principal de esta alza en precios es la creación de un monopolio a partir de la salida de Latam el 15 de enero del 2023, lo que convirtió a Valledupar en la única ciudad de la Región Caribe con una sola aerolínea y ruta. En este artículo abordamos tres preguntas principales: ¿cómo funciona la fijación de precios en el mercado aéreo colombiano? ¿Qué hizo que Latam se saliera del mercado vallenato?, y, más importante aún, ¿es posible revertir la situación?
Fijación de precios, competencia y monopolios. En el mercado aéreo colombiano, los precios de los tiquetes se determinan mediante un sistema dinámico llamado “revenue management“. En este sistema las aerolíneas analizan factores como la demanda histórica y la dinámica económica para optimizar precios, utilizando promociones y segmentación de mercado para maximizar la ocupación y los ingresos. En esta fijación de precios hay tres aspectos clave: la anticipación con la que se hace la compra, la demanda por la ruta y principalmente la competencia.
Gráfica 2. Precios para la ruta Bogotá-Valledupar el 13 de marzo del 2020 |
En la Gráfica 2 observamos cómo se ve esa competencia en la práctica. En la misma muestran los precios de Avianca y Latam para la ruta Bogotá-Valledupar entre el 27 de enero y el 22 de febrero.
Al inicio de la venta, aunque Avianca fijó inicialmente su precio alrededor de 165.000 pesos, se vio obligada a reducirlo cuando LATAM no incrementó sus tarifas en la misma magnitud. Posteriormente, Avianca bajó sus precios a cerca de 100.000 pesos a principios de febrero durante unos cuatro días. Luego, ambas aerolíneas mantuvieron precios alrededor de 140.000 pesos, hasta que Avianca subió nuevamente sus tarifas a mediados de febrero.
Sin embargo, Avianca se vio obligada a seguir a LATAM cuando esta última respondió con una reducción de precios a alrededor de 90.000 pesos. Finalmente, después del 18 de febrero, los precios de ambas aerolíneas se estabilizaron en torno a los 130.000 pesos.
Evidentemente, estas dinámicas reflejan que una mayor competencia es beneficiosa para el consumidor. Es importante señalar que, aunque la Aerocivil regula el mercado, no fija los precios de los tiquetes. Por tanto, en un escenario de libre fijación de precios y ausencia de competencia ocurre lo que ha pasado últimamente en Valledupar.
Cómo consecuencia, el mercado aéreo vallenato es un monopolio. Como cualquier monopolista su objetivo es maximizar las ganancias, eligiendo un precio tal que maximice la diferencia entre los ingresos y costos totales.
Gráfica 3. Precios para la ruta Bogotá-Valledupar y Bogotá-Barranquilla el 24 de agosto de 2024 |
El resultado es el que se ve en la Gráfica 3. Para el día 24 de agosto, el historial de precios para los vuelos desde Bogotá hacia Santa Marta y hacia Valledupar tienen una dinámica muy diferente. Mientras el de Valledupar se ha mantenido prácticamente igual en los últimos 60 días a un valor de 230.000 pesos, el de Santa Marta ha fluctuado entre mínimos de 76.000 y 182.000 pesos, evidenciando el dinamismo derivado de tener 4 competidores para esa ruta (JetSMART, Wingo, Avianca y Latam).
El 30 de noviembre de 2022, LATAM Airlines anunció a la Aerocivil su decisión de cesar sus operaciones en la ruta Valledupar-Bogotá. La razón principal detrás de esta decisión fue la insuficiente demanda de pasajeros, la cual resultó en pérdidas significativas para la aerolínea, con una disminución en los ingresos de aproximadamente un 65 %. Esta falta de demanda se dio en un contexto post-COVID-19, donde la recuperación en esta ruta suficiente para cubrir los costos operativos.
Si a esto le sumamos que las aerolíneas enfrentan una serie de costos (fijos y variables) muy rígidos, es apenas normal que decidieran salir del mercado con una ruta de una ocupación promedio del 64 %. El alza en los combustibles, los seguros, los impuestos (infraestructura aeronáutica, IVA y timbre) y la devaluación del peso entre 2021 y 2022 generaron que fuera inviable continuar la operación.
La caída en la demanda de la ruta Valledupar-Bogotá probablemente se debe a dos factores principales. El primero son los cambios derivados de las nuevas dinámicas laborales, con una mayor inclinación hacia la virtualidad y el trabajo desde casa. Esto ha llevado a que muchos trabajadores que solían viajar con frecuencia entre Valledupar y Bogotá ahora lo hagan con menos regularidad.
El segundo factor es la pérdida de competitividad empresarial y turística de la región, lo que ha generado un menor tráfico de empresarios y ejecutivos hacia Valledupar.
Además, el turismo en el departamento, fuera del contexto del Festival Vallenato, es comparativamente menor que en otras regiones como Magdalena, Bolívar o, incluso, La Guajira, lo que limita aún más el tráfico aéreo hacia Valledupar.Como resultado, Valledupar es la única ciudad de la Región Caribe con una sola aerolínea, con vuelos mínimos promedio de 225.000 pesos saliendo de Bogotá y solo 4 vuelos diarios.
Ciudades cercanas como Riohacha, Barranquilla o Santa Marta tienen entre 2 y 4 aerolíneas disponibles y, en el caso de Barranquilla y Santa Marta, más de 20 vuelos diarios. Los resultados son precios que son entre la mitad y un tercio de los que cuestan las rutas para Valledupar, variando entre los 76.000 y 145.000 pesos.
Gráfica 4. Ruta desde Bogotá: Precio mínimo promedio, aerolíneas y vuelos diario |
En ese escenario muchos usuarios se ven obligados a tomar rutas alternativas más baratas para llegar a Valledupar. Por ejemplo, llegar a Riohacha o Santa Marta y tomar un viaje en bus de 4 horas aproximadamente con rumbo a Valledupar. Aunque puede ser más barato en términos monetarios es un mayor riesgo de accidentalidad.
Una solución que no es viable es la fijación de precios por parte de las entidades gubernamentales. Como lo mencionamos anteriormente, no es posible por temas regulatorios y económicos. Cualquier solución debe venir de parte del mercado y ahí es donde las entidades gubernamentales pueden actuar.
Para revertir la situación de altos precios en la ruta Bogotá-Valledupar se podrían considerar varias estrategias. Entre ellas, la entrada de nuevas aerolíneas mediante incentivos fiscales, la reducción temporal de tasas e impuestos en los tiquetes, y la mejora de la infraestructura turística y empresarial en Valledupar para aumentar la demanda. También es crucial promover rutas alternativas con subsidios para transporte terrestre y facilitar convenios con aerolíneas de bajo costo para ofrecer más opciones competitivas.
Además, se podrían implementar campañas de promoción del destino Valledupar, intensificar el monitoreo y regulación del mercado por parte de la Aerocivil para evitar prácticas de monopolio, y establecer un fondo de estabilización de precios en rutas críticas. Estas acciones en conjunto podrían fomentar la competencia y, en consecuencia, reducir los precios de los tiquetes aéreos en la región. Mientras lo anterior no suceda, la dinámica de precios seguirá siendo la misma.