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Columnista - 2 abril, 2014

¿Por qué Santos no?

Por Antonio María Araujo En contra del optimismo de los románticos que soñamos con el talento y la sensibilidad social como factores desequilibrantes en una elección, han dicho algunos generadores de opinión que el presidente, alcalde y candidato Juan Manuel Santos será reelegido solo por sustracción de materia de las otras campañas. Argumento concluyente, la […]

Por Antonio María Araujo

En contra del optimismo de los románticos que soñamos con el talento y la sensibilidad social como factores desequilibrantes en una elección, han dicho algunos generadores de opinión que el presidente, alcalde y candidato Juan Manuel Santos será reelegido solo por sustracción de materia de las otras campañas. Argumento concluyente, la mermelada de la reelección inmediata y sus efectos anestesiantes.

Creo que no va a ser tan fácil, las encuestas están empatadas, por lo que en estos días soportaremos un ataque de estrategias, en la que los publicistas se devanarán los sesos haciendo uso de nuestra inmemorial facilidad para aceptar mentiras, sin preguntar, sin protestar, tal como inicialmente lo hicieron nuestros aborígenes, deslumbrados con el reflejo de los espejos que les mostraban los españoles hasta hacerlos cautivos. Esa fue su perdición y es ahora la nuestra.

No nos importa quién es bueno o quien es malo, solo dejamos que el frívolo entusiasmo económico o el terror disfrazado de participación democrática nos arrastre, para salir equivocadamente dizque a no perder el voto, cuando realmente es al contrario. La degradación es tal que un querido amigo, todo un dirigente gremial de profesión ultra liberal, tal vez sensible a su ancestral reverencia por la sangre europea y que ahora parece cobrar vigencia, excusó públicamente los gestos amenazantes, la presión clientelista y demás prácticas dominantes, diciendo que solo eran “un estilo de hacer política”. ¡Qué pesar!

Pero bueno…, hay que seguir motivando al pueblo, para que con estoicismo político vote soberanamente. La elección presidencial es una buena oportunidad para ello. Los cesarenses y guajiros no podemos premiar a un gobierno saqueador, agente de aisladas inversiones que cómplicemente nuestros mandatarios magnifican, cuando realmente son una pequeña porción de las regalías que se llevaron. Hoy peligra la financiación del nuevo estadio de Valledupar por cuenta de un nuevo recorte y no dicen nada.

En el contexto nacional las cosas no cambian; la calidad y cobertura educativa están reprobadas, la ONU nos ubica en el puesto 78 entre 129 países y en el informe Pisa ocupamos el puesto 63 entre 65 estados; en salud, la intermediación económica de las EPS es cada día más descarada, se intentó modificar lo existente favoreciéndolos financieramente, el dividendo económico desplazó la satisfacción de los usuarios; el país muere de sed y la cartera de agricultura está fraccionada porque era más importante complacer a un ministro limitado éticamente que resolver integralmente los problemas del agro; de seguridad ni hablar y el proceso de paz es apenas un medio para lograr la reelección. Muy Seguramente después de elecciones se rompan los diálogos de La Habana.

De usted y su voto depende que la discusión de los temas nacionales rebase los mezquinos intereses de los que solo se preocupan por el dividendo de la mermelada, mientras la salud, la educación, el empleo, la seguridad y la paz, se van por el despeñadero del centralismo bogotano. Usa bien tu arma más certera, la cédula. ¡Atrévete!

Columnista
2 abril, 2014

¿Por qué Santos no?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

Por Antonio María Araujo En contra del optimismo de los románticos que soñamos con el talento y la sensibilidad social como factores desequilibrantes en una elección, han dicho algunos generadores de opinión que el presidente, alcalde y candidato Juan Manuel Santos será reelegido solo por sustracción de materia de las otras campañas. Argumento concluyente, la […]


Por Antonio María Araujo

En contra del optimismo de los románticos que soñamos con el talento y la sensibilidad social como factores desequilibrantes en una elección, han dicho algunos generadores de opinión que el presidente, alcalde y candidato Juan Manuel Santos será reelegido solo por sustracción de materia de las otras campañas. Argumento concluyente, la mermelada de la reelección inmediata y sus efectos anestesiantes.

Creo que no va a ser tan fácil, las encuestas están empatadas, por lo que en estos días soportaremos un ataque de estrategias, en la que los publicistas se devanarán los sesos haciendo uso de nuestra inmemorial facilidad para aceptar mentiras, sin preguntar, sin protestar, tal como inicialmente lo hicieron nuestros aborígenes, deslumbrados con el reflejo de los espejos que les mostraban los españoles hasta hacerlos cautivos. Esa fue su perdición y es ahora la nuestra.

No nos importa quién es bueno o quien es malo, solo dejamos que el frívolo entusiasmo económico o el terror disfrazado de participación democrática nos arrastre, para salir equivocadamente dizque a no perder el voto, cuando realmente es al contrario. La degradación es tal que un querido amigo, todo un dirigente gremial de profesión ultra liberal, tal vez sensible a su ancestral reverencia por la sangre europea y que ahora parece cobrar vigencia, excusó públicamente los gestos amenazantes, la presión clientelista y demás prácticas dominantes, diciendo que solo eran “un estilo de hacer política”. ¡Qué pesar!

Pero bueno…, hay que seguir motivando al pueblo, para que con estoicismo político vote soberanamente. La elección presidencial es una buena oportunidad para ello. Los cesarenses y guajiros no podemos premiar a un gobierno saqueador, agente de aisladas inversiones que cómplicemente nuestros mandatarios magnifican, cuando realmente son una pequeña porción de las regalías que se llevaron. Hoy peligra la financiación del nuevo estadio de Valledupar por cuenta de un nuevo recorte y no dicen nada.

En el contexto nacional las cosas no cambian; la calidad y cobertura educativa están reprobadas, la ONU nos ubica en el puesto 78 entre 129 países y en el informe Pisa ocupamos el puesto 63 entre 65 estados; en salud, la intermediación económica de las EPS es cada día más descarada, se intentó modificar lo existente favoreciéndolos financieramente, el dividendo económico desplazó la satisfacción de los usuarios; el país muere de sed y la cartera de agricultura está fraccionada porque era más importante complacer a un ministro limitado éticamente que resolver integralmente los problemas del agro; de seguridad ni hablar y el proceso de paz es apenas un medio para lograr la reelección. Muy Seguramente después de elecciones se rompan los diálogos de La Habana.

De usted y su voto depende que la discusión de los temas nacionales rebase los mezquinos intereses de los que solo se preocupan por el dividendo de la mermelada, mientras la salud, la educación, el empleo, la seguridad y la paz, se van por el despeñadero del centralismo bogotano. Usa bien tu arma más certera, la cédula. ¡Atrévete!