Muchas podrían ser las causas por las cuales Kamala perdió las elecciones. Una de ellas es la tibieza de sus planteamientos; lo tibio no es ni frío ni caliente, es lo que en ideología política llaman centro. El centro es el sitio más cómodo para esconderse sin comprometerse a fondo con las causas sociales, es un refugio, el punto donde el péndulo muere carente de fuerzas para avanzar.
Muchas podrían ser las causas por las cuales Kamala perdió las elecciones. Una de ellas es la tibieza de sus planteamientos; lo tibio no es ni frío ni caliente, es lo que en ideología política llaman centro. El centro es el sitio más cómodo para esconderse sin comprometerse a fondo con las causas sociales, es un refugio, el punto donde el péndulo muere carente de fuerzas para avanzar.
En el centro las fuerzas se anulan y no es posible vencer sin una fuerza externa; en política electoral también funcionan las leyes de Newton. Su tibieza se vio en el genocidio contra Gaza y en la guerra Rusia-Ucrania; los verdaderos líderes asumen posiciones así estos produzcan roncha. Nunca dijo algo sobre el sitio económico a Cuba y Venezuela ni nada acerca de cómo debería enfrentarse el problema de la inmigración; tampoco planteó nuevas fórmulas para combatir el narcotráfico.
A Kamala nunca le escuché alguna propuesta para mejorar las relaciones norte-sur ni sobre asuntos ambientales pese a estar de moda; su timidez ideológica no le permitió mostrarse como lideresa. Otra causa consistió en obviar temas vitales, debió restearse así tocara los intereses más sentidos del Establecimiento gringo; cruzar esas líneas le habría dado valor agregado ganando así, mayor credibilidad.
Hay que entender que la sociedad norteamericana es cartuja y mantiene la doble moral de los cuáqueros, defender el aborto en los EE. UU es un atentado contra la institucionalidad que finge cuidar la vida mientras suscita guerras y muertes en todo el mundo; además, políticamente esta propuesta no es vital como la adicción a narcóticos en gran parte de su población y el logro de la paz mundial. Por otro lado, dadas las similitudes ideológicas entre demócratas y republicanos, ambos partidos de derecha, en algo tenía que diferenciarse, sus propuestas tenían que ser audaces y creíbles.
Creo que el machismo sajón le restó posibilidades. Además, lo que menos le gusta al elector es que le afecten el bolsillo y esta propuso más impuestos. Tampoco fue capaz de captar las inquietudes de latinos y afros pese a su origen afro-indo. Y, una raya que le faltaba al tigre, por la testarudez senil de Biden, su partido no consideró otras alternativas para escoger otro candidato con antelación y, por sustracción de materia, ella fue escogida.
Trump, de ascendencia alemana-escocés, xenófobo y racista consumado, chovinista de gran potencia, seguidor de la doctrina Monroe, “América para los americanos”, proteccionista de la economía (su madre fue empleada doméstica cuando llegó a los EE. UU), tampoco es que haya hecho propuestas excepcionales, pero prometió la rebaja de impuestos y la protección física de las fronteras para evitar que el país recoja la “basura” del sur. Su obsesión consistió en expulsar a los indocumentados. Más, allende sus fronteras, al mundo no le importa quien haya ganado, la política exterior de los EE. UU. no cambia, es cuestión de estilos, siempre ha participado contra las guerras de liberación en el mundo cualquiera sea el partido de gobierno; son de la misma calaña.
Los intervencionistas “Plan Simpático”, “Operación Camelot” y otras funestas formas de injerencia en el mundo, ocurrieron con Kennedy, esperanza demócrata. La cartilla intervencionista de la CIA y del Pentágono es la misma. Truman, Eisenhower, Kennedy, Bush, todos han estado en las mismas guerras. Es curioso que Gadafi fuera asesinado durante el gobierno del demócrata Obama, un afro-gringo a quién ubicábamos en el ala izquierda de los demócratas, y a Allende lo asesinaron durante el gobierno de Nixon, un republicano.
La autoría de estos crímenes de estado no hay que buscarla río arriba, estos mandatarios no le copiaban a los EE. UU. También, Donald Reagan invadió a Granada y Bush padre a Panamá para llevarse al general Noriega. El mensaje de este resultado es que la sociedad gringa está en decadencia, reelegir a un imputado del que se dice es mentiroso, no tiene otra explicación. Ojo, Trump será un bumerang para los EE. UU.
Por: Luis Napoleón de Armas P.
Muchas podrían ser las causas por las cuales Kamala perdió las elecciones. Una de ellas es la tibieza de sus planteamientos; lo tibio no es ni frío ni caliente, es lo que en ideología política llaman centro. El centro es el sitio más cómodo para esconderse sin comprometerse a fondo con las causas sociales, es un refugio, el punto donde el péndulo muere carente de fuerzas para avanzar.
Muchas podrían ser las causas por las cuales Kamala perdió las elecciones. Una de ellas es la tibieza de sus planteamientos; lo tibio no es ni frío ni caliente, es lo que en ideología política llaman centro. El centro es el sitio más cómodo para esconderse sin comprometerse a fondo con las causas sociales, es un refugio, el punto donde el péndulo muere carente de fuerzas para avanzar.
En el centro las fuerzas se anulan y no es posible vencer sin una fuerza externa; en política electoral también funcionan las leyes de Newton. Su tibieza se vio en el genocidio contra Gaza y en la guerra Rusia-Ucrania; los verdaderos líderes asumen posiciones así estos produzcan roncha. Nunca dijo algo sobre el sitio económico a Cuba y Venezuela ni nada acerca de cómo debería enfrentarse el problema de la inmigración; tampoco planteó nuevas fórmulas para combatir el narcotráfico.
A Kamala nunca le escuché alguna propuesta para mejorar las relaciones norte-sur ni sobre asuntos ambientales pese a estar de moda; su timidez ideológica no le permitió mostrarse como lideresa. Otra causa consistió en obviar temas vitales, debió restearse así tocara los intereses más sentidos del Establecimiento gringo; cruzar esas líneas le habría dado valor agregado ganando así, mayor credibilidad.
Hay que entender que la sociedad norteamericana es cartuja y mantiene la doble moral de los cuáqueros, defender el aborto en los EE. UU es un atentado contra la institucionalidad que finge cuidar la vida mientras suscita guerras y muertes en todo el mundo; además, políticamente esta propuesta no es vital como la adicción a narcóticos en gran parte de su población y el logro de la paz mundial. Por otro lado, dadas las similitudes ideológicas entre demócratas y republicanos, ambos partidos de derecha, en algo tenía que diferenciarse, sus propuestas tenían que ser audaces y creíbles.
Creo que el machismo sajón le restó posibilidades. Además, lo que menos le gusta al elector es que le afecten el bolsillo y esta propuso más impuestos. Tampoco fue capaz de captar las inquietudes de latinos y afros pese a su origen afro-indo. Y, una raya que le faltaba al tigre, por la testarudez senil de Biden, su partido no consideró otras alternativas para escoger otro candidato con antelación y, por sustracción de materia, ella fue escogida.
Trump, de ascendencia alemana-escocés, xenófobo y racista consumado, chovinista de gran potencia, seguidor de la doctrina Monroe, “América para los americanos”, proteccionista de la economía (su madre fue empleada doméstica cuando llegó a los EE. UU), tampoco es que haya hecho propuestas excepcionales, pero prometió la rebaja de impuestos y la protección física de las fronteras para evitar que el país recoja la “basura” del sur. Su obsesión consistió en expulsar a los indocumentados. Más, allende sus fronteras, al mundo no le importa quien haya ganado, la política exterior de los EE. UU. no cambia, es cuestión de estilos, siempre ha participado contra las guerras de liberación en el mundo cualquiera sea el partido de gobierno; son de la misma calaña.
Los intervencionistas “Plan Simpático”, “Operación Camelot” y otras funestas formas de injerencia en el mundo, ocurrieron con Kennedy, esperanza demócrata. La cartilla intervencionista de la CIA y del Pentágono es la misma. Truman, Eisenhower, Kennedy, Bush, todos han estado en las mismas guerras. Es curioso que Gadafi fuera asesinado durante el gobierno del demócrata Obama, un afro-gringo a quién ubicábamos en el ala izquierda de los demócratas, y a Allende lo asesinaron durante el gobierno de Nixon, un republicano.
La autoría de estos crímenes de estado no hay que buscarla río arriba, estos mandatarios no le copiaban a los EE. UU. También, Donald Reagan invadió a Granada y Bush padre a Panamá para llevarse al general Noriega. El mensaje de este resultado es que la sociedad gringa está en decadencia, reelegir a un imputado del que se dice es mentiroso, no tiene otra explicación. Ojo, Trump será un bumerang para los EE. UU.
Por: Luis Napoleón de Armas P.